VALÈNCIA. Las historias no duran en el tiempo de forma exitosa si no hay un buen narrador. Y en este caso, Enrique Rubio, ha sabido continuar el guión de los míticos Cuadernos Rubio iniciado por su padre y ampliando su marca mucho más allá de la caligrafía y las matemáticas, dando el salto a la papelería, el lettering o los ejercicios para adultos.
Hace 65 años, Ramón Rubio diseñaba los míticos cuadernillos confeccionando a mano las fichas. "Pegaba sumas para hacer las composiciones porque entonces no existían los programas de montaje de ahora", recuerda su hijo, director general de la editorial, quien entró en la compañía en 1997 por una enfermedad de su padre. Fue entonces cuando amplió las referencias de las 60 iniciales a las más de 400 actuales y decidió no conformarse con una marca del pasado, sino que ya la concebía como una compañía de futuro.
"En función de las necesidades que tienen los papás y los maestros sacamos a la calle nuevos productos", señala Rubio, quien reconoce que el porcentaje de clásicos supone un 45% de las ventas mientras que resto de crecimiento se ha dado con novedades. "Al coger la empresa tuve una visión a largo plazo y todos sabemos que la tasa de natalidad, en España es de las más bajas del mundo", recuerda.
Entonces, sabiendo que la población infantil iba bajando, fue necesario pensar en un nicho diferente. "Nuestro mercado más importante es entre 3 y 11 años. Ahora hemos hecho cuadernos para personas mayores con o sin deterioro cognitivo o los cuadernos de lettering", recuerda. Durante este tiempo, la compañía ha acumulado un total de 18 trabajadores con una facturación de 2,3 millones que generan con los cuadernillos y libros impresos en su imprenta de Quart de Poblet.
Objetivo, llegar a todas las áreas de edades. "Los niños aprenden y los mayores desaprenden. Si tú trabajas el área cognitiva te mantienes activo, es un tipo de gimnasia mental, y vemos claramente que la gente que se mantiene activa en las fases más altas de envejecimiento tienen una calidad de vida mejor, también a nivel de prevención", explica. Además, durante este tiempo han trabajado las diferentes formas de educación como Montessori, matemáticas singapur o matemáticas con ábaco japonés.
Mientras, la caligrafía creativa lleva tres años en el mercado. "Estaba poniéndose de moda, publicaciones en castellano había muy pocas, todas venían de fuera, de Inglaterra y eran muy caras. Ahora abordamos un importante espectro, desde introducción hasta caligrafía inglesa", señala. Y es que, el lettering está en un momento dulce. "La caligrafía se está poniendo poco a poco de moda, cosa que hace diez años decían lo contrario. Hay neurólogos que coinciden en que la escritura escrita toca más partes del cerebro y que es necesaria".
Ahora, la cuarentena le ha dado el impulso definitivo. "Con el Covid los niños se han ido a casa, los padres no han tenido más remedio que buscar por internet qué podían hacer y en dos meses hemos tenido más de 500.000 nuevas visitas", recuerda Rubio. "Entonces han visto que, además de caligrafía y problemas, tenemos muchos más productos. Caligrafía creativa, cuadernos para adultos, comprensión lectora, cuadernos de colorear o competencia matemática, por ejemplo".
En este sentido, el crecimiento de su ecommerce ha sido brutal. En 2019 tenían una facturación acumulada de 58.800 euros y en el 2020, hasta el mes pasado, las ventas se había aumentado hasta 423.000 euros, por lo que se ha incrementado un 600%. "El año pasado fueron 2.200 pedidos de enero a mayo y 17.000 este año, casi 7 veces más en el mismo periodo", explica.
La compañía también se ha adentrado durante este tiempo en el textil. "Nos dimos cuenta de la potencialidad de la marca y estamos en proyecto de incrementar la oferta", señala. Además, hace un año pusieron en marcha un punto físico en València diseñado por Masquespacio y que aspiran, a medio plazo, replicar en otras ciudades. También tienen pendiente el mercado internacional, que esperan hacerlo crecer en los próximos años.