ALCOY. Los primeros peritos en declarar en el juicio por las muertes en la residencia de mayores Domus Vi de Alcoy durante la pandemia han sido claros en sus exposición y han llegado a afirmar que “las cosas no se hicieron bien”, incidiendo en cuestiones como que había residentes que no recibían el tratamiento médico que hubiesen necesitado, que el aislamiento y sectorización “no fue correcto” y que ni siquiera constan registros de temperatura de los residentes.
Una de las cuestiones que consideran influyó de manera negativa y que propició la propagación de la covid-19 fue la reorganización de dos plantas del centro el día 29 de febrero y que afectó a dos plantas. La directora del centro en aquel momento aseguró que era una idea pendiente desde hacía tiempo y que se había materializado para que los residentes estuvieran más cerca del solarium y que mejorarían su calidad de vida, algo que uno de los peritos ha rebatido con un rotundo “calidad de vida es no contagiarte. Hablar de un solarium en pandemia es controvertirlo todo”, y apuntado que quizá se hiciese por tema de operatividad o porque mejorara la carga de trabajo, pero no por cuestiones sanitarias. Han reiterado que algunos residentes se movían de una planta a otra a lo largo del día entre las dos que se reordenaron, y compartían algunos espacios, “no entendemos porqué se mezcló la gente”, pues aseguran que las características del edificio permiten un sectorización mejor.
Además, han apuntado que el 27 de febrero ya se disponía de un protocolo del Instituto de Salud Pública Carlos III, que el 9 de marzo ya había alguna persona con síntomas según lo fijado en dicho protocolo y que el 25 de marzo, dos semanas después de declararse la pandemia, ya había 28 personas fallecidas, una cifra que fue aumentando hasta los 74 que perdieron la vida, que suponen el 52% de los residentes. Con todo, han llegado a incidir en que “esto no es mala suerte, es otra cosa”, hablan de “medidas imprudentes”.
Los peritos, de la parte demandante, han reiterado las trabas con las que se han encontrado para ejercer su trabajo, puesto que han explicado que la empresa no les ha facilitado toda la información que han requerido. Se trata de profesionales especialistas en geriatría y que forman parte de la Sociedad española de geriatría y gerontología. Su declaración ha empezado sobre las 11 de la mañana y tras un paréntesis a mediodía se ha retomado.
Previsamente han declarado dos testigos de la parte demandada. Una de ellas tiene a su madre en el centro desde marzo de 2015 y la otra a su hermana desde junio de 2019, apuntando cuestiones como que siempre han tenido una atención adecuada y que cada día se les comunicaba cómo se encontraba.