Correr por Bilbao puede ser toda una experiencia. El Guggeheim, la Ría, el Palacio Euskalduna o las 7 calles de Casco Viejo ofrecen motivos más que suficientes para calzarse las zapatillas. Por eso repasamos algunas de las principales rutas que disfrutan los runners bilbaínos.
Junto a la Ría del Nervión encontramos un circuito de perfil prácticamente llano que discurre por vías anchas y presenta una vistas inigualables de Bilbao.
El punto de partida está en el Ayuntamiento de Bilbao. Cubriendo el paseo completo del Campo de Volantín y la Avenida de la Universidad de Deusto se pasa por debajo de los emblemáticos puentes Zubi-zuri, Pedro Arrupe y Deusto. Para pasar a la otra orilla de la Ría es necesario ascender el único repecho del circuito, el del Puente Euskalduna. La opción más segura consiste en rodear el Palacio Euskalduna, y pasar por debajo del puente para conectar, a través de Abandoibarra, con el paseo que une el Museo Marítimo con el Museo Guggenheim. Sin abandonar ni un sólo momento la orilla de la Ría, el corredor afronta el tramo del Paseo de Uribitarte hasta alcanzar el Muelle de Ripa, y de allí, gira a la izquierda, y retorna al punto inicial frente al Ayuntamiento de Bilbao.
Son 11 kilómetros y medio más difíciles de recorrer los fines de semana por su gran afluencia.
Otra de las zonas más populares es el Parque de Etxebarria. Es el parque público más grande de Bilbao que llegó a albergar el Campeonato de Europa de Cross. Está ubicado en la zona de Begoña y cuenta con un trazado muy abierto y grandes vistas sobre Abando y el Casco Viejo.
El punto de partida queda establecido en la recta próxima a los rascacielos de Panera. Esta recta de 100 metros también es ideal para completar entrenamientos con series cortas. Descenso hasta la fuente, y allí se gira hacia la derecha hasta alcanzar el ascensor de Begoña. Junto a la bolera hay una pista de cemento que conduce hasta las instalaciones de fútbol de Mallona. En ese punto se afronta un tramo de unos 500 metros sobre césped y de terreno algo irregular. Este tramo se afronta en ligera pendiente ascendente hasta desembocar en el paseo de asfalto, que conduce, en bajada, hasta la chimenea, en homenaje a la antigua fundición de acero. A partir de ahí, el corredor tiene la opción de iniciar una segunda vuelta, y las que sus piernas aguanten.
También existe una ruta que discurre por el pleno centro de Bilbao. Aprovechando sus anchas calles, permite pasar por puntos de gran relevancia de la ciudad.
El punto de partida es el Estadio de San Mamés, donde juega sus partidos de fútbol el Athletic Club de Bilbao. La ruta conecta con una de las arterías comerciales de Bilbao, la calle Rodríguez Arias, hasta llegar a la intersección con la calle Ercilla. Posteriormente gira a la izquierda y entra en la Plaza Moyúa, pasando por delante del Hotel Carlton. Se toma dirección la Gran Vía Don Diego López de Haro hasta llegar a la Plaza Circular. El trayecto continua en perfil descendiente por la calle Nafarroa para atravesar el puente del Arenal, que conduce directamente al Teatro Arriaga.
Otra alternativa es descartar la ruta de la calle Rodríguez Arias, bajar hasta la Plaza de Sagrado Corazón, y desde allí tomar línea recta por la Gran Vía Don Diego López de Haro. De esta forma se transita por la calle más céntrica de Bilbao.
Una vez en la Plaza del Teatro de Bilbao se gira a la izquierda para enfilar el emblemático paseo del Arenal siguiendo la orilla de la Ría. A la derecha queda la monumental Iglesia de San Nicolás. La carrera lleva hasta el Ayuntamiento de Bilbao. En este punto, es el runner quien decide si seguir con la sesión de entrenamiento que puede continuar por el circuito de la Ría de Bilbao.
Son algunas de las alternativas que ofrece a tus zapatillas una ciudad que invita a disfrutar de su fenomenal combinación de la cultura vasca tradicional y el futuro de la villa más cosmopolita del País Vasco.