VALENCIA, (EFE). La Biblioteca Valenciana se ha embarcado en el ambicioso proyecto de digitalización de sus fondos sonoros y audiovisuales, que abarcan desde entrevistas desde los 60 a autores como Aldecoa, Matute y Delibes hasta documentales costumbristas y vinilos de grupos de los 80, como Seguridad Social y Los Inhumanos.
El incipiente proyecto, que ha comenzado con la conversión a formato mp3 de discos de bandas y solistas de pop-rock, afronta el reto de salvar del olvido analógico "El archivo de la palabra", un total de 15.822 documentos, casi 6.000 de ellos discos de vinilo, 1.500 cintas de vídeo, 2.700 cintas magnetofónicas y 5.600 grabaciones sonoras, recursos electrónicos y vídeos.
El peligro de que muchos de ellos, debido a su estructura química, "caduquen" -las cintas de vídeo están a punto de hacerlo- y sean irrecuperables ha promovido la urgencia por salvaguardarlos en formato digital, con el objetivo también de catalogarlos y hacerlos accesibles para investigadores en el futuro, como pasa ya con el archivo bibliográfico y documental.
Los documentos audiovisuales y sonoros están guardados en diversos soportes que requieren de un equipo de reproducción específico -de cintas Revox aún no disponen- y medidas diferenciadas de almacenamiento, conservación y manipulación.
Precisamente, esta semana el pleno de Les Corts ha aprobado por unanimidad instar al Consell a crear un centro documental, sonoro y audiovisual de la memoria valenciana que esté al servicio de los ciudadanos, los centros universitarios o culturales y las instituciones que lo necesiten. La propuesta, defendida por el diputado socialista y escritor Fernando Delgado, plantea también que este centro documental esté vinculado a las instalaciones y servicios de la Biblioteca Valenciana, que colabore con la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y que sea dotado de los recursos para llevar adelante esta tarea.
Los documentos del fondo audiovisual se alojan en el histórico monasterio rehabilitado de San Miguel de los Reyes, en medio de la huerta que limita Valencia con Alboraia y entre enormes muros de piedra que durante décadas sirvieron de cárcel para presos políticos del franquismo.
La directora de la Biblioteca Valenciana, Eve Ferriols, y la técnico del archivo audiovisual, Pilar Arroyo, han mostrado los entresijos de este gran fondo documental sonoro y audiovisual, procedente tanto del Depósito Legal -toda obra publicada en la Comunitat- como de donaciones particulares y, en algún caso, de compras puntuales de obras foráneas de artistas valencianos.
Entre sus custodiadas librerías mecanizadas se encuentran desde conferencias como la que impartió el académico y filólogo Rafael Lapesa en Japón y una de Francisco Ayala en 1970 hasta los Encuentros con Escritores (de Manuel Rivas a José Luis Sampedro) que la Biblioteca desarrolla con escolares desde el año 2000. También hay discos antiguos de música clásica y popular en formatos descatalogados; vídeos de Fallas, fútbol, arte, vida urbana, investigación agrícola y deportes náuticos de los años 80, y discos compactos con todo tipo de estilos musicales desde 1988.
Asimismo, almacenan cintas Revox y de cassete con entrevistas únicas, como las donadas por el filólogo valenciano, coleccionista y académico de la RAE Ignacio Soldevila durante su etapa docente en Canadá, cuando registró a escritores como Aldecoa, Goytisolo, Matute, Ayala y Delibes. Las estanterías, con sofisticados sistemas de seguridad y refrigeración, custodian también en torno a 60.000 discos procedentes del Instituto Valenciano de la Música.
La Biblioteca Valenciana, el centro de conservación básico de la Comunitat, no es un organismo autónomo sino un servicio de la Conselleria de Cultura y cuenta con una plantilla de apenas 40 profesionales. La directora general de Cultura y Patrimonio, la escritora Carmen Amoraga, advierte de que este proyecto requerirá mucho tiempo y trabajo: "El volumen de documentos es muy amplio y contamos con dificultades técnicas a la hora de recuperar los archivos".