De distribuidoras únicas

Dame vino, miarma

Hoy es viernes de sentimientos salidos del corazón. De abrir botellas recordando la historia de los que fueron pioneros en llenar nuestras copas desde el Alma con sus Vinos Únicos.

| 16/12/2022 | 2 min, 46 seg

Previo agradecimiento espacial a los chicos Á la Volé por organizar cosas bonitas. Ante el ameno discurso de Paco Berciano y con la presencia en cada palabra de su socia y compañera, Maribé Revilla. Pareja que allá por 1989 se lanza a la aventura de abrir las puertas de la burgalesa Vinoteca El Lagar para, con el tiempo, toparse con la suerte buscada y con Telmo Rodríguez e inventar la distribuidora que nos ocupa y cuyo nombre nació delante de un plato de jamón en el Landa, como Dios manda. Tiempos de cansancio por lo de siempre y empezar a hacer descubrimientos, comenzando por Francia y el Champagne André Clouet Grande Réserve Brut (André Clouet). Un fijo para muchos de nosotros que en estos primeros instantes fue toda una sorpresa. Pinot noir de Ouzy y uno de esos productores que son pequeños enormes. Alegría mineral de gurbujis chiquitinas. Finura presioza en todas sus facetas. Para festejar desde entonces y lo seguiremos haciendo con esos míticos huevos con morcilla de parada en carretera. 

Con el Alain Graillot Crozes-Hermitage 2019 (Alain Graillot) se inicia el viaje por el Ródano. Curiosidad exploradora llenita de inquietudes de lo de alimentar mentes traviesas. Recorrido por los restoranes y su cultura que crece como hierbecillas silvestres. Profundos pensamientos tras esos sarmientos. Rasponcillos sencillos de fondo láctico y galáctico. Juventud que irá a más con una tartiflette. 

De Borgoña a la Axarquía, tíatíatía

Borgoña se desvela como siguiente paso para seguir dando la talla. Con el Louis Remy Récolante Fixin Entre Deux Velles 2020 (Louis Remy) y su forma de entender la región, que es la clásica que les gusta. Misterio, pasión y chimpón. Florecillas que prosperan con sus largos tallos rozando las casas más lindas. Liviano que fluye por riachuelo escoltado de mentolados. Historias hechas para perdurar por siempre y ahora con un bœuf bourguignon.

La familia crece con César Ruiz, Nacho y Flequi a su vera y con ellos esa Galicia hecha de tintos distintos. Como el Goliardo Caíño 2011 (Forjas del Salnés). La calidad de Rodri Méndez y Raúl Pérez en estado puro. Nobleza en ideales que se hacen realidad. Acidez que se abre paso entre rocas relucientes donde la vida se impone. Longitud de perspectiva y la eternidad que da rodearse de los mejores, mejor si son amigos e inmejorable con una de pulpo.  

Nos despedimos con el Molino Real 2018 (Cia de Vinos Telmo Rodríguez). Otra de las cositas de Telmo, al que le da porque la Axarquía también existe. Recuperando viñedo que era pasas y que no se arruga al convertirse en vino. Dulce equilibrio. Barriquez y borriquitos de los muy guapos. Sensualidad bamboleante de ponernos golosones. Potencia con frescor que es amor junto a un queso de cabras malagueñas. 

Cierre perfecto para una cata que nos toca muy adentro, casi tanto como contar con vuestro mirar atento. El que nos hace seguir como lo haremos, así que pronto volveremos. 

Comenta este artículo en
next