
VALENCIA. La vetusta Escuela de Idiomas de Valencia tendrá que aguantar algunos años más. ¿Cuántos? De momento no se sabe. Lo que sí se puede inferir es que bastantes. La Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Valencia se dio este lunes por enterada de que la Generalitat renuncia definitivamente a su construcción. Además, según informó el grupo municipal socialista, la Conselleria de Educación ha solicitado la devolución de las tasas municipales que pagó por la licencia de obras, solicitada en 2007 y obtenida en 2010.
La consellera de Educación, María José Catalá, ya había anunciado hace unos días que la construcción de este centro, saturado en las clases de los idiomas más solicitados, no era una prioridad para su departamento. Pero la decisión de renunciar a la licencia, que tiene fecha de caducidad, es un síntoma de que el proyecto pasa al fondo de un cajón.
El mismo en el que está la finalización de L'Àgora, en concreto la colocación de las polémicas lamas de vidrio que coronan el artefacto diseñado por Santiago Calatrava. El motivo, el mismo que el de la Escuela de Idiomas. "No es una prioridad", dijo este lunes también la consellera de Turismo, Lola Johnson, de la que depende la Ciudad de las Artes y de las Ciencias.
A Johnson se le preguntó por el proyecto de instalar un parque temático de Ferrari en el suelo anejo al circuito de Cheste. "Solo si no supone coste para los ciudadanos", insistió la consellera. Es el mensaje que mantiene el Consell sobre un proyecto presentado por un inversor privado.
De momento la Generalitat mantiene abierta la negociación para conseguir un proyecto que en Abu Dhabi no ha tenido el éxito esperado. Tanto al inversor como a Ferrari, que licencia la marca, les gusta Valencia. Pero el Consell no quiere repetir experiencias pasadas de "gratis total". Al menos a las primeras de cambio.