Me quedo pensando en si van a llegar los sueldos. Y en eso que ha dicho el alcalde: que no habrá dinero para todo y para todos.
Miren, ahora aún hay mucho Resistiré desde la comodidad del salón de nuestras casas. Los muertos han pasado a ser sólo un número en nuestro imaginario. Es triste, pero es real. "¿Cuántos van? ¿7.000 o 10.000?" Y en medio 3.000 cadáveres que nos han pasado inadvertidos.
He escuchado un informativo autonómico en el que se decía que hoy "tan solo" hay 386 nuevos contagios. "Tan solo". Literal. Vamos a tener cuidado porque como sigamos disfrazando de buenas noticias las malas, el día que lleguen las buenas de verdad, vamos a estar inmunizados y no nos vamos a enterar. A ver si nos vamos a inmunizar antes para la información que para el virus.
"No hubo previsión". "¿Cómo iba a haberla? Nadie lo sabía, todos se equivocan". "Si hubieran estado los míos lo habrían hecho mejor, que saben gestionar". "Calla, que los míos son los que están y los otros destrozaron la sanidad". O no.
Mucho bla, bla. Lo sigue habiendo. Mucho bla, bla en las ruedas de prensa a que nos dan cada día y también en nuestros mensajes. En nuestras videollamadas de cada día "Estamos confinados, es el fin del mundo". Pero seguimos calentitos, la mayoría vivos, y con la nevera llena. Y con las cervezas. Se ha disparado un 77 por ciento la venta de cerveza.
Vamos a tratar de arreglarlo y que llegue todo a todos. O casi todo a casi todos. Porque el día que no tengamos para cerveza, ni para jamón, ni para atún y la vitamina D haya que recolectarla del rayito de sol que entre por la ventana, ese día veremos cuántos nos quedamos aplaudir en la ventana. Y quién canta el Resistiré cuando de verdad haya que resistir.
Declara inconstitucional tanto esa prórroga como el nombramiento de autoridades competentes delegadas