Las once Vías Verdes que hay en la Comunitat Valenciana son una excelente opción para descubrir el caleidoscopio paisajístico del territorio
VALÈNCIA. Allá por donde hace años pasaban las vías del ferrocarril y los pasajeros llenaban las estaciones con sus risas y sus vaivenes, con los años y la llegada de mejores vías de comunicación, aquellas vías quedaron en desuso. En la Comunitat Valenciana fueron 375 kilómetros de infraestructura comida por la maleza de la que, más de la mitad, ha vuelto a resurgir gracias a las Vías Verdes, excepcionales senderos para disfrutar a pie, en bicicleta o incluso a caballo.
Concretamente, se han recuperado 170 kilómetros de itinerarios -integrados en once Vías Verdes- repletos de magia, salpicados de enigmáticos túneles que se encienden a tu paso y espectaculares viaductos por los que antaño circulaban los trenes, o incluso por trazados de ferrocarril cuyas obras quedaron inconclusas y el tren nunca llegó a pasar por ella. Entre ellas destaca una, la Vía Verde de Ojos Negros, la única de la Comunitat que transcurre entre dos provincias (Valencia y Castellón) y es la más larga de España (70 kilómetros).
Vías Verdes que discurren por la costa, que se adentran por los parajes del interior salpicados por la flor del almendro, que atraviesan parajes naturales o que siguen el perfume del azahar gracias a su cercanía con la huerta... Recorrer todas ellas será la mejor manera de descubrir a tu ritmo la Comunitat Valenciana y algunos de sus enclaves naturales más atractivos.
Un patrimonio arqueológico fácilmente accesible y que se alza como una buena opción para aquellos que deseen iniciarse en el cicloturismo o el senderismo. También para aquellas familias que deseen pasar un día en contacto con la naturaleza con la certeza de que el camino estará bien señalizado y acondicionado —la accesibilidad universal está garantizada—. Además, son una magnífica oportunidad para conocer la historia, la cultura y la naturaleza de nuestro territorio.
Más allá de las Vías Verdes —y a pesar de que sus picos no superan los dos mil metros—, las pendientes acusadas, los extensos macizos e intrincados barrancos convierten a la Comunitat Valenciana en un magnífico lugar para realizar senderismo y cicloturismo. Y es que no hay que olvidar que la Comunitat Valenciana está considerada como una de las zonas más montañosas de Europa; concretamente la comarca de Els Ports, al interior de Castellón, es la segunda región más montañosa de España.
Un escenario idílico que se conoce al visitar alguno de los veinte parajes naturales protegidos que hay en el territorio. Desde la fascinante reserva marina de las Islas Columbretes, hasta las frondosas cumbres de la Sierra Calderona, pasando por los arrozales de la Albufera. Una diversidad de ecosistemas que conforma un medio natural único con más de tres mil especies diferentes de plantas. Además, no hay que olvidar que los paisajes de la Comunitat destacan por su riqueza paisajística, formada por serranías, bosques, islas y humedales.
En ese paisaje también sobresale la mano del hombre: pueblos encaramados en lo alto de las colinas, ciudades amuralladas de fuerte carácter medieval, ermitas rodeadas de altos pinos, monasterios que parecen surgir en medio de la nada, cuevas prehistóricas con pinturas rupestres… Sin lugar a dudas, recorrer los parajes naturales es descubrir las maravillas que se esconden en ellos y sentir la naturaleza en su estado puro.
Además, no hay que olvidar que el otoño es una buena época para la práctica de deportes al aire libre y de montañismo, pues los días son aún largos y el calor no aprieta tanto como en verano. Así que, coge la bicicleta o átate bien las botas, prepara la mochila y disfruta de una de las Vías Verdes que discurren por las provincias de Valencia, Castellón y Alicante. Para más información puedes consultar las webs www.comunidadvalenciana.