VALENCIA. A falta de año y medio para las próximas elecciones al Parlamento Europeo, las corrientes del Partido Popular valenciano toman posiciones para hacerse un hueco en las listas de la formación. La presentación el pasado martes en Madrid del libro 'El nuevo directivo público. Claves de liderazgo para la gestión pública' del director de Políticas Sociales del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Antonio Núñez, sirvió para estrechar manos y abrir contactos.
Sin desmerecer las virtudes de la publicación y los méritos de su autor, diversos asistentes se sorprendieron de la presencia en el acto, celebrado en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, del presidente de las Cortes Valencianas, Juan Cotino; de la consellera de Turismo, Cultura y Deportes, Lola Johnson; del secretario autonómico de Turismo, Cultura y Deporte, Rafael Ripoll; y del diputado autonómico y exsecretario general del PPCV, Ricardo Costa.
Aunque tanto Johnson como Ripoll son alumnos del Programa de Gestión Estratégica y Liderazgo Social del IESE, la escuela de negocios de la Universidad de Navarra (de cuyo claustro forma parte el autor del libro), la presencia de Cotino y los saludos que prodigaron al término del acto al presentador del mismo, el jefe de gabinete de Mariano Rajoy, Jorge Moragas, le han dado una segunda lectura que no ha tardado en correr por Valencia.
RIPOLL, EL EXPERTO EUROPEISTA
Rafael Ripoll se sitúa en la corriente denominada 'cristiana', que lidera en Valencia Juan Cotino y de la que también participa el ministro de Asunto Exteriores y exeurodiputado valenciano, José Manuel García Margallo, pieza clave en la elaboración de las próximas listas al Europarlamento, según distintas fuentes vinculadas al PP.
Aunque las actuales ocupaciones políticas del secretario autonómico no tienen vinculación con Europa, cuenta en su curriculum con la experiencia de haber sido secretario autonómico de Relaciones con el Estado y con la Unión Europea en tiempos de Francisco Camps. Además, continúa siendo miembro del Comité Asesor de Asuntos Europeos y director del Centro de Estudios Europeos de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir.
Este perfil le permite ser presentado en Madrid como un buen aspirante a la representación valenciana en la sección española del Grupo Popular en la Eurocámara, un puesto para el que no es el único aspirante con responsabilidades en el gobierno autonómico.
LA CANDIDATA DE FABRA
Su rival para el puesto sería Victoria Palau, actual directora general de Relaciones con la Unión Europea, que realiza continuas visitas a Bruselas a consecuencia de su cargo. Castellonense como el presidente, fuentes de la formación la sitúan en la órbita Carlos Fabra. Aunque la figura del expresidente de la Diputación de Castellón y del PP provincial esté a la baja, su candidatura sería la que podría contar con mayores simpatías por parte del jefe del Consell, Alberto Fabra.
En su contra, estaría su presencia hasta la pasada legislatura en la Conselleria de Turismo, de la que fue secretaria autonómica a las órdenes de Angélica Such, imputada por el caso Gürtel. Aunque Fabra ha mantenido su confianza en Palau, pese a la dimisión de Such como miembro de la Mesa de las Cortes Valenciana hace tres semanas, en Madrid se prefiere no correr riesgos, según fuentes próximas al partido.
De prosperar la candidatura de Ripoll, Fabra debería encajar un nuevo golpe a su capacidad de interlocución propinado desde la capital. En caso de que el presidente valenciano presionara para vetar a Ripoll, además de evidenciar las tensiones internas, no se descarta que Mariano Rajoy tomara la calle del medio y no facilitara la presencia de dos valencianos en el Parlamento europeo.
Actualmente, la cuota valenciana en la cámara de Estrasburgo es cubierta únicamente por la oriolana Eva Ortiz, tras la salida de García Margallo para asumir el ministerio. Fuentes conocedoras del proceso destacan la buena labor que está desarrollando Ortiz en el PP europeo y dan por segura su continuidad, si no es reclamada para que contribuya a la reconquista 'popular' de su municipio, perdido en las últimas elecciones municipales.
EL PAPEL DE LOLA JOHNSON
El papel de la consellera Lola Johnson en todo este episodio no es de mera comparsa. Fuentes conocedoras de los juegos de poder del Gobierno valenciano reconocen que el actual jefe del Consell no mantiene con la exportavoz del Gobierno de Francisco Camps una profunda sintonía. De hecho, se la considera candidata al cese en el caso de una próxima remodelación del Consell.
Por contra, Johnson sí mantiene una relación cercana con la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Paula Sánchez de León, exconsellera de Presidencia con Camps. Con estos movimientos, la actual consellera de Turismo estaría marcando distancias ante Madrid con el presidente valenciano, que está atravesando no pocas dificultades tanto en su tarea de gobernar la Generalitat como en la de liderar el PP valenciano.
Diversas fuentes aseguran que el PP nacional estima que los cambios necesarios en Valencia se están produciendo de forma lenta, con demoras en la toma de decisiones y sin llegar a superar la actual división por familias políticas.
Esta situación se enfrenta a la que vive el PP en Baleares o Galicia, donde José Ramón Bauzá y Alberto Núñez Feijóo pudieron hacer tabla rasa y dotar a su gobierno y al partido de un perfil más tecnocrático. Sin embargo, en defensa de Fabra se advierte que el castellonense tuvo que subirse al caballo a mitad de la carrera y no ha dispuesto de una legislatura en la oposición para concentrar los esfuerzos en la limpieza y pacificación del partido.
