
Viejo: Antiguo o del tiempo pasado. Deslucido, estropeado por el uso.
VALENCIA. Cuando visito Aquarium y veo a jubilados tomando algo en la barra mientras ven el fútbol, hablan de política y cuentan batallitas, no hay nada que me sorprenda. Aquarium es como cualquier bar de pueblo. Pero cuando veo entrar a una pareja de guapos pijos vigoréxicos, a una familia de catedráticos muy viajados, a algún influencer con zapatos relucientes y a varios gourmets de ruta gastro, es cuando me asaltan las dudas, ¿me he perdido algo?
Tengo que reconocer que Aquarium no es santo de mi devoción, camareros displicentes con clientes no fijos, mesas y sillas incómodas y esa sensación de sentirse observado, miradas que te juzgan. Parece que te has colado en un club privado en el que sirven comida de bar de barrio y cócteles para nostálgicos.
Intentando ser lo más objetivo posible, algo que como ven es difícil, les propongo una reflexión lo más analítica posible sobre Aquarium.
AMBIENTE/SERVICIO/COMODIDAD
Los camareros de Aquarium son sus propietarios (cooperativa), y se
nota que quieren hacer bien su trabajo, aunque para alguno de ellos no es lo mismo un cliente fijo que
uno nuevo. Y eso está muy mal, hay que tratar a todos por igual.
La comodidad es muy deficiente, con mesas y sillas bajas que te hacen comer con el estómago arrugado sobre tus piernas. Es llamativa la antigüedad y lo desgastado de la vajilla y de la cristalería. Sobre la decoración no tengo nada que decir, un típico local marinero con mucha madera, ojos de buey, ventanillas con su cortina y cuadros con barcos y nudos marineros. Muy actual la verdad es que no es...
El ambiente en Aquarium es a la vez su gran virtud y su gran lastre. Una clientela que normalmente vive y habla del pasado lastra la posible actualización y renovación de un local que vivió momentos de gloria pero que ahora solo los recuerda con nostalgia, una Valencia que pasó y ya no volverá.
Por cierto, ¿qué les parece esa lona blanca de barraca de feria que adorna la Gran Vía? Ya que está en la vía pública, ¿no podrían poner algo mejor? Sólo como consejo, un paseo por las calles burguesas de Donosti, Santander o Madrid les daría alguna idea.
LOS CÓCTELES
Digámoslo claramente: los cócteles en Aquarium son muy corrientes, preparados con viejas técnicas y útiles obsoletos y desgastados y solo la nostalgia y el recuerdo nos hacen valorarlos. Alucino cuando escucho que allí preparan el mejor Dry Martini. No es que en Valencia haya muchas coctelerías (Clandestino, Doce, Ginger...) pero tampoco se puede exagerar tanto. Una cosa es cierta, allí es en donde se sirven los cócteles mas baratos de la ciudad.
Servir un Gin Fizz excesivamente dulzón en una copa de media combinación o mitjet con una pajita de los chinos tiene poco mérito. Su famoso Dry Martini no suele tener la temperatura correcta, pues lo enfrían con los hielos reutilizados del anterior Dry, ¡y así no enfrían lo suficiente!. Y la misma medianía presenta su Bloody Mary. Insisto no confundir la escasez de coctelerías en Valencia con la excelencia de la más clásica.
LA COMIDA
En Aquarium se puede comer básicamente lo mismo que en cualquier bar. Como pueden ver en su carta, lo fuerte allí son los bocadillos, las frituras y las tapas. No hay nada que destaque ni por bueno, ni por malo, todo bastante normal pero a precios ajustaditos. El trabajo en la cocina y en la sala es rápido y eso es muy de agradecer.
Tienen el detalle de trocear el pan (bastante aceptable) para los bocadillos y siempre te dan la opción de personalizarlo. El embutido es insípido y su famosa brascada tiene excesivo sabor a un regular jamón serrano caliente. Si hiciera un ranking de bocadillos en Valencia, ninguno de ellos estarían en el Top 10.
Las patatas fritas de guarnición
en varios platos no están fritas al momento y mejorables también son las salsas -ajo aceite o tártara- demasiado industriales. La fritura no está mal, aunque supongo dependerá del día. Comida muy sencilla, de calidad y de precios bajos, con servicio ágil y con flexibilidad en
la cocina para preparar platos al gusto del comensal y que así se sienta como en casa.
Si Aquarium es un clásico valenciano y refleja el nivel gastronómico de parte de la gente que come y bebe en Valencia fuera de sus casas, no me gusta nada. Como intento demostrar en estos Diarios de Cocina, en Valencia hay muchos lugares para comer y beber muy bien. Si simplemente Aquarium es un local viejo, que frecuentan jubilados, alguna oveja descarriada y nostálgicos de tiempos pasados, ¡pues vale!, yo les acompañaré y me reiré con ellos, pero nada más.
Los precios bajos de Aquarium hacen que clientes exigentes se relajen y permitan lo que en otros locales no toleran y critican, tanto en la calidad de la comida y de la bebida como en la comodidad. Hay clientes que sentados en Aquarium se sienten burgueses por un día y quizás ese sea el atractivo que encuentra una nueva y joven clientela de este viejo bar que paradójicamente sigue lleno todos los días.
Abramos ventanas y puertas, que el aire fresco entre en toda la casa, que la luz entre hasta los más profundo, para así poder vivir nuestra propia vida y no la de los demás. Que nada vuelva a ser igual, que ahora todo sea mucho mejor. Salud.