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diseño y administración pública

¿Cuál es el futuro del diseño en la ‘nueva’ València?

5/06/2020 - 

VALÈNCIA. El que se esperaba que fuera uno de los años grandes del diseño en València ha hecho aguas. Si bien en 2022 la ciudad ostentará el título de Capital Mundial, este curso se planteaba más que interesante para el sector, con ilusionantes proyectos que han quedado en nada a causa de la crisis sanitaria. La nueva edición del festival de publicidad La Lluna ha sido suspendida. Los European Design Awards, que se iban a celebrar en el Palau de Les Arts este mismo mes, han tenido que resolver su edición de manera online. La gran exposición sobre diseño industrial del IVAM en Alcoi ha quedado en pausa. Sin embargo, tras el parón, llega el momento de mirar al futuro, un futuro que también va de la mano del diseño. Y, dicho sea de paso, hora volver a ojear la lista de deberes por atacar en su relación con la administración pública. 

Pau Rausell, director de Econcult y excodirector estratégico de la candidatura València Capital Mundial del Diseño, fue la voz elegida por el Ayuntamiento de València para representar al sector en la comisión para la reconstrucción de València tras la pandemia de la COVID-19, un espacio de diálogo que se concreta en un libro blanco para la incorporación del diseño en la administración pública, una serie de recomendaciones y propuestas que habrá que ver si se materializan o no. La pelota está ahora en su tejado. Pero lo cierto es que, la resaca de la intervención deja una lista de proyectos que, se pongan en marcha o no, merece la pena que sean debatidos, propuestas que suponen dar un paso adelante en la estrategia -si es que la hay- de diseño de València para una reconstrucción… que no lo es tanto. “El lenguaje no me gusta demasiado. Hay muchas metáforas bélicas. No se ha destruido anda en sentido físico. Conceptualmente es equivocado, pero sí es un buen momento para replantear modelos de actuación e intervención y para romper con ciertas inercias”, explica Pau Rausell en conversación con Culturplaza. 

Pau Rausell. Foto: KIKE TABERNER.

Más que una guía sobre cómo aplicar un cambio el documento plantea una serie de recomendaciones y propuestas de cara a que se lleve a cabo un debate real sobre el papel del diseño en el Ayuntamiento de València, una relación todavía por definir y que, además, no cuenta con ejemplos claros sobre cómo ha de llevarse a cabo. “No hay muchos ejemplos a nivel europeo. De manera integral no se ha testado toda, es un campo muy virgen. Queda mucho terreno por desbrozar”. Aunque quede mucho por trabajar, bien es cierto que de todos los proyectos algunos están más avanzados que otros. Entre ellos, por ejemplo, la puesta en marcha de un Consejo de Diseño, un ente consultivo en el ámbito del urbanismo que se espera empiece a funcionar en 2021, tal y como se anunció el pasado mes de noviembre. “Lo que se ha planteado hasta ahora estaba limitado al paisaje urbano, pero debería atender a otras cosas, como el diseño de los servicios públicos del ayuntamiento, la innovación en las políticas municipales… Un consejo que cuente con diseñadores, sociólogos u otros profesionales”, reflexiona Rausell. 

El consejo por una parte… y el director creativo por otra. Está sobre la mesa que València incluya en su estructura una figura similar a la que el diseñador Nacho Padilla ocupó en Madrid y ahora hace en Barcelona, dos ojos únicos para coordinar las tareas de diseño de una institución, un reto que va más allá de la imagen. “Hay una asignatura pendiente en la administración pública que es entender el diseño más allá de la percepción estética, sino como una herramienta de uso, de empoderamiento del ciudadano, de experiencia... nosotros hemos trabajado mucho en las campañas pero creo que el siguiente paso es introducir el diseño de experiencia y de uso en la forma en la que la administración se relaciona con el ciudadano. Por ejemplo, una de las cosas que menos se ve pero que más me preocupa es cómo se diseñan los formularios”, explicaba el pasado año durante una entrevista con este diario. 

Sin embargo, que la figura sea igual o similar (o que nunca se llegue a adaptar) es todavía una duda que corresponde al Ayuntamiento de València aclarar, una forma que está por inventar. “No estoy muy convencido de cuál sería la formula desde le punto de vista de la arquitectura institucional para integrar a algún experto en diseño. Es prueba y error. Pero es el momento para probar. Tengo ciertas reservas con la figura [de Nacho Padilla]. Está muy ligada al sector profesional del diseño, muy centrada en los encargos profesionales que tienen que ver con el diseño, pero hay más papel que ese, también tiene que ver con una nueva manera de resolver problemas, con la innovación social. Una figura al estilo de Padilla sería una manera limitada de aproximarse al diseño”, reflexiona Rausell. 

Esto por lo que respecta a los proyectos que ya están sobre la mesa del Ayuntamiento. Pero no son las únicas propuestas que contempla el ‘libro blanco’ presentado durante la comisión especial para la reconstrucción de la ciudad, un documento que también plantea medidas como la creación de un sistema de bonos de servicios de diseño. Esto es, un sistema de incentivo por el que se subvencione el 50% de la contratación de estos servicios con bonos de 5.000 euros (lo que equivaldría a un valor real de 10.000 euros), una medida pensada para estimular la demanda de servicios de diseño y señalizar la importancia del diseño en la adaptación a las transformaciones socioeconómicas. “Por falta de información mucha gente no percibe la importancia de adquirir servicios asociados al diseño. Este es un modelo que se da en otros ámbitos, se trata de estimular la demanda”.

Otra parte importante del documento va referido a las propuestas de carácter formativo, que integra numerosas propuestas como la de impulsar un plan de formación en técnicas y potencialidades del diseño en el que participen al menos el 30% del personal con funciones directivas del consistorio, o un plan similar sobre las metodologías del diseño dirigido a agentes de la red asociativa local. De igual forma también plantea la creación de una unidad de experimentación de ciudadanos para replantear los servicios municipales así como unas jornadas sobre diseño y políticas urbanas.

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