VALÈNCIA. Una de las actividades afectadas por las últimas restricciones adoptadas por el Consell el pasado 6 de noviembre y publicado en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana era el deporte aficionado con "contacto físico".
Así, en el apartado 1.21 de la resolución referido a las medidas relativas a "la actividad física y deportiva practicada fuera del ámbito de los Juegos Deportivos de la Comunidad Valenciana, del campeonato autonómico de deportes universitario, del deporte federado y del deporte profesional", se especifica que el deporte, tanto en instalaciones deportivas como al aire libre, se podrá practicar "sin contacto físico en las modalidades deportivas individuales y que se practican por parejas".
Además, el apartado 1.21.3 de la resolución se especificaba de nuevo: "Se podrán realizar actividades físicas en grupos hasta un máximo de 30 personas, cuando se realizan al aire libre o en instalaciones abiertas, y hasta un máximo de 20 personas, cuando se realizan en instalaciones cerradas, sin contacto físico, manteniendo la distancia de seguridad y siempre que no se supere 1/3 el aforo máximo".
Una decisión que suspendía las llamadas 'pachangas' de deportes como el fútbol 7, fútbol sala o baloncesto, posiblemente los deportes grupales de contacto más populares entre grupos de todas las edades.
No obstante, todavía siguen existiendo reductos donde continúan -ya sea por desconocimiento o por ganas irrefrenables de jugar- practicándose estos deportes pese a la prohibición expresa anunciada por la Conselleria de Sanidad.
Es el caso, aunque existen otros, de las canchas situadas en la calle Vicente Zaragozá, en el barrio de Benimaclet. Allí diversos vecinos, y las imágenes así lo confirman, explican que decenas de jóvenes siguen congregándose por las tardes para jugar partidos de fútbol sala y de baloncesto. Incluso, ante la afluencia de asistentes, se organizan los habituales 'triangulares' en los que va entrando y saliendo gente de la pista. Una actividad deportiva que se aleja de las restricciones planteadas por la Conselleria de Sanidad y que, según el régimen sancionador establecido en el Decreto Ley 11/2020, de 24 de julio, del Consell, podría acarrear multas desde 60 a 600 euros.
En este sentido, cabe recordar que, tal y como explica la resolución, el deporte federado sí se mantiene activo. El argumento principal que esgrimen las autoridades sanitarias para que no se permitan las actividades de contacto físico en este contexto de entretenimiento es que resulta casi imposible de rastrear.
Es decir, en las 'pachangas' no existe control ni datos sobre los participantes, algo que sí ocurre en el deporte federado, lo que permite el rastreo de los contactos en caso de que se produzca algún positivo. Algo que resulta imposible en los partidos callejeros o informales.