VALENCIA, (EFE). Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) han desarrollado un nuevo modelo hidroeconómico que permite optimizar qué tipo de gestión forestal es la más adecuada para los bosques, teniendo en cuenta tanto su tradicional función productiva como la función hidrológica.
El investigador del grupo ReForest del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la UPV, Alberto García Prats, ha explicado que el objetivo es valorar la conexión del bosque y el ciclo hidrológico tanto desde el punto ambiental como económico.
Ha indicado que uno de los principales problemas del arbolado mediterráneo es su baja productividad y la escasa valorización de sus productos y ha defendido que esta nueva metodología busca demostrar la viabilidad de apostar por un sistema de "pago por servicios ambientales".
Publicada en la revista científica Water Resources Research, esta metodología parte de la premisa de que ecosistemas forestales juegan un papel determinante en el ciclo hidrológico, siendo el agua el más importante de los servicios que proporcionan en las regiones semiáridas aunque esta contribución no suele ser cuantificada ni explícitamente valorada.
Por ello, este estudio, que forma parte del proyecto "Hydrosil-Silwamed" del Ministerio de Economía y Competitividad liderado por el investigador Antonio del Campo, busca determinar la rentabilidad que aporta la gestión forestal en los bosques, más allá de la producción de biomasa.
Alberto García ha explicado que anteriormente "había un aprovechamiento por parte de la población rural mediante actividades como la obtención de leña o la ganadería, pero éstas se han ido abandonando poco a poco".
"Hoy en día no se realiza ningún tipo de gestión forestal, ya que tanto la administración como sus propietarios, no perciben rentabilidad por lo que es necesario valorar otros servicios indispensables que desempeñan los bosques", ha aseverado.
Los investigadores del IIAMA han diseñado un modelo de gestión que determina qué tipo de intervención forestal se debe llevar a cabo para aumentar la cantidad de agua que se recarga en el acuífero y por tanto valorizar los bosques.
Estos ensayos experimentales, desarrollados en parcelas del monte de La Hunde en Ayora y en la sierra Calderona, han demostrado que con la gestión forestal se mejoran las aportaciones de agua azul en la cuenca (la que queda disponible para usos consuntivos).
Los ensayos de momento se han realizado a escala de parcela, y tienen como reto futuro pasar a escala de cuenca, de forma que los potenciales beneficiarios de la gestión forestal sean perfectamente identificados.
En ese momento se verá la viabilidad del sistema de "pago por servicios ambientales" en la que los beneficiarios "podrían financiar y promover operaciones eficientes de ordenación forestal", ha indicado el profesor de la UPV.
Según ha explicado el abandono de la actividad forestal en los bosques mediterráneos comporta masas forestales muy densas más vulnerables a grandes incendios forestales, plagas y fenómenos atmosféricos (sequías intensas y frecuentes) que empeoran su calidad ecológica.
A nivel hidrológico, la alta densificación provoca que las pequeñas precipitaciones se intercepten por el dosel de la vegetación, evaporándose sin ni siquiera llegar al suelo, mientras que el agua de lluvias medias que sí lo alcanza, no llega al subsuelo al ser absorbida por el exceso de vegetación ("efecto esponja").
Por estas razones, los autores del estudio abogan por pasar de una silvicultura basada en la producción de madera, a una silvicultura eco-hidrológica "que valorice sus recursos y resulte atractivo a los interesados".
"Esto a su vez, permitiría reducir tanto el riesgo de incendios forestales como los daños cuando estos se producen", ha apuntado y ha incidido en que "este es otro servicio ambiental que deberá ser incluido en el futuro en el modelo de gestión".