VALENCIA. El cine de terror es todo un filón para las jóvenes generaciones de directores. Con referentes clásicos como Nosferatu, el vampiro (Murnau, 1922) El jorobado de Notre-Dame (Wallace Worsley, 1923) o Drácula (T. Browing, 1931) la cinematografía no ha dejado de soportar mestizajes con el cine erótico, el de aventuras o la ciencia ficción, entre otros.
Sin embargo, el género ha sufrido una habitual degeneración. La atracción
La locura, el universo de la tortura, las fobias, lo desconocido... cualquier materia prima parece váldia
Para poder repasar seis de las mejores peores películas de la historia, ValenciaPlaza.com cede la voz a unos auténticos profesionales a la hora de destripar el peor cine hecho jamás: CinemaScupe. Este colectivo de profesionales del humor está compuesto por los valencianos Raúl Salazar (dibujante de El Jueves y Vozpopuli.com), Javier Boinez (traductor audiovisual y blogger de humor) y Sixto García (realizador, guionista y locutor de radio).
Su actividad como CinemaScupe es, en definitiva, como ellos mismos apuntan "una extrapolación a lo grande del clásico plan de peli mala, amigos y cervezas".
Estarán presentes este domingo día 2 de noviembre en el Festival de Cine Fantástico de Torremolinos y el próximo 8 de noviembre en el Festival Internacional de Mediometrajes La Cabina, en la Fimoteca de Valencia a partir de las 22:30h. Entre su selección de seis películas incluyen las que comentarán en estos dos shows.
POR JAVI BÓINEZ
Plan 9 from Outer Space (Ed Wood, 1959)
Plan 9 from Outer Space, o Plan 9 del espacio exterior, si algún distribuidor español se animase a pagar un doblaje como se merece (o mejor, uno bueno), es un clásico. En serio. La obra magna de Ed Wood, el llamado «peor director de la historia del cine», aunque se lo dispute con Álvaro Sáenz de Heredia.
Esta joya de 1959 tiene de todo: zombis, platillos volantes, alienígenas amanerados, complejas pistolas de rayos que se arreglan como si fuesen un ordenador viejo (vamos, dándoles un golpetazo), una curvilínea Vampira que, cuenta la historia, no habla en toda la película porque se negó a decir las frases tan ridículas que ponía en el guion; un Béla Lugosi postmortem que solo aparece en imágenes de archivo y sustituido por un «doble» que siempre se tapa la cara con una capa para que no se note que, en realidad, no se parece una mierda; un zombi orondo que se queda encajado al salir de la tumba obligando a Wood a cortar el plano cuanto antes... Es como si Ed Wood hubiese cogido todo lo que le gusta (salvo jerséis de angora) y lo hubiese metido en una sola película.
Buena no es, pero sí muy divertida, y destila pasión por los cuatro costados. Pasión. La calidad ya tal.
El resplandor (Danielete Entertainment, 2012)
Cuando Stephen King escribió El resplandor, no sabía que Stanley Kubrick acabaría llevando su historia a la gran pantalla, y mucho menos que décadas después, Danielete (Daniel Aguilar Padilla), el Orson Welles del cine español (director, guionista, productor... ¡un hombre del Renacimiento!) haría un remake por el que apostaría una distribuidora que la pondría al alcance de todo el mundo: YouTube.
¿Recuerdan ustedes todos esos momentazos icónicos de la película de Kubrick? Las gemelas del pasillo, la escena de la bañera, la sangre en el ascensor, la muerte por congelación... Bueno, pues en la versión de Danielete no están. Sí están, eso sí, la escena de la puerta (aunque sea un madero de contrachapado que se encontraron tirado en una obra), el camarero (con la pajarita por debajo de la camisa) y varios planos en los que se ve el guion en cámara. También se sustituyen las voces etéreas por un auricular que se ve claramente y por el que, por lo que sabemos, podría estar escuchando Radio Olé.
No se pierdan tampoco el crecimiento de las patillas de Danielete, que varía de escena a escena y sirven como plan de rodaje improvisado. ¿Y qué decir del hecho de que el personaje de Shelley Duvall lo interprete aquí la propia madre de Danielete? Sí, amigos: su madre hace de su mujer, lo que hace que tengamos escenas que henchirían de orgullo al mismísimo Edipo. También hay que reconocer que el amateurismo de todo el reparto (y la endogamia: son todos familia) no es peor que el horroroso doblaje que sufrimos en la versión doblada al español de la cinta de Kubrick.
