un sistema de riego común genera la base para un espíritu comarcal con mancomunidades

De les Énoves a Les Valls: una subcomarca del sur y otra del norte que defienden su identidad propia

19/05/2024 - 

VALÈNCIA. Pla de l´Énova, Baix Albaida, incluso Pla de Rafelguaraf o Castelló i les Énoves. La subcomarca que agrupa a siete municipios y está geográficamente integrada en la comarca de la Ribera Alta ha sido bautizada con diversos nombres a lo largo de la historia.

El libro de los historiadores Joan Català y Vicent Sanchis consolidó esta última denominación para la agrupación de los términos municipales de Castelló, L´Enova, Senyera, Rafelguaraf, Sant Joanet, La Pobla Llarga y Manuel.

"El profesor de Historia y Geografía Joan Piqueres también le llama Castelló i les Énoves, aunque el historiador Abel Soler prefiere hablar de Pla de l´Enova o yo aludía a la subcomarca como Pla de Rafelguaraf porque así nos decían desde Carcaixent para hablar de nuestros pueblos", explica Vicent Sanchis, estudioso de las singularidades de este espacio fronterizo con la Costera.

A los siete municipios les une, además de su evidente proximidad geográfica, estar atravesados por una acequia, en el tramo bajo del río Albaida, conocida como de l`Énova y Castelló. De esta manera consolidan un rango, el de subcomarca, más emocional y geográfico que oficial, ya que la Generalitat establece un reconocimiento por comarcas sin llegar al nivel de detalle de las citadas subcomarcas.

Y si l´Enova es un único municipio, ¿por qué el topónimo subcomarcal se halla en plural? Sanchis desmenuza la respuesta. "Con les Énoves se referían a seis pueblos que, a su vez, incluían más hasta el siglo XIX, ya que Manuel contenía cuatro; Rafelguaraf, tres; o la propia Énova, dos. Incluso hasta hace poco Sant Joanet era Sant Joan de l´Énova. Por eso se utiliza la expresión de les Énoves para hablar de los pueblos y sus alquerías", explica Sanchis.

Los siete municipios actuales que conforman la subcomarca reúnen alrededor de 20.000 habitantes, con una diferencia poblacional que va de los aproximadamente 8.000 de Castelló a los poco más de 540 de Sant Joanet o incluso al casi millar de la tan citada l´Énova.

Pertenecen a la Ribera, aunque su proximidad física y emocional a la Costera resulta evidente. "El azud que riega nuestros pueblos está en Torre de Lloris, pedanía de Xàtiva; nuestra forma de hablar valenciano también es más próxima al habitual en esta ciudad que al de Alzira, capital de la Ribera Ata", apunta el historiador, cuyo libro que otorgó morfología literaria y -denominación propia- a la subcomarca apenas tiene una década de vida.

"Existe un sentimiento propio, una conciencia cada vez mayor de pertenecer al mismo espacio", considera este experto en su área geográfica, caracterizada por su economía vinculada a la agricultura, sobre todo a los cítricos.

Posiblemente para impulsar esa percepción y, sobre todo, el conocimiento de este espacio, redactó una dedicatoria genérica pero singular para su libro. "Als veïns i veïnes de la subcomarca de Castelló i les Énoves: Manuel, L’Énova, Rafelguaraf, Sant Joanet, Senyera, Castelló i La Pobla Llarga, per a què puguen conéixer i estimar un poc més la terra on viuen", epigrafió

Por tener un nombre propio se empieza, aunque las dudas sobre esta cuestión han llevado a la mancomunitat que aglutina a la mayoría a denominarse La Comuna (en alusión a la acequia que enlaza estas poblaciones), sin más calificativo. Se ocupa sobre todo de agrupar y proporcionar servicios sociales. Y no a los siete municipios. Cubre cinco, los más pequeños, ya que Castelló salió hace escasos años, aunque La Pobla Llarga sí que ha llamado a su puerta.

La presidencia mancomunal es rotatoria. En la actualidad la ocupa la alcaldesa de Rafelguaraf, Rafaela Aliaga, con un equipo de gobierno integrado por todos los municipios.

Si la subcomarca de Castelló i les Énoves o la Comuna se ubica en el interior sur de la provincia, la de Les Valls lo hace en el norte, cerca de la costa o sin tocarla, salvo que Canet d´En Berenguer se incluya en ella, ya que está en línea hacia el litoral.

La Font de Quart

Y si añadimos también Almenara, que aunque se halle en la provincia de Castellón geográficamente se sitúa en la Vall de Segó junto a los términos valencianos y también se riega desde la Font de Quart, la configuran siete municipios, como a la Comuna.

A los anteriores se suma el quinteto que gestiona la mancomunidad oficial, la de Les Valls, y son Faura, Quart de les Valls, Benavites, Quartell y Benifairó. Su población conjunta ronda los 8.900 habitantes, con Faura como principal núcleo, con alrededor de 3.000, y Benavites, con sus 800, como el menor en esta clasificación.

Quizás no exista una literatura tan agrupadora como la Comuna; no obstante, tiene otros puntos de unión. Entre los más significativos destaca el instituto de Secundaria y Bachillerato ubicado en Benifairó.

"Se construyó hace unos 30 años y es el único en los cinco pueblos. Por ello acude alumnado de todos ellos, se mezcla y genera un sentimiento de subcomarca, como las bandas de música que reúnen gente de los distintos municipios o las pequeñas taurinas", explica el alcalde de Benavites, Carlos Gil.

A estos factores añade la enorme cercanía entre este quinteto de municipios que constituyen el núcleo de Les Valls y quienes comparten una mancomunidad de servicios sociales y recogida de residuos. "Una carrera de 10 kilómetros pasa por los cinco pueblos", señala, a modo de elocuente ejemplo, Carlos Gil. En conjunto abarcan una superficie de 21 kilómetros cuadrados.

Tanto la Comuna como Les Valls tratan, entre grandes comarcas como la Ribera Alta y Camp de Morvedre, respectivamente, de marcar su propio territorio de identidad y singularidades. Las configuran municipios pequeños enlazados por un sistema de riego, una parte de su historia que hermana su presente.


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