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Revolución en el Consell

  • Alberto Fabra y José Císcar ultiman cambios en el Gobierno
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VALENCIA. Casi siete meses después de que Alberto Fabra fuera señalado como presidente de la Generalitat, el momento de acometer cambios a gran escala en el Ejecutivo valenciano ha llegado. Estos van a centrarse, por el momento, en el segundo escalón del gobierno, por lo que los afectados serán subsecretarios, secretarios autonómicos y directores generales.

Según diversas fuentes consultadas, no será un cambio "pequeño" de uno o dos relevos, sino que puede afectar en torno a una quincena de altos cargos del actual Consell: una remodelación de envergadura del segundo escalón de la Generalitat.

Los cambios, cuyo grueso se desvelará hoy probablemente tras el pleno del Gobierno valenciano, incidirán en diversas áreas. Se apunta, especialmente, a carteras donde los consellers acaban de aterrizar como Educación y Economía: los nuevos titulares tendrán vía libre para conformar nuevos equipos a su criterio.

En cuanto a las razones para el relevo de estos altos cargos, van desde el desgaste que conllevan las tareas de gobierno, hasta la apatía o falta de sintonía con el nuevo método de trabajo y orden impuesto con la llegada de Alberto Fabra. Algunas fuentes 'populares' consultadas sobre esta 'revolución' consideran que no puede ignorarse la relación entre los relevados y el expresidente Francisco Camps y su reciente absolución, si bien todo apunta a que desde varias semanas antes del veredicto se estudiaba la posibilidad de abordar estos cambios. 

Algunas de las salidas que se dan como probables son la del secretario autonómico de Hacienda, José Manuel Escrig, y la de Educación, Auxiliadora Hernández, hermana de la consellera de Agricultura, Maritina Hernández. Otros cuya continuidad ofrece dudas son la secretaria autonómica de Familia, Gotzone Mora, y el de Formación y Empleo, Román Ceballos, además de diversos directores generales. 

FABRA SE TOMA SU TIEMPO

Las circunstancias de la llegada al poder de Alberto Fabra, sobrevenida por la dimisión de Francisco Camps por el juicio de los trajes, dejó al nuevo presidente de la Generalitat rodeado de un equipo hecho a medida de su predecesor. El asentamiento del máximo responsable autonómico y las inminentes elecciones generales, invitaron a la contemporización respecto a afrontar una reestructuración de cargos.

No obstante, en los meses siguientes a su designación, el jefe del Consell ha realizado cambios por ‘goteo' en el Ejecutivo. El primer paso fue construir un núcleo duro de Presidencia con personas de su confianza y, a continuación, retocar algunas áreas especialmente delicadas, así como introducir variaciones concretas donde había conflicto, como ocurrió con la salida de la secretaria autonómica de Administración Pública, Ana Brusola.

Traspaso de poderes en Educación entre Císcar y CataláLa siguiente fase de Fabra fue proyectar a su lugarteniente José Císcar como portavoz y vicepresidente, proporcionándole una salida digna a la entonces vicepresidenta, Paula Sánchez de León, cercana a Camps, como delegada del Gobierno, y limitando a Lola Johnson, otra apuesta del expresidente, al área de Turismo y Cultura. Las otras dos entradas en el Consell, María José Catalá en Educación, y Máximo Buch en Economía, llegaron desprovistas de apadrinamiento político relevante. Es decir, preparados para ser ‘fabristas'.

Los cambios en el segundo escalón van destinados a relanzar la gestión de la administración. "A menudo, el rendimiento de un conseller depende en gran medida del equipo que tenga", explica un alto cargo. La intención es ‘refrescar' el Ejecutivo: relevar cargos con experiencia pero afectados por un alto nivel de desgaste o agilizar con caras nuevas áreas con responsables resistentes -o simplemente ajenos- a las novedades jerárquicas.

Así, tras un tiempo prudencial, Fabra parece que ha decidido instalar los cimientos de un gobierno fiel a su imagen. "Cada persona quiere tener sus personas de confianza, quiere tener su equipo. Eso es lo lógico y lo normal en un cambio en el número uno". Esta frase salió de la boca de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, esta misma semana en una entrevista en el diario ABC. La pregunta, precisamente, era sobre la renovación encabezada por Alberto Fabra en la Comunitat.

 

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