Cultura y Sociedad

'EL CABECICUBO'

Cómo reírse en la cara de los ciudadanos, por Donald Rumsfeld

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MADRID. Conservador en lo político, trilero en lo moral. Tahúr. Sinvergüenza. Fullero. La lengua de Cervantes es rica en apelativos para la clase de persona que es Donald Rumsfeld. Puede hacer la prueba con ver el documental que está emitiendo Canal +, ‘Certezas desconocidas', sobre el secretario de Defensa estadounidense de las célebres armas de destrucción masiva. A ver cuántos adjetivos le salen a usted.

Sólo la indemnización en diferido de María Dolores de Cospedal puede competir con esto: "Hay certezas conocidas y certezas desconocidas. Luego hay cosas que no sabemos que no sabemos y cosas que no sabemos que sabemos. Es decir, cosas que creías que sabías pero que luego resultó que no podías saber". Les refresco la memoria, Irak se invadió porque Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva que iba a emplear contra nosotros. Eso nos dijeron.

La invasión desestabilizó al país, que ya va por más del medio millón de muertos según los cálculos más modestos. Hay quien dice que esos muertos no se pueden achacar a la intervención americana, también quien razona que si te tira por una ventana él solo te ha dado un leve empujón, lo que luego hagan la ley de la gravedad y el suelo no son responsabilidad suya, por un empujoncito no se le puede hacer un reproche a nadie.

En su momento, Rumsfeld dijo: "Sabemos que tienen armas de destrucción masiva y programas activos, no hay debate posible al respecto". Ahora, en la entrevista de este documental, es así: "La ausencia de pruebas no prueba la ausencia de nada, cuando alguien habla de ausencia de pruebas eso no prueba la ausencia de lo que se quiere probar, lo que se dice es que hay una ausencia de pruebas de algo, pero uno no debería decir que automáticamente eso prueba que algo no exista, a partir de la primera aseveración es fácil equivocarse y decir que la ausencia de pruebas significa que eso no existe". Toma tomate.

Aunque todavía tiene arrestos de fabular esta teoría: "Supongo que Sadam Husein pudo temer que se descubriera que las tenía y las destruyó pero no quiso que nadie lo supiera, quizás las destruyó sin querer admitirlo por miedo a parecer débil". ¡Al club de la comedia!

El documental, al margen de silogismos budistas sobre las certezas, también le pilla en mentiras contundentes. Le preguntan que por qué se divulgó la idea de que Sadam estaba detrás de los atentados del 11 de septiembre en el World Trade Center. Contesta que nadie del Gobierno hizo tal cosa. El director rescata un vídeo y no es que lo hiciera, es que las declaraciones las realizó con recochineo y chulería. Entonces el periodista le dijo que Sadam había dicho que no tenía relación alguna con Al Qaeda y Rumsfeld dijo: ¡Y Abraham Lincoln era corto de estatura!

Después añadió: "Volvemos a tener al mentiroso del pueblo y la gente va repitiendo lo que dice olvidando que nunca o casi nunca pocas veces dice la verdad".

Otra parte hilarante es cuando le preguntan directamente por qué tenían que invadir su país. Y responde: "Porque nosotros no asesinamos a líderes de otros países". Le recuerdan que sí que lo intentaron en Dora Farm. Y sentencia: "Aquello fue un acto de guerra". Es un cachondo mental. Por cierto, por si no lo recuerdan, al final Sadam fue ahorcado.

Rumsfeld en Irak

En cuanto a la ocupación, se quejó de la cobertura catastrofista que estaba haciendo la presa. El documental rescata vídeos en los que pone el grito en el cielo por que los periódicos estuvieran sacando fotos de "un niño con una vasija en la mano". Y su elogio de la libertad impuesta a los iraquíes también es para ponerle un marco: "están haciendo un gran trabajo y causa desorden porque la libertad es desordenada y la gente libre es libre de cometer errores, cometer crímenes y actuar mal, pero también son libres de vivir su vida y hacer cosas maravillosas y eso es lo que va a pasar aquí".

Con respecto a las fotos de torturas y vejaciones, dice que fue "vergonzoso" y que eran "repugnantes", pero en esencia, lo que hace realmente es quitarle hierro al asunto: "No les mataban ni les causaban heridas permanentes, era sólo sadismo".

Cuando pone en perspectiva su carrera, cita que Rumsfeld fue uno de los que estuvieron en el Despacho Oval cuando se produjo la evacuación de la embajada americana en Vietnam. "Nadie olvidará eso jamás. Fue el final inevitable y desagradable para una empresa fracasada, a veces las cosas funcionan, otras veces no, esa fue la lección".

Desde ese momento, con el inicio de la distensión, fue de los que se preocupó porque la población empezó a estar en contra de la inversión en Defensa. Un dato significativo. Del mismo modo, le llevaron los diablos cuando la gente entendía que Gorbachov era el artífice de los cambios que transcurrieron durante los años 80. "¡El mérito es de Truman y Adrenauer durante cuarenta años de firmeza!", aparece gritando.

En esa época, cuando estuvo enviado en Oriente Próximo por los sucesos en El Líbano, dejó escrito lo siguiente: "Nunca saldrá de mi boca la frase ‘EEUU busca una paz justa y duradera en Oriente Próximo'. Aquí muy pocas cosas son justas y las únicas cosas verdaderas que he visto son el conflicto, el chantaje y el asesinato". 

Por fin, en su ‘comeback', pudo llevar a cabo su sueño de que Estados Unidos tuviese lo que se conoce como un "liderazgo fuerte". A la vista están los resultados de una estrategia de esa clase. Eso sí, como él mismo subraya, Obama no ha cambiado la línea. Rumsfeld dice que ahí sigue Guantánamo, la detención indefinida, la Patriot Act y las comisiones militares siguen vigentes. "Eso legitima a Bush".... O al revés.

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