VALENCIA. El conseller de Hacienda, Vicent Soler, tomó la decisión este jueves en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) de votar en contra del acuerdo para elevar una décima el déficit autorizado (al 0,6%) de las Comunidades Autónomas (CCAA) en 2017. Una postura sobre la que venía reflexionando el representante valenciano y que ya adoptó en la misma cita celebrada en abril, cuando también se alineó con Cataluña y Baleares para tomar la misma determinación ejecutada ahora.
Al margen de las consideraciones técnicas que Soler y su equipo argumentaron, son incuestionables las connotaciones políticas que tiene la decisión del conseller de Hacienda. Más aún cuando en la reunión con sus homólogos del PSOE de otras regiones y los miembros de la gestora del partido celebrada a mediodía se había insistido en acordar una postura común basada en la abstención.
Una posición sustentada en el acuerdo diseñado por el grupo socialista con el PP para facilitar un pacto sobre el déficit -que luego debe llevarse al Congreso de los Diputados- a cambio de que el Gobierno de Mariano Rajoy respalde una subida de al menos un 8% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Así, y pese a que en la reunión del PSOE se ejerció cierta presión sobre Soler para que cambiara de idea y se sumara a la abstención, el titular de Hacienda se mantuvo firme en la posición de votar 'no' a la propuesta presentada por el equipo de Cristóbal Montoro. Una vía que el conseller defendió también ante Presidencia de la Generalitat, donde por momentos surgieron dudas sobre la conveniencia de enrocarse en la negativa. Finalmente, el resultado de la votación en el CPFF fue de ocho CCAA (todas del PP) a favor, seis abstenciones (las gobernadas por el PSOE) y tres en contra, dos de ellas, Comunitat Valenciana y Baleares, de signo socialista.
Una maniobra, la de Soler, respaldada por su socio en el Consell, Compromís, que en las últimas horas había manifestado con insistencia la necesidad de evitar someterse a un pacto alcanzado entre PP y PSOE en el ámbito nacional.
En cuanto a los términos concretos esgrimidos por Soler, el conseller explicó que su rechazo se fundamentó en la negativa del Gobierno central a considerar "los préstamos del Fondo de Liquidez Autonómico extraordinario como ordinario y a que todo este FLA sea al 0% mientras no se reforme el sistema de financiación, a establecer objetivos de déficit diferenciados para las autonomías, y a reestructurar la deuda histórica valenciana motivada por la infrafinanciación crónica que viene padeciendo nuestro territorio".
En la reunión, el conseller solicitó además que las inyecciones de FLA lleguen de forma pautada para que las CCAA "puedan planificar mejor su tesorería". "Hasta la fecha, era el Gobierno quien decidía cuando abrir el grifo del FLA y, además, lo hacía de forma unilateral y guiándose muchas veces por intereses partidistas, lo que ha llevado a muchas CCAA a situaciones límite al no disponer de liquidez para pagar a proveedores y empresas", remarcó Soler.
El titular de Hacienda exigió además la "reforma inmediata" del sistema de financiación, para lo que se sirvió del mandato unánime aprobado por todos los grupos parlamentarios valencianos en la Comisión Mixta. Ante esta petición, fuentes de la conselleria señalaron que desde el ministerio se remitió a la celebración de la próxima Conferencia de Presidentes, presumiblemente en enero.
El único guiño de Soler al ministerio se centró en el "cambio de tono" del Gobierno, al asegurar que había percibido "más voluntad de negociar" de cara al "debate vital" que la Comunitat Valenciana "ha contribuido a iniciar".
En el CPFF se han aprobado unos objetivos de déficit del 0,6% para 2017, del 0,3% para 2018 y del 0% (equilibrio) para 2019, una propuesta a la que la Comunitat, junto con otras dos autonomías, ha votado en contra. Por su parte, seis comunidades autónomas se han abstenido, mientras que ocho han votado a favor.
Soler destacó que, pese a "todo el esfuerzo" que está haciendo la Comunitat, el ejercicio 2017 se cerrará con un déficit del 1,4%, cifra que se sitúa 8 décimas por encima del techo fijado.
El conseller recordó que el anterior Consell dejó un déficit del 2,6% en 2015 y subrayó que, en sólo dos años, se espera poder reducirlo en más de un punto, lo que implica un "esfuerzo terrible".