con el gran iván talens al frente

Del lado de allá. Del lado de acá. Trotamundos de Only You hoteles

Al ser humano le encantan las listas: mil una películas que ver antes de morir, tres cosas que te llevarías a una isla desierta, cien lugares que hay que visitar alguna vez en la vida, los cincuenta mejores restaurantes del año, los once mejores futbolistas de la historia, los siete pecados capitales… hay cientos de listas diferentes, pero todas tienen algo en común: En una lista siempre hay un número uno y después de él, vienen todos los demás

| 15/10/2021 | 4 min, 12 seg

Iván Talens es, por derecho propio, nuestro bartender número uno y su nuevo feudo, el Only You hotel Valencia es ya el place to be para aquellos, como yo, ávidos de emociones fuertes y sedientos de diversión (que ya tocaba). Pero ojo, aquí no solo vamos a encontrar eso. Detrás de esa barra hay un ejercicio de empatía, respeto y generosidad. Hay calor y cariño. Todo el que ha puesto Iván en esta nueva aventura que empezó con una asesoría técnica por parte de Mesquebarmans y ha terminando con él como punta de lanza de Trotamundos, el lobby bar del hotel. Hay veces que uno necesita un faro. Una luz. Hay momentos en los que todo se derrumba y necesitas certezas. Días que todo parece desmoronarse a tu alrededor y que, maldita literatura, necesitas un trago. Trotamundos es mi verdad. Puedes llegar a media tarde descompuesto, cruzar la cristalera del antiguo Astoria y sentirte en casa. Iván te mirará, te saludará y se preocupará por ti. Creo que hoy te vendría bien un Citrus Again: Lleva ginebra Roku, licor de yuzu, compota amarga de cítricos, jugo de lima, lima, clara de huevo, polvo de naranja y aroma de azahar. Es ligero, fresco, digestivo. Sabe a huerta, a abrigo, a recuerdo y a familia.

Otras veces caerás simplemente por casualidad, a través de uno de esos paseos lentos con actitud de flâneur que traen la memoria de Horacio y La Maga: “Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”. No lo esperas, no sabes como has acabado ahí,  no lo habías decidido, pero sientes que algo quiere decirte alguien, y de la misma forma que se toma a un rehén, tu deseo es superior a tu voluntad. El protocolo será el mismo, pero la acción será distinta. Iván te mirará, te saludará y se preocupará por ti. Creo que hoy te mereces un Martínez, un clásico repleto de historia: usamos ginebra Sipsmith, licor marrasquino y de higo con vermut rosso. Es calmado, equilibrado y fino. Sabe a Cannes y a la luz de otoño, a aquellos viajes que no hiciste, a aquél beso que no diste, a aquel lo siento que no dijiste.

Quizás en otro momento decidas celebrar que la vida pasa y tú con ella, que primero tomaste Manhattan y luego Berlín, que París ha sido liberado de la ocupación o que en Gotemburgo la nieve empieza a derretirse. Cada uno puede tener su motivo. El mío es sentirme vivo. A Iván le brillan los ojos, se intuye la sonrisa tras la máscara. Te mirará, te saludará y se preocupará por ti. Creo que hoy es el día perfecto para un Alicante Mule: lleva ginebra Malabusca, jugo de lima, ginger beer y mermelada de nísperos. Es aterciopelado, explosivo y tremendo. Sabe a Mediterráneo, al viento salino golpeando en tu mejilla y a noche de verano.

También es posible que no quieras beber (yo no suelo fiarme de la gente a la que no le gusta) y no pasará absolutamente nada. La carta de comida también viaja: desde ceviches, tiraditos y tartares, pasando por tacos, hamburguesas o sandwiches hasta jamón de lazo, croquetas, quesos y huevos rotos con patatas y bogavante. Incluso que des rienda suelta a tu lado más Salvaje en el restaurante del chef venezolano Fermín Azkue que se encuentra en la planta baja: sushi corner, grill en robatas, tiraditos, tempuras, gyozas, ensaladas y lío del bueno: Cocktails, Dj’s, socialités, party monsters, y mucho fuego… Fuegote.

Por último quizás quieras recorrer Savile Row o la Uomo Piiti de Florencia y plantarte un traje bespoke de algodón egipcio que ni Jon Hamm en Madmen en la sastrería del hotel o pasear el domingo por Columbia Road o Bloemenmarkt y comprar unos crisantemos amarillos, orquídeas negras, dalias blancas y hortensias, malvas, lilas o buganvillas que recuerden a una cuvee del Ródano. Comprar flores es sexy. Pasear con un ramo por la cité, necesario. 

Por eso y desde ya, si tuviera que hacer una lista (que nadie me ha pedido) de los sitios donde siempre pasa algo, Trotamundos, con Iván, entraría directo al número uno.

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