VALENCIA. Tan solo quedan 10 días para que en el mundo fallero se hable (y mucho) de Nou Campanar. La comisión, reinventada tras la salida de Juan Armiñana como mecenas de la misma, plantará este año 90.000 euros de falla experimental. Si en 2002 su aparición como comisión marcó profundamente a la Sección Especial, generando una carrera sin fin por plantar el mayor monumento posible -y tocó techo al ‘quemar' un millón de euros-, ahora se prepara para marcar una nueva tendencia: la de la falla de construcción participativa, que sirve como lugar de encuentro y que invita a la reflexión social.
Los directores del proyecto son Miguel Arraiz, arquitecto, y David Moreno, artista plástico. Ambos han plantado algunas de las fallas experimentables más memorables de los últimos años, como las de la comisión Castielfabib -Marqués de San Juan. Ambos ahora cogen las riendas de un proyecto "que quiere marcar un precedente y generar tendencia", según apunta el propio Arraiz. La ambición está clara.
¿PERO CÓMOS SERÁ LA FALLA?
La obra se compone de nada menos que 96.000 piezas que, para predicar con el ejemplo, han sido unidas en parte por miembros de distintas asociaciones del barrio de Campanar, niños en riesgo de exclusión social, pacientes de la Casa Ronald McDonald de Valencia y alumnos de diferentes colegios. Todo ello para generar un monumento "integrador, en el que más de 350 personas han participado de una u otra forma. De hecho, hubiera sido imposible hacerla real sin esta colaboración".
El nombre del proyecto, Ekklesia, hace referencia al término de la principal asamblea en la democracia ateniense. Sobre la cerámica de este lugar los miembros del pueblo griego escribían el nombre de los políticos u otras personas que debían ser expulsados de la Polis por perniciosos. Y esa es la única pista que, hasta la fecha, se tiene de lo que será la falla de Nou Campanar: "la comisión no solo ha respetado ‘el factor sorpresa', sino que nos ha agradecido mucho que les hayamos ido explicando el proceso", señala Arraiz.
UN MONUMENTO PARA LOS ANTIFALLEROS
Tanto el arquitecto como Moreno tienen un importante curriculum profesional vinculado al uso del espacio público, pero con esta falla plagada de reivindicación pretenden que el monumento se convierta en parte activa y vivida para la comisión: "la ciudad tiene mucha actividad, una nueva forma de hacer las cosas que parece que ha de vivir ajena a las fallas. Movimientos vecinales, creativos o participativos. Queremos que el propio monumento sea un lugar para el debate y el conocimiento de Valencia, un lugar de encuentro y activo desde el próximo día 7".
Arraiz se refiere al 7 como el día en que esta falla empezará a dar que hablar inevitablemente, porque entre otros asuntos "el 90% de la falla se construirá en la calle. Es imposible, por su fórmula y por sus dimensiones, que podamos tenerla montada en ningún taller". En cuestión de días, con el mosaico como excusa, el proyecto de Nou Campanar trata de alcanzar "a la población no fallera de la ciudad. La fiesta, que es además un gran motor económico, hablan siempre sobre sí mismas. La intención es generar una válvula de escape para la gente que piensa que paralizar la vida de Valencia no puede servir únicamente para llenar de churrerías las calles".
Entre tanto, el proceso ya ha sido un camino relevante, distanciado de la actividad habitual de las comisiones. Grafiteros de renombre o raperos han impartido -y seguirán haciéndolo pasadas las fallas- talleres vinculados al mismo en los centros ya citados, tras un acuerdo de colaboración con la Conselleria de Bienestar Social. "Nuestro referente ha sido la Falla Cronista Beguer Esteve de Torrent que siempre ha entendido ser una falla implicada socialmente. Y hemos trabajado codo con codo a partir de su experiencia y con ellos", señala Arraiz.
UNA FALLA MULTIUSOS; PLURAL
Arraiz y Moreno llevan meses de trabajo a tiempo completo con la responsabilidad de plantar en Sección Especial. La comisión, Nou Campanar, apenas supera los 40 falelros. Razón de más para generar a partir del monumento una atracción, pero también adaptándose a los tiempos tras la salida del empresario Armiñana tratando de no perder su capacidad de marcar la vanguardia en lo que se refiere al monumento fallero..
La falla infantil será un juego, "especialmente enfocado a los más pequeños", aunque tampoco desvela de qué se trata. La grande, 10.000 kilos de cartón y 7.000 de madera, dará lugar a happenings como el que prepara LedsVisuals. La empresa prepara la iluminación artística de la misma apra los días 16, 17 y 18, con diferentes pases a lo largo de la noche. "La idea es la de generar una visión iluminada de la falla sin precedentes, única y a partir de las tendencias en diseño de iluminación de vanguardia", apunta Francesc Ribes, miembro de esta compañía. El 18
convertirán el monumento en un escenario para la música electrónica en la que se darán cita los míticos dj's de la sala LeClub Fran Campos y Dioni Sánchez, entre otros artistas invitados.
¿Habrá ninots? ¿Y textos con la correspondiente crítica fallera? Arraiz se escuda en no revelar prácticamente nada del monumental proyecto: "la falla ha de funcionar también como atrapamoscas, para captar la atención del público fallero y del no fallero". A Arraiz le preocupla la velocidad de montaje, que la falla "sea un espectáculo" y sobre todo que el trabajo con los menores dependientes acerque a la comisión a un público especialmente diverso.
Nou Campanar, una comisión plagada de familias jóvenes, se enfrenta con este proyecto a marcar precedente en la fiesta. Hasta aquí han visto como personas de otros barrios han colaborado en su monumento, pero también ellos y la comisión torrentina implicada en el monumento. Un trabajo de largo recorrido que, además, está filmando Barret Films. "La documentación de las fallas es fundamental y sirve para muchos propósitos", apunta Arraiz. Un documental plasmará todos estos meses de trabajo y acción.
Y el 19 "que todo arda. Es el mejor momento de las fallas, porque es la única forma que tenemos de cerrar este proyecto al que según se aproxima la fecha no dejamos de dedicarle más y más horas". Arraiz termina con una sonrisa: "los bomberos siempre que oyen mi nombre saben que van a estar un rato intentando apagar la falla". El uso únicamente de cartón y madera alargará la cremà de una falla llamada a dar mucho que hablar durante las próximas fiestas.