Cuenta atrás para el Centro del Cómic de València

VALÈNCIA. València se prepara para la apertura de una batería de nuevos centros culturales de cara a los próximos meses, un listado de espacios que pasa por el Centro de Arte Hortensia Herrero o el centro de producción de artes escénicas Bombalino. La agenda de inauguraciones se va completando poco a poco, un calendario que también suma un espacio que lleva mucho tiempo siendo esperado por el sector del cómic y la ilustración, el Centro del Cómic de València. Bautizado como Micharmut, en homenaje al autor valenciano Juan Enrique Bosch, el proyecto ocupará parte del antiguo Centro Excursionista, un espacio que compartirá con la biblioteca municipal Carles Ros. Impulsado por el Ayuntamiento de València y el Aula del Cómic de la Universitat de València, el espacio encara su futuro mirando tanto a su continente como a su contenido en un 2023 clave para definir tanto la que será su sede física como su proyecto intelectual y patrimonial.

Sobre la primera cuestión, ya se comienza a concretar su futuro inmediato. Si bien en un primer momento se anunció que el centro abriría sus puertas en 2022, pronto se movió el calendario a un 2023 en el que, se espera, finalmente se lleven a cabo las obras de adecuación y se abra al público. Será en los próximos días, tal y como informan desde la concejalía de Acció Cultural, cuando se formalice la adjudicación de la redacción del proyecto, una licitación que cuenta con un presupuesto base de 60.500 euros. Con esto quedará definida la intervención que se llevará a cabo en el inmueble, unos trabajos de adecuación que llegaran a lo largo del año y que, de acuerdo con el Ayuntamiento, no son especialmente complejos, con lo que la obra podría estar finalizada “a finales de año”.

Esto por lo que respecta al continente, pero, ¿cuál es la fotografía actual desde el punto de vista del contenido? Es el director de la Cátedra de Estudios del Cómic y del Aula del Cómic de la UV, Álvaro Pons, la persona clave para conocer el estado de la cuestión. Él es el encargado de asesorar la configuración de una colección que se ha puesto como objetivo crecer en los próximos meses, de cara a la próxima apertura del centro, una colección que ya suma aproximadamente 10.000 ejemplares procedentes de distintas donaciones y que ahora aumentará con las primeras compras impulsadas por el centro. ¿La previsión? Aumentar la nueva colección este año con hasta 30.000 documentos a través de los que se podrá analizar y estudiar la historia del cómic valenciano.

Para esto se ha destinado este año desde el Ayuntamiento de València una partida de 30.000 euros, la primera fijada para la compra de ejemplares para el Centro del Cómic, un proceso comisariado por Pons que, tras varios meses organizando las “pequeñas y grandes” donaciones, se lanza a la compra de colecciones privadas de cómic valenciano. El primer objetivo, vinculado precisamente al contenido con el que ya cuentan, se centra en la adquisición de obra de entre los años 1940 y 1960, un periodo que se ha convertido en el primer objetivo, pero en el único. "Queremos que las principales colecciones sean las de autores valencianos, empezar por ellos, centrándonos en Editorial Valenciana o Maga, en esos años 40 o 50 como punto de partida. Pero luego, la idea es ir ampliando. Tenemos ya de algunas donaciones una buena cantidad de cómics de los años 70 y 80, entonces vamos a empezar con compras de los años 40 y 50 para ir avanzando hasta conseguir tener todo lo publicado en España de cómic en el siglo XX y XXI. Será poco a poco, evidentemente, pero ese es el objetivo", explica Álvaro Pons.

Cabe destacar que el Centro del Cómic no es exactamente un museo, aunque sí contará con espacios para la exhibición, sino un centro dedicado a la investigación, archivo y conservación del patrimonio cultural y creativo del cómic, siendo este el “primer centro público en España de estas características”, explican desde el Ayuntamiento de València. Así, el Centro Micharmut se fija como objetivos, entre otros, el asesoramiento en el diseño de exposiciones sobre cómic, préstamo de materiales o fomento de publicaciones sobre el ámbito de la historieta, una labor cuyo eje fundamental es la protección de un patrimonio que no siempre ha sido bien tratado. 

“Era necesario un espacio físico que ayude a conservar el patrimonio de colecciones de un cómic que se consideraba material fungible”, explicaba Álvaro Pons durante una entrevista en 2021 con Culturplaza. “Mucha gente cogía los Pumby y los tiraba a la basura. Hemos visto que grandes colecciones han acabado en los vertederos, porque la familia no quería hacerse cargo y no había una institución que lo hiciera”. A este respecto, la concejala Maite Ibáñez apunta que con este proyecto se da respuesta a una petición “histórica” del sector, “la de tener un centro específico para estudiar, divulgar y salvaguardar el cómic, evitando así que interesantes colecciones de tebeo valenciano se pierdan”.