CASTELLÓ. El sector citrícola español alza la voz al unísono: en el inicio de esta campaña se dan las condiciones perfectas para acabar de hundir uno de los pilares económicos de la Comunitat Valenciana. El incremento desmesurado de los costes, común a todas las actividades, provoca un encarecimiento que hace totalmente inviable competir con la fruta que llega de países terceros, cada vez más barata. Y la demostración más palpable está en las compras, que no acaban de arrancar cuando a las puertas de noviembre ya deberían ir lanzadas.
De hecho, importadores europeos reconocen a las claras de donde procede la naranja que actualmente están vendiendo: en los Países Bajos remarcan la presencia de producto sudafricano en los lineales, "pero también procedente de Argentina y Perú"; mientras en Alemania "los lotes sudafricanos dominan el mercado, con precios en su mayoría inferiores a los del año anterior", señala el portal especializado Freshplaza.
A esta competencia en estas semanas se suma la de países como Egipto, que de enero a agosto incrementó un 21% su volumen de fruta hasta superar las 335.000 toneladas, lo que supone un 51% más que hace solo cuatro años, denuncia la interprofesional citrícola Intercitrus.
"El final de la temporada pasada ya se complicó en extremo porque Egipto prolongó con mayores volúmenes su campaña de naranjas a Europa a precios inalcanzables para España, y con el inicio de la presente está siendo Sudáfrica quien la está alargando, saturando los mercados con una oferta igualmente barata. Desde hace meses las cámaras de frío holandesas o alemanas están repletas de naranjas y, en menor medida, de mandarinas foráneas, que no han dejado espacio a la oferta española. Lo peor es que la gran distribución europea se está acostumbrando a precios con los que nosotros no podemos competir y esta campaña podría consolidarse el proceso de sustitución de sus proveedores que ya se ha iniciado", explica la presidenta de Intercitrus, Inmaculada Sanfeliu.
Toda una llamada de atención ante un problema que la interprofesional citrícola estatal ya vaticinaba hace mes y medio. De hecho, en su asamblea general, celebrada el 16 de septiembre, solicitó al director general de Industria Agroalimentaria del Gobierno español, José Miguel Herrero, una reunión con el ministro Luis Planas, pero este ha hecho caso omiso. Ahora reitera su petición ante la situación "límite" que vive el sector.
Y es que el aumento de costes es evidente. La Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) ha cuantificado las alzas: la electricidad necesaria para regar ha subido un 270%; el gasóleo agrícola un 73%; los plásticos un 46%; el agua un 33%; la maquinaria entre un 10 y un 25%; el fitosanitario glifosato un 48%; y los fertilizantes se han disparado en el último año entre un 239 y un 307% "debido a la crisis energética mundial que ha elevado todos los elementos: fósforo, potasio y, sobre todo, el nitrógeno".
Entre los costes, desde AVA-Asaja recuerdan que los laborales no cesan de crecer (y apuntan al salario mínimo interprofesional, que ha aumentado un 30% "en tres años"), mientras los de los países terceros son ridículos comparados con los españoles. Desde Intercitrus señalan que los salarios en Sudáfrica y Egipto son nueve veces más bajos que en España, mientras el agua es "casi gratis" en este último país productor, competencia directa de la Comunitat. Por ello, AVA-Asaja pide a la Generalitat y al Gobierno "medidas urgentes financieras y fiscales" para afrontar "la campaña agraria más cara de la historia".
La falta de reciprocidad "en cuanto a las condiciones laborales, fitosanitarias, medioambientales e incluso de derechos humanos" es más que evidente, recuerda Intercitrus y además reconocen diferentes estudios. Y todo mientras los precios de origen en España "no varían desde hace 20 años", señala Asaja.
En esta tesitura, y con Sudáfrica todavía con grandes contingentes de fruta a la espera de poder ser embarcada hacia Europa, como ya informó Castellón Plaza, el solapamiento que permite el acuerdo de intercambio comercial que ahora debe revisar la Comisión Europea puede provocar un retraso de tres semanas en la campaña española.
Así lo están notando ya las navelinas -la naranja temprana más popular y de la que solo en la Comunitat Valenciana se ha calculado para esta campaña una producción de más de 600.000 toneladas-, que están teniendo muchas dificultades para salir al mercado. De hecho, las denuncias de las organizaciones agrarias son habituales respecto a los precios, que rondan los 0,15 euros por kilo, mientras los costes de producción se sitúan cercanos a los 30 céntimos de euro.
Todo esto, de forma inexorable, conllevará una compresión todavía mayor de la fruta en el momento álgido de la campaña, desde finales de noviembre hasta principios de año, el hábitat de la clemenules, que sigue siendo tan apreciada como siempre, pero que también siempre acaba sufriendo las vicisitudes del resto de variedades. Ante ello, Intercitrus pide a los productores recolectar "en el momento óptimo de maduración" con el fin de ofrecer una fruta excelente, como es reconocida en todos los mercados.