VALENCIA. El Consell que nombró Francisco Camps el pasado martes incluía un nombre que causó sorpresa y cierta perplejidad entre el mundo empresarial. El nuevo hombre fuerte en Economía e Industria, Enrique Verdeguer Puig, era un completo desconocido... para la mayoría.
La tarde del martes, e incluso la mañana del miércoles, muchos dirigentes patronales continuaban preguntándose cuáles eran los motivos que habían llevado a Camps a elegir a este economista del Estado valenciano afincado en Madrid, miembro de la cúpula del Icex, con un currículum y referencias destacadas pero sin vinculación aparente con la política y los empresarios locales.
La respuesta a esa pregunta no hay que buscarla en el entorno directo de Francisco Camps, si no en el de una de sus más estrechas colaboradoras: Isabel Villalonga Campos, la aún seretaria autonómica de Política Institucional y abogada de la Generalitat Valenciana. Villalonga forma, junto con Pablo Landecho, jefe de gabinete del presidente, Henar Molinero, subdirectora de Organización de Presidencia, y Nuria Romeral, secretaria autonómica de Comunicación, el núcleo más próximo a Camps y en el que se ha apoyado para conformar el nuevo ejecutivo.
Enrique Verdeguer está casado con Leticia Álvarez Alonso, una economista que ha trabajado en el Grupo Santander, en JP Morgan, ha sido profesora del IESE, también de la Universitat de València, donde se licenció, y está especializada en microfinanzas. De hecho ha desarrollado parte de su actividad profesional en la Fundación Microfinanzas del BBVA.
Álvarez, cuyo padre fue presidente de Colebega (la planta envasadora de Coca-Cola en Valencia), forma parte de un grupo de familias de apellido ilustre de la sociedad valenciana y que están en muchos casos emparentados de forma directa e indirecta: Villalonga, Manglano, Alonso Stuyck, Valero de Palma y otros no menos sonoros apellidos. Los colegios Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús y El Vedat, primero, y el Club de Tenis de Valencia después han sido punto de encuentro de muchos de los herederos de estas familias.
Pero la relación entre el matrimonio Verdeguer-Álvarez y el que forman Isabel Villalonga y Luis Alonso Stuyck va más allá, pese a que los primeros viven en Madrid desde hace años. Al margen de que Leticia Álvarez es prima de Luis Alonso, las dos familias, como otras del grupo y de otros linajes de abolengo de la ciudad, coinciden en su destino de verano: Les Platgetes de Benicàssim.
Según todas las fuentes consultadas por ValenciaPlaza.com, es en ese entorno en el que las dos familias han profundizado en su amistad. No en vano son prácticamente vecinos en esta elitista urbanización costera prácticamente inaccesible, fuertemente vigilada y muy discreta, al menos hasta que José María Aznar, antes y durante su presidencia del Gobierno, pasó varios veranos allí invitado por José Soriano, el fallecido presidente de Porcelanosa.
"La propuesta de nombrar a Verdeguer para el cargo le llega a Camps de Isabel Villalonga, puesto que el presidente no forma parte de ese círculo", aseguró ayer un empresario muy familiarizado tanto con el entorno como con un elemento que les une a muchos de ellos, su vinculación al Opus Dei.
La operación se fraguó, por tanto, en el segundo escalón de la vicepresidencia primera del Consell, la de Vicente Rambla, donde estaba adscrita Villalonga. Precisamente el principal perjudicado de este nombramiento sorpresa fue el propio Rambla. El vicepresidente no tuvo opción de seguir en la Conselleria de Economía e Industria cuando el martes el presidente nombró el Consell. Hacía semanas que tenía otro dueño.