VALÈNCIA. El arte urbano embellece las calles, le suma valor a las esquinas e incluso traza recorridos. Su paso por los muros puede ser eterno o más bien volátil, pero casi siempre hay algún viandante que intenta capturarlo a través de la fotografía, para poder llevarlo siempre encima. Algunos libros intentan recopilar trazados de este arte, como trozos de memoria de la València que pueda ser repintada, aunque hay un concepto que va un paso más allá: el giffing. Dentro del vocabulario urbano esto se comprende como aquellas piezas que están hechas para llevar: objetos, paste ups, piezas pequeñas, pegatinas y un sinfín de elementos que se trasladan del muro al bolsillo.
En València varios artistas se han unido a este movimiento. Dos de ellos lo hacen con el arte y las palabras. Ella es Acuarelando y él es Poesía de Pared, quienes, tras la pandemia, encontraron en las paredes la forma más pura de compartir su arte. En un paseo por el barrio del Carmen relatan sus escondites favoritos, su inspiración para llegar donde están y algunos pequeños detalles sobre su vida fuera del arte, en la que ocultan su "profesión" de artistas callejeros, para mantener el misterio.
Ellos, junto a otra veitena de compañeros de profesión, exponen ahora su obra en Vinyl Eye, con la muestra Street Art, un paseo por las calles. Una exposición que se centra en el imaginario furtivo de las calles de València con obras de artistas emergentes y consolidados que trabajan todo tipo de técnicas e intervenciones: reprografía, corcho, madera, material textil, objetos, cerámica... También paste up, stickers, y obras hechas para "llevar", que transforman al menos por un breve período de tiempo la piel de la ciudad.
Cada inicio de mes estos dos perfiles elaboran una poesía y una acuarela, que fragmentan en piezas para dejar entre las calles. Poesía de Pared imprime unas 400 copias, que va pegando por toda la ciudad, y Acuarelando recorta sus piezas completas hasta en 8 fragmentos y las va disponiendo a lo largo de la ciudad. Ambos dejan, de vez en cuando, tanto un poema como una acuarela completa para que algún afortunado seguidor lo encuentre, generalmente a través de las pistas que dejan en sus redes sociales: "Muchas veces publico un escondite y a los pocos minutos me llega una fotografía del seguidor que ha encontrado la obra, es increíble", comenta Acuarelando.
Ambos artistas sienten, al principio de cada mes, esa presión de "superar los trabajos anteriores”. En el caso de Poesía de Pared el poeta trata de encontrar un poema totalmente nuevo; en el de Acuarelando, la artista tiene que localizar la acuarela que será sacrificada: “Yo publico mis acuarelas en redes sociales, ahí los seguidores a veces me piden que no las corte para disponerla por las calles, es curioso ver como ellos elaboran sus propios juicios, cuando realmente yo no tengo esa visión sobre mi propia obra”.
Ambos perfiles cuentan con sus vidas más allá de esta rebeldía artística, y se conocieron, como no puede ser de otra manera, en las calles. Poesía de Pared lleva escribiendo desde que tiene unos 11 años y ante la frustración de no poder publicar sus poemas encontró en el pegado y distribución de sus poesías la "liberación de su obra": “Empecé a pegar mis poesías por las calles justo cuando empezó la pandemia, fue muy duro para mi pero con perseverancia he logrado encontrar en este acto un motivo clave para seguir”, comenta orgulloso.
La zona caliente es, en vocabulario urbano, el muro entre la que más gente se mueve, hay puntos abarrotados entre lo que los hunters, que son quienes buscan y se llevan la obra. Antes de ser giffer (quien cede la obra) Acuarelando era hunter, y por abril de 2019 descubrió los poemas de Poesía de Pared y quedó cautivada: “Le empecé a seguir por redes, y era una gran admiradora suya, poco más tarde yo encontré mi propósito artístico y comencé mi propio proyecto”. Pocos meses más tardes comenzó a pegar sus acuarelas, y engañó a Poesía de Pared sobre su identidad: “Nosotros ya nos conocíamos, porque un día él me vio cogiendo una poesía suya y yo descubrí su identidad, ahí fue cuando empezamos a ser amigos. Luego empecé con el proyecto y le estuve engañando durante varios meses sin decirle quién era Acuarelando, hasta que al final le desvelé mi identidad a través de una quedada sorpresa”.
Ambos creadores tienen que trabajar mucho el desapego de la obra, ya que, una vez esta sale de casa, nunca vuelve. Sin embargo, recelosos, muchas veces guardan un pequeño archivo de sus proyectos, para recordar, en cierto modo, cómo y por qué empezaron, aunque su obra vive en las redes y los bolsillos de sus seguidores: “En mi caso lo que quiero es que se lo lleven, de hecho me da rabia cuando paso y veo que no se lo llevan de donde lo he dejado, es un formato que es suficientemente atractivo para llevártelo”, comenta Acuaraleando.
Tras un importante trabajo interno sobre la propia obra se comprende el desapego como una herramienta clave, aunque no por ello desaparece la ilusión de ser encontrado: “Tenemos la esperanza, pequeña, de que la gente lo coja se lo lleve y nos busque de alguna manera”, comenta Poesía de Pared. Al final, sus obras se encuentran a la altura perfecta para ser robadas. Un pequeño celo amarillo las sustenta entre el muro y el “ladrón”, que es invitado a llevarse un pequeño trozo de la calle a su casa. De esta manera, las obras viven para siempre entre libros, decorando habitaciones, o tal vez pegadas a un corcho o una nevera. Fueron puestas en el muro para eso.
-¿Qué es lo más increíble que os ha pasado pegando?
-Poesía de Pared: Yo una vez dejé pegada una poesía muy simple, de cuatro palabras, que decía: “Ama siempre que puedas”, y acabó en las manos más indicadas. Una chica me escribió contándome que la había encontrado justo el mes que yo la había pegado... en el momento en el que estaba pasando un momento emocional complicado con su pareja. Ella estaba desapegada, notaba que él la quería menos cada vez, pero se sentía "enganchada". Al final dejó de ver al chico gracias a la poesía, es curioso ver como los seguidores a veces nos consideran como "señales".
-Acuarelando: A mí un seguidor me contó que estaba saliendo de una depresión y que fue llegar a la calle, ver una de mis acuarelas y encontrar un buen motivo para moverse de la cama. A día de hoy, dice que una de las motivaciones más pequeñas en su vida es seguirme y buscar mi arte.
-¿Creéis que los hunters encuentran en esto un tipo de catarsis?
-Poesía de Pared: Algo así, mi filosofía es: Si lo encuentras, te pertenece.
-Acuarelando: Mi idea es que "la pieza se encuentra": ella es la que se tropieza contigo, no al revés.
-Poesía de Pared: Al final, sin quererlo, estamos haciendo como de ángeles del destino frente a nuestros seguidores, es una experiencia que no se puede comparar con nada.
-Acuarelando: Como cuando yo encontré por primera vez una poesía de pared. ¿Quién nos iba a decir que ahora estaríamos los dos aquí paseando juntos y contando todo esto al mundo? Encontrar una pieza puede cambiarte la vida, somos el comienzo de un paseo que nunca acaba.