Cruzando la raia de la felicidad

De vinhos que são parabéns

Hoy es viernes de viajar a país vecino y tan amado que siempre es añorado. Y lo revivimos bebiéndonoslo enterito porque sus vinos son tan bonitos como sus gentes. Y sí, hablamos de Portugal, tal cual.

| 17/06/2022 | 4 min, 30 seg

Haremos recorrido por viñedos y variedades, los que los hacen especiales. Con 258 castas autóctonas y detrás de ellas los necesarios locos por recuperar lo que se extingue. Para que la historia deje su poso respetando tradiciones, conservando la verdad. Biodinámica de la vida que respeta quiénes somos, nuestros gustos y el querer. Todo esto desde Madrid gracias a la suerte de tener un Bellver y su Lavinia que nos acerca estas botellas cuando las pensamos lejanas; Paulo Amado que transmite la ilusión de los manjares de su tierra tan sólo con una sonrisa;  António Queiroz Pinto, cocinero que recupera antiguas recetas basadas en los libros de Eça de Quiroz con una maestría que se devora; y especialmente João Mira Gomes, embajador que nos acoge en su casa para sumergirnos en la belleza de otra época desde el presente más brillante. Y así nos disponemos a seguir adelante, que empieza el festival con el Aphros Phaunus Pet-Nat 2021 (Aphros Wine). Vinho verde de loureiro y arinto con gurbujismo ancestral, que nada mal. Porque muy al contrario, es alegría chisporroteante de frescura ligera y paso que deja poso. Un invitado de lujo a celebraciones necesarias en un camino que nunca se sabe hasta dónde llega. Y, por si acaso, nos curamos con mucha salud y un brindis junto a unos aperitivos en forma de peixinhos da horta, buñuelos de bacalao y alheira.

Pasamos a la bella mesa para empezar el juego: un blanco, un tinto y su plato. En primer lugar con el Quinta de Santiago Alvarinho Reserva 2019 (Quinta de Santiago). De nuevo vinho verde de cítricos livianos que apetecen para tener siempre a mano. Sutileza de equilibrista que mantiene el tipo en cualquier acrobacia que le pidas. 

A su lado el João Tavares de Pina, Rufia! Tinto 2019 (João Tavares). Dão que mira al Atlántico tomando su brisa como remedio para espantar temores. Cerezas en su punto. Vivarachos matices que conducen a deslices de los de beberse solo y sin sentir, pero ahora lo hacemos con la mejor compañía, la de la trucha con sus huevas, escabeche y patata.

Vamos al siguiente dúo que se abre con el Saroto Blanco 2020 (Arribas Wine). Estamos en Tras os Montes para sorprendernos por lo espacial que es. Sabroso de melocotones con buen color y mejor sabor. Que es verdelho, posto y malvasía con ganas de hacerse ver y quedarse con nosotros hasta el fin. 

Y con el Antonio Madeira Vinhas Velhas 2018 (Antonio Madeira). Otro Dão que es terciopelo de rojos intensos y desenvueltos.  Mezcolanza de variedades antiguas que nos conducen por campos floridos y a la vez muy activos. Y caemos rendidos a sus pies cuando lo tomamos con el arroz con habas y pollo dorado.

De Colares a Lisboa y volandito a Madeira

Cambiamos al Ramilo Vital 2019 (Ramilo Family Wines). Colares que con su juventud nos da el brío de lo novedoso. Porque es de aromáticos que sorprenden con sus minerales, estructura y una salinidad inusuales. Originalidad de orígenes venidos de atrás con la vista puesta en los horizontes que están por llegar. 

Y lo hace con la Espera Castelao 2021 (Espera), que no espera porque quiere paseo lisboeta hasta subir a castillos muy altos. Para volver a bajar y visitar un monte total. Con sus hierbas que crecen salvajillas y esos mentolados que nos dejan enamorados. Y dejamos de hacer pareados, que viene el caldo de maíz con hojas de nabo y terrina de jabalí, y lo comemos a dos carrillos. 

Seguimos con el Hugo Mendes Lisboa 2019 (Hugo Mendes). Arrebujamiento de arinto, fernão pires y vital con resultado resultón de cítricos etéreos. Delicadeza embaucadora de terruño y sus matices. Susurrante de palabras bonitas que convencen en todo momento y ahora con su compañero.

El Textura da Estrela Jaén 2019 (Textura Wines). Retomando Dão sin complejos y mucho que ofrecer. Lo del mozo en el esplendor de los mejores tiempos para hacer locuras de las buenas. Picantón con ganas de ponerle picante a lo que surja mientras de la cocina sale un guiso que nos enloquece, bazulaque de cordero con sus vísceras y sangre.

Terminamos con pareja de dulces de los que tampoco demasiado y qué bien. El Barbeito Verdelho Velha Reserva 10 años (Vinhos Barbeito) nos hace volar a Madeira para recoger amielados en caramelos para nada pesados. Con una acidez que es gloria, oxidativos de los que sí y pieles naranjosas y hasta melosas.

A su vera el Quinta do Infantado Porto Colheita 2010 (Quinta do Infantado). Tawny de Oporto y una sola cosecha. Potencia de delicada eternidad. Intensidad purpúrea. Implacable e impecable a la hora de perseverar, tal como lo hace con el postre, las fatias do freixo con helado de queso, pera y vino do Porto.

Así finalizamos, con el mejor sabor en los labios para decir muy alto que no nos vamos, que nos quedamos y volveremos, porque os queremos. 

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