VALENCIA (VP). A los pocos meses del comienzo de la legislatura, octubre de 2007, se produjo la dimisión del secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla. Los resultados en las elecciones no habían sido buenos, constatando su segunda derrota en las urnas sin que se apreciara una mejoría relevante.
En un contexto de considerable marejada interna en el seno de los socialistas valencianos, se publicaron una serie de informaciones que apuntaban a un supuesto trato de favor a tenor de unas obras de reforma en su casa por valor de 78.000 euros que, al parecer, fueron financiadas por parte de una constructora.
En la rueda de prensa de su adiós, además de negar haber recibido ningún tipo de favor, aseguró que su marcha era "buena" para el partido, y aseguró sufrir "la mayor campaña de acoso y derribo" de un líder político valenciano "por parte de un destacado grupo mediático, por razones que se me escapan". El responsable socialista se refería al Grupo PRISA.
Las teorías sobre los motivos del ataque continuado a Pla -quien pagó la factura de inmediato- por unos hechos que nunca llegaron a dirimirse en los juzgados, fueron dispares. Se habló de una demostración de fuerza del grupo PRISA al Gobierno de Zapatero como consecuencia de la 'guerra del fútbol' contra Mediapro. Otra teoría apuntó al del deseo de Ferraz de que Pla dejara el cargo y contara con la ayuda de una filtración interesada por parte de miembros del PSPV para forzar la salida del líder socialista. Nunca terminó de aclararse.
La dirección federal del PSOE situó una gestora con Joan Lerma como presidente que condujo a la formación socialista hasta el congreso que vencería el ahora líder y candidato a la Generalitat, Jorge Alarte.
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