C.Valenciana

CONFLICTO LINGÜÍSTICO

La Acadèmia se rebela y se niega a cambiar su diccionario normativo

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VALENCIA. "¡Sí que ha empezado pronto la campaña electoral!". Los académicos valencianos de la Llengua han respondido con completa despreocupación a la amenaza vertida este lunes por la consellera de Cultura, María José Català, de reducirle el presupuesto a la entidad si no cambiaban la denominación del valenciano incluida en su diccionario normativo. Del está "haciendo el ridículo" al "ellos sabrán", todos los académicos consultados por ValenciaPlaza.com respondieron con frialdad e indiferencia hacia este nuevo pulso lanzado por el Consell.

Desde la AVL se ha pretendido siempre evitar el conflicto por esta cuestión. Es más, todas las provocaciones lanzadas por el Consell se han considerado munición de fogueo cuyo único objetivo, dicen algunos académicos, es crear un conflicto donde no lo hay. "En lugar de valorar que se aprobó por la práctica unanimidad de las corrientes dentro de la Acadèmia, están inventando un debate que no existe", se lamentaba una de las fuentes consultadas.

No hay todavía una opinión oficial y uno de los académicos avanzó incluso que puede que nunca la haya porque la Acadèmia, explica, ya se expresó con el diccionario. La andanada con la que la consellera y el Consell han querido iniciar el curso este lunes se ha interpretado como una maniobra política a la que ningún académico ha querido dar más relevancia. Al igual que sucediera en febrero, cuando se inició el debate, desde la institución están convencidos de que el silencio es la mejor respuesta.

Un buen ejemplo de esta actitud fue la discreción con la que vicepresidente de la Acadèmia, Josep Palomero, se refirió este lunes al debate. Preguntado por el posible recorte presupuestario anunciado por Català, Palomero aseguró a ValenciaPlaza.com que prefería "no hacer declaraciones" y eludió entrar a valorar las palabras de la consellera porque, dijo, no las conocía.

Igualmente, descartó entrar a considerar si la medida de recortarles el prespuesto bordearía la ilegalidad. "Ellos sabrán lo que se hacen" fue la única mención al Consell. Haciendo oídos sordos a las amenazas de la portavoz del gobierno autonómico, Palomero simplemente respondió: "Que hagan lo que quieran".

INDIFERENCIA Y MALESTAR ENTRE LOS ACADÉMICOS

La misma indiferencia y malestar se percibía entre otros académicos, algunos de ellos propuestos por el PP, que no daban crédito a que el Consell reavivará una cuestión que daban por olvidada, sino finiquitada. En la Acadèmia han decidido plantarse con esta cuestión y no piensan ceder. En este sentido los académicos apoyan a su presidente, Ramón Ferrer.

Desde la Acadèmia se recordó también que las declaraciones de Català no se han tramitado de manera oficial y que, en estos momentos, en la institución ni existe constancia de que haya ningún malestar ni, mucho menos, de que se esté planteando un recorte presupuestario por parte de la Administración como castigo. "A nosotros no se nos ha dicho nada", explicaron estas fuentes.

En general la opinión mayoritaria de los académicos consultados va desde la desgana hasta el cansancio porque se les empuje a ser parte del debate político con una cuestión que, recordó uno de ellos, está "más que superada" en el seno de la AVL.

Es más, uno de ellos comentó que "si se planteara de otra manera" cualquier revisión del diccionario, se podría hasta estudiar, pero que los modos y maneras del Consell de Alberto Fabra atentaban a la dignidad de la institución. "Ellos son el Gobierno, de acuerdo, y los respetamos, pero el debate [sobre la lengua] es cosa nuestra", añadía este académico.

Para los representantes de la institución, este intento de revitalizar el conflicto lingüístico a costa de la Acadèmia "es una situación desagradable" sobre la que prefieren no entrar. "Dentro de la AVL se había llegado a un consenso y se votó por la práctica unanimidad de los académicos" insistía otra fuente; "es de eso de lo que deberían hablar".

La interpretación que se realiza tanto desde la Acadèmia como de su entorno es que, ante la ausencia de debate político de calado, en el Consell plantean agitar la bandera del anticatalanismo como una de sus herramientas electorales para recuperar votos. Con una popularidad decreciente, asediado por los partidos emergentes, y cuestionado por los empresarios por su escaso peso en Madrid, el Gobierno de Fabra recurriría así a uno de los argumentos que mayor rédito electoral le ha proporcionado en los últimos años al PP.

Sin embargo, la AVL no piensa a acalorarse por este asunto ni quieren ser parte del debate. Como en anteriores ocasiones, están convencidos de que el tiempo juega a su favor y de que la escasa consistencia de los argumentos del Consell harán que no prospere el conflicto. Y, en cualquier caso, no se va a cambiar la denominación de valenciano. La que se aprobó es la que se queda.

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