VALENCIA (VP/EP). El Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana y la Fundación Chirivella Soriano inauguran en la sede de esta última institución en el Palacio Joan de Valeriola la exposición Salvador Montesa, entre la figuración y la abstracción (1949-2016)' que realiza un recorrido por casi 70 años de su vida "dedicados incondicionalmente al arte y también a la enseñanza". Comisariada por Pascual Patuel, la muestra, que se podrá visitar hasta el próximo 2 de octubre, repasa a través de una selección de 59 piezas las diferentes etapas de su trayectoria artística.
La trayectoria de Montesa partió de los presupuestos del impresionismo de cariz sorollista, para evolucionar hacia posturas cercanas al postimpresionismo, expresionismo y cubismo, y adentrarse en las múltiples facetas del movimiento abstracto, hasta desembocar en una figuración de tipo intimista.
Según explica el comisario de la muestra, Pascual Patuel, "su rica evolución es fruto de los contactos artísticos y culturales que ha ido desarrollando a lo largo de los años, con distintos lugares de residencia y dedicación profesional que le han ido modelando y perfilando como artista". Esta es la explicación que permite entender sus distintas aventuras en el terreno de las vanguardias históricas, la abstracción, la figuración o el mundo infantil, entre otras, que se podrá ver en la Fundación Chirivella Soriano.
Cabe destacar, por su importancia, las primeras producciones abstractas que fueron realizadas por Montesa entre 1956 y 1958 antes de su viaje a París y que coinciden con su incorporación al Grupo Parpalló (1956-1961), antes de su regreso a España y su establecimiento definitivo en Sevilla a mitad de los años sesenta del siglo pasado.
El cambio de ambiente y el nuevo contexto artístico internacional, donde el movimiento abstracto estaba ya en declive, le animaron a concluir su andadura por el mundo del informalismo y a asumir un lenguaje figurativo. Este lenguaje se ha mantenido vigente hasta el año 2008, aunque con preocupaciones distintas según cada momento. La figuración le va a permitir una comunicación más próxima con el espectador que quizá la abstracción no hacía posible.
Desde el 2008, Montesa ha llevado a cabo un reencuentro con sus orígenes abstractos y la recuperación del lenguaje informalista de los años cincuenta. Hoy Montesa sigue en ese afán de búsqueda que le lleva por caminos desconocidos a la aventura de la experiencia artística.