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Fabra: más vale tarde que nunca

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VALENCIA. Un año y medio después, el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, ha efectuado una profunda remodelación del Consell heredado de Francesc Camps. Con nocturnidad (en pleno puente de la Constitución), pero sin alevosía. Es decir: en la buena dirección.

Se trata de una remodelación obligada, motivada por la dimisión del conseller de Hacienda, José Manuel Vela. En un principio, el vicepresidente y "hombre para todo" del Consell, José Císcar, se hizo cargo de esta cartera. Pero, y a pesar de la indudable capacidad (cada vez más llamativa y evidenciada) del vicepresidente de la Generalitat, en el estado actual de las cosas el problema no podía resolverse así. Porque Hacienda no es una conselleria más. Es, dada la imperiosa necesidad de negociar con el Gobierno central los créditos y transferencias necesarios para acometer todo tipo de pagos, la más importante de todas. La que provee "gasolina" (dinero) para que todo lo demás funcione, aunque a menudo sea tarde y mal. Se trata, por tanto, de una conselleria que requería urgentemente el nombramiento de un técnico que pudiera asumir la difícil sustitución de Vela, como es el caso del nuevo conseller, Juan Carlos Moragues.

Esta sustitución ha sido aprovechada por Fabra, por fin, para hacer algo de "limpieza" de la "herencia recibida", que en este caso no es la de Zapatero, sino la de Camps. Un trabajo que, visto el balance que se hacía, incluso desde la propia Generalitat, del legado de la "era Camps" y su enorme despilfarro en proyectos faraónicos y en compromisos de gasto inasumibles, llega al menos un año tarde.

José Manuel Vela y José CiscarSin embargo, más vale tarde que nunca.Semana tras semana, el Consell ha ido cayendo en un estado de casi absoluta parálisis, derivada de los problemas económicos y de la absoluta dependencia de Madrid, pero también de la falta de legitimidad política del presidente Fabra, cuyo mandato no fue refrendado por las urnas, sino por Rajoy. Puede que Fabra se estrelle ante la magnitud de los problemas económicos y la realidad del pésimo balance de la "herencia" que su propio partido le ha legado; pero, al menos, no puede decirse que no lo haya intentado.

Ahora, Fabra se enfrenta a los dos años y medio que quedan de legislatura con un equipo escogido por él, en el que ha mantenido a los fieles, ha dado entrada a los suyos (o a los que, por nombrarlos consellers, ha hecho suyos) y se ha librado del lastre que indudablemente suponía contar con varios conspicuos campsistas en el Consell, algunos de ellos arrinconados desde el principio (como Lola Johnson, sustituida por el propio José Císcar en la función de portavoz del Consell al poco de llegar Fabra). Contará con un equipo más fiable y cohesionado, aunque la remodelación también le pone a la intemperie, sin el relativo paraguas (de dudosa eficacia, en todo caso), de achacarle todos los males, implícita o explícitamente, a la gestión de su antecesor.

Habrá que ver, en suma, si se logra superar la travesía del desierto de los próximos dos años o si la gravedad de la situación económica y la presión desde Madrid (que aprieta, y también ahoga, al Consell y a la Comunidad Valenciana) acaban abocando a Alberto Fabra a adoptar la decisión más difícil de todas: convocar unas elecciones de incierto resultado.

José López JarabaLópez Jaraba: ¿dimisión o "espantà"?

El anuncio por sorpresa de Fabra ha dejado en un segundo plano otra noticia que también conocimos el viernes, si cabe más sorprendente: la dimisión del director general de RTVV, José López Jaraba, por "motivos personales", según inquirió el vicepresidente y portavoz del Consell, José Císcar. Sorprendente no por sus motivaciones, sino por el momento escogido: en pleno ERE de RTVV y apenas un mes después de recibir plenos poderes del Consell d'Administració de la radiotelevisión pública para ejecutar el ERE y la propia extinción de la actual RTVV.

Se trata de una dimisión en el último momento, que probablemente obedezca, según indica Las Provincias (el periódico que adelantó la noticia), a la decepción de Jaraba por no seguir al frente de la nueva radiotelevisión que, se supone, saldrá del ERE y la disolución de la actual (será sustituido por Rosa Vidal). Aunque también es un intento de eludir la dura responsabilidad, que le competía a Jaraba, de ejecutar un ERE sobre más de mil personas en la televisión pública (en la radio y en el ente RTVV, dicho ERE ya se ejecutará con la firma de Jaraba). Un ERE diseñado... Por el propio Jaraba.

La gestión de Jaraba deja muchas sombras, algunas verdaderamente ominosas, y ninguna luz. Es evidente que, para hacer un balance de la gestión del ya ex director general de RTVV, es preciso contar con la situación de partida de RTVV cuando él llegó. En 2009, tras la salida de Pedro García, RTVV presentaba ya una deuda enorme de 900 millones de €. La audiencia de Canal 9 también había experimentado un importante descenso, situándose ese año en torno al 12% de la audiencia.

Sin embargo, y a pesar de estos números, la gestión de Jaraba resulta indefendible: la deuda ha aumentado en tres años, a pesar de las medidas de contención del gasto en teoría aplicadas por el director general, hasta los 1200 millones de €. Y la audiencia se ha desplomado hasta niveles insondables, en torno a un ridículo 4% de la audiencia. Además, durante los tres años de López Jaraba al frente de RTVV, la supuesta austeridad convivió, hasta hace bien poco, con la continuación de las contrataciones y con los gastos desmesurados y, a veces, directamente injustificables (alguno, como los 600.000 € desembolsados en la compra de tres documentales ultraderechistas, desvelado desde estas mismas páginas).

En suma: Jaraba se va dejando una televisión arruinada, que no ve nadie, y abocada a un drama social (1200 despidos) y económico (la asunción de la enorme deuda por parte de la Generalitat ). Y, además, obliga al Consell a nombrar a otro director general, en una especie de "interinato" de algunas semanas, para que se haga cargo de la nada envidiable tarea de despedir a más de mil trabajadores. Un balance digno del mismísimo Gerardo Díaz Ferrán.

#prayfor... Gerardo Díaz Ferrán y los lingotes de oro

La semana también nos dejó más detalles para perfilar la compleja personalidad del expresidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, en tanto antítesis de lo que debería ser la clase empresarial española. Un empresario que no crea riqueza, sino que la destruye, y cuyo papel en la escena pública consistió, como presidente de la CEOE, en crispar el espacio público con declaraciones desaforadas, a menudo incendiarias. Y una trayectoria culminada con una caída desde lo más alto digna de Mortadelo y Filemón, con lingotes de oro escondidos en su casa incluidos.

Precisamente este último hallazgo, el del lingote de oro, fue particularmente comentado en twitter. El respetable, a través del hashtag #UsosDeUnLingote, se preguntaba si Díaz Ferrán abriría un negocio de "Compro oro", si dormía con el lingote debajo de la almohada, o si lo utilizaría para cocinar, entre otros muchos empleos posibles de semejante utensilio.

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*Guillermo López García es profesor titular de Periodismo de la Universitat de València.@GuillermoLPD

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