MADRID. La declaración de uno de los cabecillas de la trama Gürtel empieza a afectar al actual Partido Popular de Mariano Rajoy e Isabel Bonig. Pablo Crespo ha declarado que "un empresario pagó un acto de campaña de Alberto Fabra (actual senador popular) en Castellón en las elecciones de 2007".
Esta declaración se prevé como la primera del sunami que podría afectar a cargos en activo del PP, quienes hasta ahora estaban relativamente tranquilos porque todos los procesados ya no forman parte del partido.
El otro nombre que ha salido a la palestra es el de la senadora popular Adela Pedrosa, de la que Crespo ha dicho que se reunió con Álvaro Pérez.
La sensación que planea sobre la Audiencia Nacional es que Pablo Crespo está abonando el terreno para que Álvaro Pérez apuntille a toda una generación de políticos valencianos, la que trabajó a las órdenes de Francisco Camps.
La Audiencia Nacional no ve ningún delito en la actuación del expresidente de la Generalitat respecto a las adjudicaciones y contrataciones con la trama; la sentencia absuelve a Alicia de Miguel, Manuel Cervera, Luis Rosado y David Serra, aunque condena a varios cargos del Consell