De la boca al voto: la gastronomía local como ingrediente básico de la estrategia electoral

VALÈNCIA. "Hay momentos en la vida de todo político en que lo mejor que puede hacerse es no despegar los labios", aconsejaba Abraham Lincoln, uno de los presidentes más citados de la historia de Estados Unidos pese a la brevedad de su mandato. Posiblemente se refería a no abrir la boca en el sentido de hablar; por lo que, siguiendo con la suposición, no lo haría en lo que se refiere a esa apertura para comer. Más bien aconsejaría, sobre todo ante unas elecciones, incitar a lo contrario, a abrir la boca para proporcionar disfrute al paladar.

A esta tarea se lanzan tanto alcaldes consolidados como aspirantes neófitos a izar la vara de mando de su municipio. Incluyen, en su estrategia, una porción generosa de gastronomía local, principalmente si se trata de un producto único, o que asumen como único.

"La gastronomía resulta fundamental en la comunicación política y pública. Supone un elemento identitario y de gestión de primer orden. De ahí las fiestas de productos especializados, que las localidades tratan de acaparar. Su empleo en campaña juega con valores como la identidad, la personalidad del pueblo, la proximidad, la vertiente de comercio local... Desde luego que tiene un rol primordial en una campaña municipal", reflexiona, al ser preguntado al respecto, un conocido experto en estrategia electoral que trabaja en diferentes poblaciones y que prefiere permanecer en el anonimato.

La vinculación entre un producto autóctono y un cargo político emblemático del municipio la llevó hasta la máxima expresión el exalcalde de Casinos José Salvador Murgui. Cada año visitaba al Papa (desde Juan Pablo II hasta Francisco pasando por Benedicto XVI) y le entregaba un paquete con los célebres turrones y, sobre todo, con las idiosincrásicas peladillas. 

No solamente Murgui las portaba en sus viajes a El Vaticano -que sigue realizando-, sino que siempre llevaba una bolsita en su chaqueta para obsequiar a quien considerara conveniente. Ahora, en su rol de cronista oficial, preserva esa costumbre. 

El ´cohete' que se come

Una caja que al abrirla desprende humo con un aroma que en Paterna fácilmente se identifica con el característico del epílogo de la Cordà. Contiene unos rollos que asemejan a cohetes y femelles confeccionados con pasta filo y morcilla de Paterna autóctona. Se trata de una de las tapas que más sorprendió en la última edición del certamen Madrid Fusión y que se elabora en Casa Toni, bar de esta población de l´Horta Nord. El alcalde, Juan Antonio Sagredo, se ha erigido como uno de sus principales divulgadores.

No se queda en esa preparación gastronómica. El PSPV paternero hace campaña en la calle con acciones como el festival PaternaLovers, una de cuyas ediciones festejó el pasado sábado 4 de febrero, basado en actuaciones sobre un gran escenario entre las seis de la tarde y las doce de la noche. Abarcan desde bailes para mayores hasta conciertos destinados a jóvenes. 

"Estos actos de la campaña PaternaLovers van en sintonía con los que celebramos desde hace casi ocho años, en los que ponemos en valor todo lo nuestro. Todo, absolutamente todo, desde los grupos de música, Dj’s, merchandising, gastronomía... Hasta los bocadillos que se come el equipo de la campaña son de Paterna. En Paterna lo tenemos todo y queremos demostrarlo con estos actos, además, evidentemente, de con nuestra gestión", apunta el alcalde local y candidato a la alcaldía por el PSPV, Juan Antonio Sagredo.

"En el festival se repartieron tíquets tras acuerdo con la hostelería de la plaza del pueblo, donde se celebró, y en los bailes de los mayores. Las meriendas se han contratado también con Mirapark y el de la semana que viene se hará con churrería Lolita", continúa relatando.

El Ayuntamiento de Benaguasil ha convertido el bollo que luce como apellido el topónimo local, el bollo de Benaguasil, en seña de identidad. Está elaborado con masa de pan sobre la que instalan porciones de bacon, chorizo y longaniza y la tapan con una nueva masa. Como explica Stephan Soriano, portavoz del equipo de gobierno y concejal de Gobierno Abierto y Proyectos Europeos, "una tradición de la población consiste en llamar a la puerta de las hornos de madrugada, al acabar la fiesta, para que te los vendan".

