La Comunitat Valenciana alberga más de 70 festivales de cine, aunque desde las instituciones se insiste en que "son compatibles" aunque admiten que la relación con una coordinadora evitaría solapamientos
VALENCIA. El Festimapp, un censo fiable sobre los festivales de cine de la Comunitat Valenciana, ha alcanzado su segunda edición. Esto supone, además de haber mejorado la base de datos sobre los encuentros audiovisuales del territorio, tener una posibilidad de análisis comparativo y también dinamizar las necesidades que su superpoblación ha empezado a requerir. Desde l'Institut Valencià de l'Audiovisual i la Cinematografia (IVAC) se ha reflexionado finalmente a partir de los datos de este informe y los recursos de los que se dispone para fomentar estos encuentros, a través de CulturArts, se duplicarán durante los dos próximos años.
Así lo aseguró el director del IVAC, José Luis Moreno, en la presentación del segundo Festimapp. Como reconoció a Valencia Plaza, "la intención es que en 2018 el capítulo de festivales cuente con 100 o 120.000 euros para su dinamización". La propuesta a través de los Presupuestos Generales de la Generalitat Valenciana duplicará un montante que este año no se ha incrementado, que tendrá una subida en 2017 que todavía no parece haberse cerrado por completo, pero acabará en la citadda horquilla en dos años.
Moreno puso el acento en esta apuesta por una realidad un tanto peculiar: la existencia de 72 festivales en la Comunitat Valenciana. "Todos son compatibles", aseguró también a este diario, "pero más que nunca se ha hecho necesaria una coordinadora entre ellos". El responsable del Festimapp, el periodista y colaborador de CulturPlaza Eduardo Guillot, mencionó que, más allá de los datos del segundo informe, "la propuesta de impulsar esa coordiandora parece que ha sido recibida con gran entusiasmo". A ello ha ayudado que en la presentación de los datos este jueves acudieran algunos de los directores de "esos festivales que no siempre tienen la oportunidad de coincidir", apuntaba Moreno.
El informe dice textualmente: "nos gustaría hacer hincapié en algoq ue ya se subrayó hace dos años: [el informe] no se plantea en ningún caso si un festival es necesario o no. Lo es. Siempre. Incluso si su carácter es meramente testimonial. Especialmente en las localidades donde resulta complicado acceder a la cultura o al cine de autor, que son la mayoría cuando salimos de Valencia". Ese es el punto de partida para aceptar que los 72 festivales de los que se tiene constancia según Moreno, 68 analizados por el Festimapp a partir de sus respuestas activas, justifican la existencia de todos ellos. "Ni siquiera Castellón y Alicante, las otras dos capitales de la Comunitat, cuentan con una programación regular en versión original", apunta el reporte.
A partir de esta realidad, estos son los gráficos más destacados de una segunda edición del Festimapp protagonizada por el incremento de certámenes, pasando de 45 a 68 encuentros censados.
La provincia de Valencia acoge el 60% de los festivales, el 36,8% del total en la propia capital de la Comunitat. No obstante, el informe destaca que la provincia Alicante, que tiene un 25% del total, cuenta con "algunas citas pioneras y plenamente consolidadas". Entre ellas, destacan quizá el Festival de Cine Independiente de Elche, "el más longevo de cuantos se celebran" en el territorio, o la Semana de Cine de Villena, con más de treinta años de trayectoria.
El reporte destaca que la mitad de los festivales no ha cumplido más de cinco ediciones, algo que tiene una lectura clara para los activos en el presente y los que han de llegar: "resulta mucho más
sencillo poner en marcha un festival que mantenerlo activo y en crecimiento progresivo".
El verdadero sentido de la creación de una coordinadora, además de lo que pueda derivarse de "las exigencias que puedan tener de cara a la Administración", apunta Moreno, tiene sobre todo una necesidad práctica con el calendario sobre la mesa. Ya solo las 68 propuestas analizadas aseguran que en varias de las semanas del año, inevitablemente, se superponen muestras o exhibiciones. Dicho lo cual, el periodo de primavera y verano, unido a los meses de septiembre a diciembre, son los principales focos de superposición. De hecho, julio es el mes de mayor acumulación. En cambio, de enero a mayo hay una suerte de descompensación por carencia.
Con todo, lo más curioso es que, como apunta el Festimapp de 2016, "en otoño e invierno se celebran también otros importantes festivales nacionales como Valladolid, Sevilla, Gijón, San Sebastián o Sitges. Para desubicar algunas de esas propuestas y coordinarlas en todo caso, Moreno cree que esa especie de mesa de comunicación es necesaria aunque puntualiza: "no puede surgir de la propia Administración. Nosotros ya avanzamos que los festivales que producimos directamente, estarán presentes, pero esa plataforma ha surgido ajena al IVAC".
Una imagen vale más que mil palabras y el 'quesito' azul deja claro que la participación de financiadores privados en este tipo de certámenes es minoritario. Aunque parece que la fórmula mixta es la predominante, la gráfica es "engañosa". El informe puntualiza que "excepto en muy pocos casos puntuales, que cuentan con participación mayoritaria de entidades financieras o patrocinadores de peso, la principal aportación siempre es pública y la colaboración privada es escasa, basada en el intercambio de servicios (publicidad, hostelería) o meramente anecdótica (pequeño comercio local, marcas comerciales menores)". Otra peculiaridad que aclara el informe es que, del estrecho margen financiado de manera privada, "la mayoría de casos se trata de muestras o festivales de pequeño formato" con una sola jornada y sin competición. Muestras, sobre todo.
