VALENCIA (EP).- Muchos pacientes con enfermedades graves no obtienen ayuda de sus medicamentos porque el tratamiento se inicia demasiado tarde. "Estamos frente a uno de los mayores problemas en la asistencia sanitaria, que lleva a una gran cantidad de sufrimiento y costos enormes en cuanto a los medicamentos y el desarrollo de fármacos. Una razón importante es que el tratamiento a menudo no se inicia hasta que el paciente tiene suficientes síntomas para un diagnóstico con métodos convencionales", dice el profesor Mikael Benson.
Un equipo de investigación internacional liderado por la Universidad de Linköping, en Suecia, está poniendo en marcha una estrategia única para descubrir la progresión de la enfermedad en su fase más temprana. El estudio, que se publica en la revista 'Science Translational Medicine', fue dirigido por el profesor Mikael Benson y el doctor Mika Gustafsson, del Centro de Medicación Individualizada (CIMED).
La nueva estrategia se basa en el análisis de las células T, un tipo de glóbulo blanco que constantemente patrulla por todo el cuerpo, combatiendo los microbios y cicatrizando los tejidos dañados. El equipo de investigación estudió la actividad genética de las células T a partir de diez enfermedades inflamatorias, malignas y metabólicas. La tecnología utilizada permite el análisis simultáneo de cada uno de los 20.000 genes del cuerpo humano y los resultados mostraron que la actividad genética en todas las enfermedades difería de las muestras sanas.
A continuación, mediante el uso de la bioinformática, los investigadores construyeron un modelo matemático para la activación genética de las células T, que se utilizó para identificar los genes que inician la actividad. "Asumimos que este tipo de genes podrían emplearse para hacer un diagnóstico precoz. Para probarlo, hemos estudiado las células T a partir de las etapas iniciales sin síntomas de la esclerosis múltiple y la alergia al polen. Esto confirmó que estos genes pueden funcionar como marcadores de la enfermedad incluso cuando el paciente no presentan síntomas", destaca Gustafsson.
Los autores del artículo proponen que estos genes deben probarse para el diagnóstico en los grandes estudios, por ejemplo, el estudio iniciado por el presidente estadounidense Barack Obama, en el que un millón de estadounidenses serán seguidos durante varios años.
"Diagnósticos tempranos ayudan a que el tratamiento sea más eficaz. A largo plazo, esto aumentará el interés en los controles de salud regulares, cuyo objetivo es descubrir, tratar y prevenir la enfermedad en una etapa temprana", dice el profesor Benson.