En Navidad desde el Consistorio envían al president de la Generalitat, al de la Diputación de València y a síndics bollos en miniatura para que los degusten. El resto del año, Soriano suele acudir, allá donde va, con bollos para agasajar. En campaña electoral tendrán, a buen seguro, su protagonismo.

Catarroja y Xirivella

"La alcaldesa que da la cara" -su lema de campaña- Lorena Silvent, en Catarroja, de momento se centra en cafés por barrios para charlar con sus habitantes y escuchar sus problemas. "Hablo poco, me interesa saber qué piensa y plantean", apunta. Hasta la fecha esa relación de la candidata socialista se hace acompañar de la ingesta cafetera o de otros líquidos, aunque toma nota de la propuesta del all i pebre local característico para añadirlo a nuevos actos.

Este domingo el PP de Xirivella ha convocado un almuerzo de militantes y simpatizantes con su candidata, Paqui Bartual. Para la ocasión han preparado 300 bocadillos, todos ellos repletos del mismo ingrediente: la morcilla en aceite autóctona, adquirida en algunos de los pocos comercios que todavía la continúan elaborando, como Casa Toribio. 

En la cena estival de fiestas de la formación popular el ingrediente básico, desde los tiempos de la alcaldía de Enrique Ortí, ya es la morcilla. Ahora, en campaña, lo seguirá siendo. Y no únicamente para degustar, sino también para incluir en su programa electoral propuestas para fomentar su consumo y su promoción.

Pimentó en tonyina

Jesús Molins opta a alcaldía de Aldaya, una localidad con una larga tradición de gobierno socialista excepto el inciso de Carmen Jávega, madrina política del propio Molins como candidato del PP. Para presentarse ante la ciudadanía, delante de militantes y simpatizantes que pueden ser prescriptores de voto, el aspirante organizó un tardeo con música, monólogos y una tapa típica local: pimentó en tonyina.

Bajo la propuesta rotulada como ´Ven y conoce al candidato´ repartió invitaciones para confirmar asistencia previo escaneado de un código QR que, al mismo tiempo, trasladaba a un cuestionario con preguntas sobre la localidad.

Esas invitaciones permitían, además de escuchar a Molins, disfrutar de la degustación del citado pimentó en tonyina, cocinado en este caso por el propietario del restaurante local El Clot, que forma parte de la candidatura del PP. 

De ese modo, quienes acudieron a este acto político-gastronómico desarrollado a finales de enero pudieron saborear un plato tradicional de la localidad, con especial consumo en las fiestas locales. Con ese regusto, Molins aplica su estrategia de lanzar una propuesta para Aldaya cada día hasta sumar un total de cien antes del último domingo de mayo, jornada de elecciones municipales.

De Gátova a Torrent

"La torta a la calda de Gátova es como un misal", apunta el experto en campañas citado al principio de este reportaje para ejemplificar la ´devoción´ local. "Se prepara con aceite de oliva virgen, sal, agua, levadura, con panceta, sardina o embutido local. Cuando termina la jornada de fiestas es tradicional ir al horno a por una. Es una buena forma de pasar el frío", añade Jesús Salmerón, diputado autonómico y candidato del PP a la alcaldía de esta población de la comarca de Camp de Túria.

Y de la torta a otro bollo, aunque sea en la denominación. Y de una pequeña población a una populosa capital de comarca, porque la defensa de los productos locales y su aplicación como reclamo electoral no distingue de colores políticos o tamaños de municipios.

El chocolate de bollo originario de Torrent, o bollet, el que tiene forma cilíndrica y lo confeccionan hornos locales, formará parte de la campaña electoral en la capital de l' Horta Sud. Se vende en comercios de los denominados ´de proximidad´ y estará incluido entre los artículos que el PSPV, que defiende la alcaldía, con Jesús Ros como estandarte, ofrecerá en su repertorio de merchandising electoral. La otra elaboración típica, el rossejat arrocero, está más vinculada a la fiesta de Sant Blai, de enorme arraigo en la población.

El repertorio de preparaciones alimenticias autóctonas podría extenderse casi sin límite citando más municipios y candidatos de todos los partidos. La rica gastronomía de la provincia de València constituye una ventaja y un aliciente para disfrutar de su ingesta por la boca y luego...emitir el voto.