VALÈNCIA. Dani Burriel decidió hace un año nadar a contracorriente. En un tiempo en el que los viejos oficios desaparecen del casco histórico de las ciudades, colonizadas por las franquicias, Dani ha llegado con sus abanicos artesanales, los mismos que empezó a elaborar su padre allá por 1964 en Aldaia, pueblo de abaniqueros. Este artesano de 44 años buscó una planta baja por el centro y en cuanto vio ese pequeño rincón de la calle San Fernando entendió que ese era su sitio. Allí se instaló en verano y abrió en agosto. Un buen día, harto de que se llenara todo de serrín, cogió una mesa y una banqueta y salió a la calle, que es peatonal, y se puso a trabajar allí. Ya no ha vuelto a entrar.
Abanicos Burriel está al lado de la famosa librería de Rafael Solaz. Enfrente hay una tienda de té. Y un poco más allá, otra librería. Entre todos compraron unas macetas y las pusieron a lo largo de la calle para adornar el espacio. A uno de ellos también se le ocurrió alargar unos cables de fachada en fachada para iluminar las tardes-noches con luces de colores. Aunque ahora están recogidas a la espera de ser desplegadas de nuevo porque hace unos días las tuvieron que retirar. Una de las calles por donde tradicionalmente pasa la Virgen en el mes de mayo está en obras, la Geperudeta se desvió por San Fernando y las bombillas estorbaban.
Dani es una de esas personas que te contagian su buen talante. El vecino de Aldaia fomenta un trato cordial con sus vecinos y no hace falta que verbalice que está encantado en este nuevo emplazamiento porque se le ve en la cara. La fábrica sigue en Aldaia, donde gobierna su hermano Javi. Pero en la pandemia, al ver que cerraban muchos de sus clientes, vieron la necesidad de vender ellos de primera mano sus palmitos. "La única salida que vimos fue, cuando dejaron abrir los comercios, montar nuestra propia tienda para vender directamente a los particulares. Esta zona nos pareció muy bonita y especialmente esta calle. La calle San Fernando a mí me gusta mucho. Yo no soy de venir mucho a València pero cuando venía me llamaba mucho la atención esta calle. Ver a Joan y a Gloria, que tienen una tienda especializada en té, o Rafa Solaz, que tiene una de las librerías más bonitas de España, o Toni, que tiene una librería de libros antiguos... Me encantó".