POR RAÚL SALAZAR
Troll 2 (Claudio Fragasso, 1990)
Considerada "la mejor peor película de la Historia", Troll 2 apunta maneras desde el momento en el que lees su título, porque nunca, a lo largo de toda la película, aparece un jodido troll. Lo que pasa es que Troll, la uno, la primera, tuvo cierto éxito y quisieron aprove
char el tirón creando una saga sin continuidad de ningún tipo y con goblins asesinos en la segunda entrega como protagonistas. Todo muy loco.
Troll 2 es un espectáculo cargado de gazapos, maquillaje de tercera, extras colándose en los planos, un director que no habla el mismo idioma que el resto del equipo y otras lecciones de cómo no hacer cine, todo ello encabezado por, posiblemente, el peor momento interpretativo de todos los tiempos, que ha llegado a convertirse en uno de los más aclamados memes de Internet (2,4 millones de visitas). Y es que sin sus deficientes interpretaciones, Troll 2 dejaría de ser ese producto audiovisual tan entrañable.
El protagonista en realidad era el dentista del pueblo e incluso un secundario era un tipo loco al que habían permitido salir del manicomio durante unos días. ¡Verídico! Joder, y vaya si se nota... ¡lo de que no era actor y lo de que estaba loco, digo! En definitiva Troll 2 fue, como ya vaticinaba el apellido de su director, un auténtico fragasso, pero con el tiempo un reconocido éxito del cine basura.
Black (Javier Urdaniz, 2008)
Será la película a destripar en el Festival Internacinal de Torremolinos
A un tipo le deja la novia y para superar la situación decide irse con un amigo con pinta de abertzale al bosque donde pasarán la noche juntos en una tienda de campaña (en mi pueblo eso es hacer cruising, oiga). Una vez allí pasarán movidas muy raras con una puerta que se encuentran plantada entre los pinos, como si del monolito de 2001: Una odisea del espacio se tratara.
Los intentos de dar miedo se disipan al instante cuando el maquillaje estilo 'celebrities de Muchachada Nui' hace aparición en pantalla. No obstante, Black es una cinta muy recomendable si lo que busca el espectador es experimentar ansiedad y agonía, sobre todo cuando ya no pueda más y vea que todavía le quedan 25 minutos a la película. Ideal para verla a oscuras. Si puede ser con la pantalla apagada, pues mejor.
POR SIXTO GARCÍA
Rubik's Cube Terror (Sander Maran, 2012)
El 21 de diciembre suele ser (en los últimos siglos) el día más corto y, recientemente, en varios locales se exhiben cortometrajes. Así apareció ante nosotros un corto cuyo nombre no recordábamos, por lo que acabamos por rebautizarlo como Rubicubilizado. Finalmente, dimos con él y aquí está, íntegro:
Esta obra de terror e ingenio narra la vivencia de un joven introvertido que es atormentado (físicamente) por el notorio cubo-puzzle. Se aprecia el desparpajo, el ansia de la juventud, amor por el bosque y por los juegos de ingenio (con final predeterminado) y ahí es donde esta obra se sublima, en el clímax final.
No debería nunca más ser vista por alguien, ¡pero se la recomiendo!
Los Pájaros (Alfred Hitchcock, 1963)
Del corto al largometraje encontramos una obra esencialmente muy parecida en la trama, pero también en los efectos especiales, sobreactuación, dirección de arte, maquillaje... sólo vemos diferencias en la banda sonora musical (una de ellas magistral) y en que el corto no tenía script. Estamos hablando de...:
Obra maestra de 1963 basada en la novela de Daphne du Marier entre otras grandísimas figuras técnicas de la cinematografía mundial además de Tippy Hedren y Rod Taylor como estrellas.
La sinopsis: En un pueblo costero los pájaros empiezan a agredir a las personas durante un fin de semana y éstas se las apañan como pueden. Y aunque ha pasado honradamente a la historia del séptimo arte, sorprende al verla hoy, lo mala que es.