Esta realidad demuestra la posición imprescindible de las administraciones para con los festivales, ya que si se filtraran esos dos parámetros destacados veríamos que los mismos son posibles gracias a la base de dinero público ya sea de las arcas municipales, autonómicas o en algún caso estatales.
Los datos del informe no dejan lugar a dudas de que la gran cantidad de pequeños festivales de la Comunitat condiciona en gran medida la percepción sobre sus públicos y presupuestos. Si tuviéramos que definir dos líneas claras en esos dos ámbitos, diríamos que los festivales del territorio cuentan con menos de 1.000 espectadores por edición y entre 1.000 y 10.000 euros de presupuesto. No obstante, es interesante hablar de algunos casos puntuales que revela el informe. Por ejemplo, la llegada de dos nuevos festivales con presupuestos por encima de los 100.000 euros: Cortoons y eMove.
Este último tiene un entorno académico que el informe se atreve a proponer que será, como "público cautivo", una de las bases de crecimiento de todos los festivales a futuro. Es decir, que la cierta obligatoriedad de paso adulterará las cifras de público, tal y como ya seguramente debería haberlo hecho desde hace años en Cinema Jove. El valenciano es el que mayor presupuesto tiene, por encima del medio millón de euros, pese a haber vivido una escalada de recortes que se estabilizó hace ahora dos años y que tendrá a un nuevo director después de las 16 ediciones con Rafa Maluenda al frente.
En materia presupuestaria, los festivales de lAlfàs del Pi (con más de 25 ediciones), Independiente d’Elx, MICE y Cine y Derechos Humanos constituyen una zona media con más de 50.000 euros. La Cabina, el festival que se celebra durante estos días, que acogió la presentación del informe y que solo en su jornada de inauguración reunió a 1.300 personas en la proyección inaugural del Palau de Les Arts, se sitúa en esa horquilla que va de los 10 a los 50.000 euros con 12 certámenes más.
Con esa variable de festival pequeño y de presupuesto modesto, choca que el 66% tengan carácter internacional. Esto se explica "a partir de la gran cantidad de certámenes dedicados al cortometraje, que reciben
películas de todo el mundo". Y de hecho, el 53% de los festivales son de cortometrajes, el 45% de largometrajes y el caso único de La Cabina -mediometrajes- representa el 2%. La especialización temática no es predominante, aunque hay dos festivales de género negro, cuatro de terror, fantástico y subgéneros, seis de derechos humanos y temáticas sociales, tres de documentales, dos de animación, tres de educativo y cuatro de histórico.
El informe, partiendo de la base de conclusiones de la edición de 2014, también propone algunas ideas fuerza para "el crecimiento de los festivales valencianos":
-Posibilidad de acoger, potenciar e incluso cofinanciar proyectos en desarrollo.
-Estudiar la creación de un Mercado del Cortometraje.
-Potenciar la presencia a lo largo del año con diferentes actividades.
-Estimular la colaboración con los centros educativos del entorno geográfico.
-Barajar la edición de publicaciones, incluso a un nivel modesto.
-Establecer nuevos términos en la relación con las instituciones y con el resto de festivales.
Esa última idea es la que ha sido acogida con "entusiasmo" entre los presentes, mientras que los impulsores del informe han sugerido desde el nombre (Coordinadora de Festivales de la Comunidad Valenciana), su objeto ("racionalizar fechas, aunar esfuerzos y tener una voz definida ante las instituciones") y fijado un modelo de referencia (la Coordinadora de Festivales y Muestras de Cine y Vídeo de Catalunya). En 10 años ese proyecto ha derivado en la marca Catalunya Film Festivals: "agrupa los
festivales y muestras miembros bajo un denominador territorial común, y define la actividad, facilitando la identificación por parte del público, de las instituciones y de los medios de comunicación. Los festivales miembros se rigen por un Código Deontológico de buenas prácticas y de profesionalidad tanto para con los creadores como el público".
Con diversas alusiones al IVA cultural, al cambio de paradigmas a partir de Fes Cultura, a la vigencia de CURTS, el informe da valor a la citada coordinadora de festivales también ante situaciones de conflicto como las que se han derivado del fin de ciclo en Cinema Jove, de las desavenencias del Festival de Alicante con las instituciones ("al parecer ya solventados") y "el generoso aumento de presupuesto de Mostra Viva (inyección económica directa desde la administración) y la subvención recibida por Docs Valencia para celebrar su primera edición" que, como apunta el informe, "han generado reacciones de cierto malestar en el entorno festivalero". Situaciones que, en todo caso, "una Coordinadora de Festivales no solo podría solventar antes de que se produjeran, sino establecer un diálogo mucho más fluido entre el sector y la administración".
Por cierto, los festivales y muestras La Mostra de Cinema Jove d’Elx, Valencia Crea, Fantasti’cs (Castellón), Mostra Viva, Rafal en Corto, les Jornades Cinema i Gastronomía, Acurta’t, Xàbia Negra y Fes Oh! Curt (Nules), "pese al requerimiento reiterado, no han respondido el cuestionario".