Se acaba de producir el penúltimo capítulo de este annus horribilis de la UE con continuas crisis, esta vez con el exterior
Este jueves 24 de noviembre se produjo en Estrasburgo un hecho más simbólico que jurídico, pero de gran trascendencia, al aprobarse en el Parlamento Europeo una resolución pidiendo la suspensión temporal de las negociaciones para la adhesión de Turquia en la UE. Otro episodio-síntoma de esta enfermedad-crisis en la que vive instalada Europa.
Efectivamente este 2016 ha estado repleto de crisis internas y externas que están dejando muy mal parado a este enfermo que se llama Unión Europea. Si el año se inició con el problema de la crisis migratoria sin resolver (un millón entró en la UE en 2015) que hizo declarar a Donald Tusk (presidente del Consejo Europeo) Europa ¨ha perdido el control de sus fronteras”, posteriormente continuó con la acentuación de la división en dos bloques, antaño económicos norte - sur (los PIGS), ahora entre oeste y este, con el grupo denominado Visegrado formado por Polonia, Chequia, Hungria y Eslovaquia como resistente a la política europea sobre migración y así lo reiteró este cuarteto en las cumbres europeas de febrero previas al acuerdo con Turquia del 18 de marzo.
Este acuerdo migratorio al inicio de la primavera, sobre el que ya escribimos, suponía pagar un precio por nuestra paz y ya recordamos lo dicho por Benjamin Franklin «Aquellos que renunciarían a una libertad esencial para comprar un poco de seguridad momentánea, no merecen ni libertad ni seguridad»
Por otra parte desde el principio del 2016 Europa fue sometida a ataques terroristas; en Paris en enero con un individuo que llevaba un cinturón de explosivos falso y que ataco a policías en una comisaría de la capital gala; en marzo un par de atentados con bombas coordinados en el metro y el aeropuerto de Bruselas provocó 35 muertos y más de 300 heridos; en julio se produjo el atentado-atropello de Niza mató a 85 personas e hirió a 300; en el mismo mes en Múnich se produjo un extraño atentado con un único tirador, un alemán de origen iraní, en el que murieron 10 personas; y en agosto en Charleroi (Bélgica) un hombre atacó a dos mujeres policías con un machete; en fin unos ataques que han creado en los europeos una sensación de fragilidad frente a los yihadistas y que contribuye a incrementar los prejuicios contra los refugiados y abonar los populismos.
Luego se produjo uno de los momentos más complicados y dolorosos de la UE, cuando el 23 de junio los británicos votaron por la salida de Reino Unido de esta organización, provocando una gran crisis interna, aún no resuelta definitivamente. ¿La última esperanza? La resolución de un tribunal que exige que el parlamento ingles también vote el Brexit.
"El intento de golpe de estado turco introdujo un viraje populista a LA presidencia DE ERDOGAN, YA investigado por la ONU"
A mediados de julio en Turquia se produjo un intento de golpe de estado (de incierto origen), que logró controlar Recep Tayyip Erdogan, desencadenando miles de detenciones, e inducir un viraje populista a su presidencia, y que le llevará a realizar una propuesta de reforma constitucional para transformar la república en presidencialista. Estos hechos están siendo criticados por diferentes organizaciones internacionales, y de echo la ONU ha enviado un relator de su Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos para analizar la situación, concluyendo hace una semana que el Gobierno de Ankara estaba imponiendo medidas draconianas que limitan la libertad de expresión e instado a liberar a los detenidos.
Posteriormente en septiembre se produjo la cumbre informal de Bratislava donde se reconocía la complicada posición en la que se encontraba la UE, además los principales países europeos se encuentran en delicadas situaciones sin mucho margen para tomar decisiones, pues Alemania y Francia calientan motores de cara a sus elecciones presidenciales del 2017 con unos populismos que amenazan la estabilidad de ambos países, en Italia donde esos mismos movimientos contestatarios han conseguido en las elecciones locales de este año importantes avances e incluso alcaldías como la de Roma, está pendiente de un referéndum constitucional para este próximo 4 de diciembre donde el presidente de gobierno Matteo Renzi se juega su futuro político, y en España con un recién nombrado presidente de gobierno, Mariano Rajoy, en principio con escasos apoyos parlamentarios, parece que va tener complicado sacar adelante la aprobación de los Presupuestos para 2017, todo ello nos muestra a unos ejecutivos europeos con evidentes signos de debilidad.
Por eso ha sido el Parlamento europeo el que a tomado la decisión de plantar cara al desafío neotomano y visualizar un portazo ¨temporal¨ de Europa a Turquia hasta que este pais no abandone la deriva autoritaria, y aunque, como ya hemos dicho, es una media más simbólica que otra cosa, porque no es vinculante, tengan por seguro que tendrá sus consecuencias, que ya se pueden intuir en las palabras de desprecio del presidente Erdogan respecto a nuestro Parlamento, por lo que algún problema podrá surgir en las fronteras del sudeste europeo, máxime cuando Donal Trump ha tenido palabras implícitamente de apoyo a Erdogan.
Lo que no termino de entender es que partiendo la iniciativa parlamentaria de los partidos populares y socialistas europeos, los españoles del PPE se han escindido en la votación un 50% la apoyado y el otro 50% se ha abstenido, será para defender ciertos intereses como los de la Defensa al tener desplegadas tropas allí, o simples intereses comerciales, como los que ha ido a defender la Vicepresidenta Soraya Saenz de Santamaria a Canarias para reunirse con el Presidente chino Xi Jinping, sin manifestar ninguna objeción porque sea la mayor dictadura del mundo.
Porque no olvidemos, ya para finalizar, que no es lo mismo ser socios (los países europeos compartimos una forma de vida y una civilización común) a ser aliados frente a una amenaza común (antaño la Unión Soviética ahora el Yihadismo) o tener unas buenas y lógicas relaciones comerciales, pues son diferentes círculos de confianza. Pero lo malo es que cuando uno llega a acuerdos con los totalitarios, le puede pasar igual que a los gobiernos europeos que firmaron los Pactos de Munich de 1938 que se es traicionado antes que después.