VALENCIA. Lleno sí, pero no hasta la bandera. El principal acto de campaña de Ciudadanos en la provincia de Valencia -con el añadido de que el de Alicante se suspendió- logró llenar el Palacio de Congresos de Valencia, pero no del todo. Nadie se quedó fuera e incluso, en el piso superior, se veían asientos vacíos. Aún así, congregó a unos 1.200 simpatizantes (la capacidad del recinto es de 1.500) una soleada mañana de mayo que pedía playa a gritos, y en la que también se celebraba el traslado de la Mare de Déu (cita ineludible para muchos valencianos). Pero el mensaje estuvo claro: "el color naranja será decisivo no para tener la llave, sino el timón" de los cambios a los que está abocada España.
El acto, previsto para las 11 h. comenzó con algo más de 15 minutos de retraso, y apenas duró una hora. Sólo hubo tres intervenciones: el candidato a la alcaldía de Valencia, Fernando Giner, la candidata a la Generalitat, Carolina Punset, y el presidente del partido, Albert Rivera. También hubo tiempo para presentar el vídeo de campaña, uno de esos de factura impecable que sólo aguantan hasta el final los más convencidos. Entra las ausencias más notables de los discursos cabe destacar las escasas referencias a la corrupción, la indefinición sobre una posible política de alianzas tras las elecciones y el uso del valenciano.
UN CAMBIO EN PROFUNDIDAD
Rivera no desató pasiones, sí algunas salvas de aplausos, pero eso no se puede considerar un crítica. Su discurso no se dirige ni al corazón ni a las vísceras, sino al cerebro. Se podrá estar o no de acuerdo con él, pero en su forma de hablar y estar sobre el escenario -sin imposturas dictadas por asesores de imágenes- es su mejor manera de subrayar que es otro tipo de político, uno que viene de la "sociedad civil".
Rivera es el apóstol del cambio tranquilo. Comprende a los que quieran "resignarse" pero él no es de esos sino de los que defienden que España necesita "un revulsivo, un empujón, ya que no nos pueden seguir gobernando los mismo que nos han traído hasta aquí y que no son capaces de entornar un mea culpa". "Si queréis un cambio profundo apostad por nosotros", añadió, "y si no quieren un cambio en profundidad, que sigan las cosas como están".
El líder de C's tuvo palabras para Podemos al recordar que "las cosas hay que cambiarlas sin romperlo todo" dentro del marco de un "cambio sensato". Pero no son solo los de Pablo Iglesias el problema, también los viejos partidos: "Aquí no vamos entrar en este trapo como hacen el PP, el PSOE y también los nacionalistas, no se puede jugar con los sentimientos identitarios de la gente para enfrentarnos. Somos un partido para unir a los españoles en la diversidad pero también la igualdad". No hay ni "rojos ni azules", recordó.
ALUSIONES A BARBERÁ Y A RAJOY
De todos los que intervinieron, fue el más duro con la corrupción. Bromeó recordando que sus miembros se "reúnen en los bares" mientras otros "viajan a Suiza". Apuntó también que "corrupción siempre ha habido en la historia, pero lo que nunca ha habido es impunidad y lo que este país necesita es terminar con la impunidad".
Rivera también se refirió también a la reciente sanción de 19 millones de euros que la Comisión Europea ha impuesto a España por culpa de las instituciones, como la Generalitat Valenciana, que maquillaban sus cuentas. "No sólo nos roban, se gastan mal nuestro dinero, sino que encima nos multan por hacer trampa", afirmó.
Además, tuvo palabras para Rita Barberá, que le criticó por ser de Barcelona: "Habla como si volvieran las Cortes medievales, de Cataluña o de Aragón", dijo. Y, por supuesto, para Mariano Rajoy, del que lamentó que esté satisfecho por dejar España "con los mismos parados que dejó Zapatero, con 5 millones de parados, y con tener a 2 millones de familias sin un duro. Esto no es un éxito, es un país que necesita muchas reformas".
Por último, ya en clave nacional, prometió un pacto de Estado en materia de educación para evitar "cambiar la ley cada cuatro años" y recordó que "hasta que la clase media no vuelva a existir no podemos parar de exigir cambios y acometer reformar profundas".
PUNSET HABLÓ PERO NO DIJO NADA
La segunda en intervenir fue la ex concejal de Altea (Alicante) Carolina Punset que durante sus diez minutos de intervención habló... aunque apenas dijo nada. Comenzó con la típica anécdota familiar de porqué entró en política y qué le dijo su padre, el expolítico reconvertido en divulgador científico Eduard Punset, cuando tomó la decisión.
La candidata a la Generalitat por C's no se refirió en ningún momento a su programa electoral, y tampoco habló de corrupción. Empleó su tiempo en hacer algunas citas eruditas y en identificar a su partido como el heredero del espíritu de la Transición. Cerró su intervención acusando a los partidos tradicionales ser un obstáculo para las reformas que necesita España para no salir perjudicados y recordó que es posible una nueva sociedad. "Imposible es solo una opinión", concluyó.
UN NUEVO MODELO DE AYUNTAMIENTO
El primero en tomar la palabra fue Fernando Giner, y fue el que más se centró en las promesas electorales. No faltaron algunos guiños al estilo Camps -"Valencia será la capital del Mediterráneo en creatividad" o "la mejor ciudad para hacer negocios"- pero sin llegar al estilo grandilocuente del expresidente de la Generalitat. Entre otras cosas, prometió no volver a caer en el error de invertir en grandes edificios, y apostó por dotar de contenidos a los ya existentes para lograr superar "un modelo económico fracasado".
Entre las promesas que más aplausos cosecharon destaca la de ayudas a los padres para que puedan tener hijos, complementadas por otras medidas como transporte público gratuito en horario de entrada y salida de los colegios o un cheque escolar para pagar guarderías. A esto se sumarían otras iniciativas para crear empleo, como exenciones del IBI durante un año a las empresas de nueva creación.
Por último, se comprometió a crear un nuevo modelo de gestión de las res pública, con un alcalde "que de un paso atrás y que ponga delante a los ciudadanos" y un sistema de Open Data que permita a los valencianos consultar en tiempo real todas las facturas que se firmen en el consistorio.