Delcy & Ábalos: protocolo fantasma

VALÈNCIA.-Entre los diversos componentes de frustración que van acumulándose en la sociedad valenciana respecto de su papel en España (financiación, falta de peso específico, insuficiencia de las inversiones, la vinculación de la imagen de la Comunitat Valenciana con la corrupción, y un largo etcétera), uno de los clásicos que nunca mueren es la noción del «poder valenciano en Madrid», cuya unidad de medida siempre suele ser el ministro. ¿Cuántos ministros valencianos hay en Madrid y qué carteras ocupan?

El récord negativo al respecto lo tiene Mariano Rajoy: durante años la representación valenciana en el Consejo de Ministros se circunscribía al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que no era valenciano de nacimiento pero veraneaba en Jávea, así que igual algo se le había pegado (no consta si García-Margallo montaba paellas en su chalet para los demás ministros, ni que tirase masclets como parte del ceremonial de recepción de nuevos embajadores). Cuando Margallo se cayó del Gobierno en los últimos meses del rajoyismo, había que bucear entre los secretarios de Estado e incluso directores generales para encontrar a algún valenciano, o que al menos pasase alguna vez por aquí.

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Pero con Pedro Sánchez todo cambió. Y no solo por la cuota de ‘paravalencianos’ al estilo de Margallo, como el ministro Pedro Duque, también con chalet en Jávea (luego se extrañará la gente de que los precios vayan por las nubes allí: ¡Cómo no pagar un precio alto, si el chalet incorpora perspectivas de ministerio!). Sino que uno de los principales ministros, de Fomento, y además secretario de Organización del PSOE, es valenciano de pura cepa: José Luis Ábalos.

* Lea el artículo completo en el número de marzo de la revista Plaza