VALENCIA. La historia del Gran Premio de Fómula 1 en Valencia toca a su fin. La Generalitat Valenciana está negociando con Bernie Ecclestone la rescisión definitiva del polémico contrato que ha unido a las dos partes desde que en 2007 Francisco Camps pactara la celebración de una carrera anual del mundial en el circuito urbano que rodea al Puerto de Valencia. Un acuerdo opaco, cuyo contenido nunca ha sido desvelado por el Consell, amparándose en una clausula de confidencialidad.
Según contaba este viernes el diario El Mundo, la Generalitat ya solo negocia la rescisión del contrato, dejando la alternancia con Barcelona como imposible, pese al supuesto acuerdo verbal que habían alcanzado Fabra y Ecclestone. El problema para poner fin al contrato de forma anticipada, renunciando a celebrar las carreras que restan, es la indemnización que reclama el patrón de la Fórmula 1, que asecendería a 33 millones de euros, equivalente al canon. La Generalitat, por su parte, quiere no tener que pagar ese dinero y se están buscando vías para evitar el conflicto judicial que supondría el incumplimiento del contrato.
La grave crisis económica que atraviesa la Generalitat hace imposible, por una parte, seguir gastando dinero en estos grandes eventos, cuya rentabilidad social y económica está en entredicho. Pero además de la dificultad para poder gastar los más de 40 millones que cuesta organizar cada carrera, a la Generalitat le preocupa la imagen que puede dar realizar ese dispendio cuando los impagos se acumulan.
Si la Generalita logra romper el contrato se cerrará uno de los episodios más polémicos de la política de grandes eventos que impulsó Francisco Camps durante su presidencia. Aquel Gran Premio de Fórmula 1 que se anunció que no iba a tener coste para los valencianos acabó soterrando decenas de millones en cánones y obras de adecuación del circuito urbano.
Pero además, la empresa que se puso como mampara entre la Generalitat y la organización de la F1, Valmor Sports (participada por Jorge Martínez Aspar, Bancaja y Fernando Roig) tuvo que ser 'rescatada' y el Gobierno valenciano tuvo que asumir toda su deuda. Una operación criticada hasta por la Sindicatura de Comptes y que fue justificada por el Consell como un mal menor para evitar que la carrera de hace dos años no se celebrara y cayera una fuerte penalización sobre la Generalitat.
UN GASTO DISPARADO Y OPACO
La pasión por la Fórmula 1 de Francisco Camps, que incluso llegó a firmar una ampliación del contrato días antes de dimitir sin encomendarse a nadie, deja un lastre económico aún desconocido en su totalidad. De hecho, el coste del canon ha ido aumentando inexplicablemente con los años. De los 18 millones anuales que se aseguró costó la primerea edición, se ha pasado a cerca de 27 millones de euros. A ello hay que sumar los más de 40 millones de deuda que tenía Valmor y que fue asumida con la compra de la empresa.
Pero el grueso del coste está en el circuito urbano de la Marina Real, para cuya construcción se invirtieron más de 100 milones de euros. La Generalitat aseguró en su día que ese dinero se recuperaría con los cánones de urbanización del PAI del Grau. Sin embargo, la explosión de la burbuja inmobiliaria paralizó cualquier proyecto de entidad y las arcas autonómicas no han recuperado ni un céntido de aquella inversión.
Paralelamente, la fuerte inversión constriño la dársena interior del puerto, hipotecada por una calles enormes, diseñadas para tres días al año, al tiempo que todo el vallado del recinto se quedó fijo -el coste de colocarlo y retirarlo es mayor que dejarlo- y se convirtió en una barrera para la recuperación por los ciudadanos de un espacio que había logrado atraer al público con la celebración de la 32 edición de la Copa del América.
A falta de que se certifique esta acta de defunción del Gran Premio de Europa de Fórmula 1 en Valencia, el calendario oficioso del mundial del año que viene solo tiene una fecha en España sin especificar dónde. Esa indefinición estaba pensada para ver si finalmente se lograba un acuerdo de alternancia entre Montmeló y Valencia. Pero el trazado catalán ya hace tiempo que está vendiendo entradas para el Gran Premio de España de 2014.