Me cuesta cada día más entender a esta ciudad. Aceptarla. Mi ciudad. La de ustedes. El pasado martes, en Mercavalencia ya tuve un desencuentro con una persona que sin conocerla, y no participando en la conversación que mantenía con un restaurador, intervino en ella sobre el asunto de los emergentes mercados de frutas y verduras expuestos semanalmente en la vía pública.
Personalmente me parecen necesarios. Fundamentales. Soy Mediterráneo. Creo en la proximidad, y detesto el actual sistema de distribución comercial que hemos aceptado y nos han impuesto. El feudalismo es pasado. También presente. Intentaba explicar con razonamientos empíricos la crítica que últimamente los asociados del comercio del Mercado de Colón, han desplegado bajo el slogan de "competencia desleal" hacia los agricultores que despachan en el carrer.
No voy a entrar a valorar los nada sólidos argumentos esgrimidos sobre las cuestiones sanitarias, reglamentos o tasas. No es de mi competencia. Lo tengo bastante claro. Clarísimo. He llegado a leer incluso sobre estos, el dictamen de que no pagan impuestos… Si ya tenemos en el Cap i Casal demasiados entrenadores, presidentes, ahora toca duplicar la plantilla, gratuita, de funcionarios de la hacienda pública.
No entraba en mi asombro sobre la exposición del relato de los asociados del Mercado de Colón, que por supuesto es legítimo, respecto a la dura oposición a la celebración del mercadillo. Y sí el Ayuntamiento debe o no estudiar la reubicación del mismo. Yo lo tengo muy claro, repito, seguirían alli cada semana.
Voy más allá. Prefiero centrarme en el término acuñado de "competencia desleal", término solidario y utilizado por este colectivo para proteger los intereses del puesto que comercializa frutas y verduras en su interior. Loable.
Les voy a poner en antecedentes. Desde hace años, en el recinto del Mercado, en su planta superior, se celebran "markets", yo mismo he participado en múltiples ocasiones como expositor en uno de ellos. Por cierto sin ningún control de la empresa o persona física que los organiza. Existen o existían de varias temáticas, allí, acuden artesanos a vender sus productos. Por cierto, me parecen fantásticos porque para estos comerciantes es una salida a sus obras o mercancías. Asi pueden contener a la inflación. Incluso para los locales de hostelería que ven esos días aumentandos sus ingresos.
Las temáticas son variopintas y los artículos son diversos buscando la rentabilidad de coincidir con fechas señaladas en el calendario. Incluso la fira del cava que podría generar competencia a los hosteleros del Mercado se celebra.
Una vez analizado el término de "competencia desleal" me preguntaba, si con estos mercadillos de ropa, bisutería, antigüedades, que organiza Colón, generan la más mínima competencia a los comercios próximos que rodean al emblemático recinto.
Me volvía a preguntar, si por un momento se han detenido a pensar sobre ello. Si no existe competencia desleal con la organización de estos markets, con el resto de artículos que distribuyen los comercios de calle ubicados en el alto Ensache. O solo lo generan los de frutas y verduras.
De ser así, tenemos un serio problema. O que algún partido político, que hace años se santiguaba y juraba la Real Senyera no hablando ni en la intimidad el valenciano, pensaba que la televisión pública era suya. Y que además podía utilizar a la banca pública para financiar parques temáticos o ciudades, haya alentado esta cruzada, azuzando a los hosteleros contra los agricultores. Perdón, contra el gobierno municipal. Vienen elecciones.
Señores y señoras las alpargatas y los abrigos de visón se complementan. Yo lo veo así. Hipocresía la justa, por favor. Larga vida a la huerta valenciana ¡Reflexionar es de sabios!