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presentación del máster de producción creativa de barreira

Detrás de una historia hay un marketing que hacer: los expertos del cine detrás del cine cuentan cómo

2/10/2019 - 

VALÈNCIA. Detrás del cine hay más cine, gente que se encarga de lucir la creación, de llevarla a más y mejores pantallas, a más y mejor público. Cuando las cámaras se apagan, la vida de una película o una serie solo acaba de empezar. En este sentido, Barreira A+D y el Centro Sperimentale di Cinematografia crearon el Master en Producción Creativa Digital, que cuenta entre su profesorado con profesionales de las principales plataformas online. En la presentación del máster, que tuvo lugar el pasado viernes en la propia escuela. Minutos antes de la mesa redonda, conversan para Culturplaza tres de estos profesionales.

María del Puy está involucrada, con su productora Malvalanda en uno de los films más esperados de esta temporada, Madre, de Rodrigo Sorgoyen. Sin haber acabado aún una temporada de fructuosos premios con su anterior trabajo, El Reino, el director se coló en los premios Oscar con un corto con el que ganó el Goya en 2018. El proyecto creció, se convirtió en largo y ha sido presentado recientemente en el Festival de Venezia, donde Marta Nieto ganó el premio a Mejor Actriz en la sección Orizzonti.

Luis Ortiz es consultor de marketing experto en proyectos audiovisuales y en los últimos años su carrera va ligada a Netflix Originals, estando así involucrado a proyectos de relevancia internacional como La Casa de Papel. Aunque trabaja en Holanda, es buen conocedor de la realidad audiovisual que vive ahora mismo España, y algunas de las fórmulas que han multiplicado el público de algunas ficciones del país.

Giovanni Adamo por su parte es Senior Creative & Producer de Sky Italia, una de las plataformas más potentes del país. Entre otra cosas, se encarga de algunas autopromociones y acciones de marketing directo para anunciar productos como las retransmisiones premium de deporte. Avisa que en Italia "no se produce casi".

Luis Ortiz. Foto: EVA MÁÑEZ

Lo importante es el producto, ¿pero cómo está el producto?

España está viviendo un momento más que dulce en el terreno del audiovisual. Hace no tantos años, las teleseries y el audiovisual español no tenía la capacidad de cruzar fronteras. En parte, provocado por una calidad bastante menos trabajada y productos muy cañí. "La casa de papel es el mejor ejemplo de que las normas del juego han cambiado, porque era un ficción pensada para una exhibición lineal, donde la gente tenía que ceñirse a una cadena y un momento muy determinado que no facilitaba que la gente se enganchara. Netflix te permite, de repente, ver los contenidos donde y cuando quieras. Que se pueda ver una serie en 190 países con subtítulos y al alcance fácil de millones y millones de personas, da un giro de 180 grados, y ahora el mismo contenido, distribuido de manera diferente, puede pasar desapercibido o ser un éxito global", cuenta Luis Ortiz. "La llegada de las plataformas ha supuesto un empuje a la producción muy grande, pero Madre -por ejemplo- está apoyado por Televisión Española y aunque tendrá seguro una buena distribución, no todo el cine tiene que ser para todos los públicos", añade María del Puy.

Todo esto ha acabado alterando los propios procesos de promoción del producto. Así lo cuenta Giovanni Adamo: "Nuestro trabajo ahora es mucho más efímero porque todo se consume muy rápido; tanto que te puedes ver una serie en una noche. El ciclo de una campaña es cortísima y casi nunca a largo plazo. Por otra parte, antes trabajabas con un briefing amplio con muchos contenidos. Seguimos teniendo la misma cantidad, pero ahora se busca promocionar un contenido más específico y potente que lleve a la gente a engancharse al paquete entero, algo así como HBO y Juego de tronos".

Sin embargo, los tres ponentes recuerdan que no hay fórmulas de éxito asegurado y que todo depende de la propia calidad del producto. "El empuje más potente que puede tener una serie es el boca-a-boca de gente que le vaya gustando y vaya recomendándola a sus círculos cercanos. A ese impacto no se le acerca ni la mayor inversión en publicidad", cuenta Ortiz. "Microinfluencers", los llama Adamo.

Y València, ¿qué?

Es de perogrullo hablar de la tendencia creciente de València como plató del sector audiovisual. Pero sí hay una pregunta latente en la Comunitat, ¿se producen y ruedan productos que luego tengan una repercusión (en cantidad y en calidad) suficiente? La respuesta es que, a la espera de la acogida de Westworld, pocas producciones han puesto a València en el mapa del audiovisual -ni siquiera- nacional.

¿Qué hace falta entonces? Buscando respuesta entre los ponentes, Luis Ortiz cree que "en un mundo digitalizado y globalizado, el talento es universal. Solo falta dar con la tecla. Hay que buscar el talento, y que Netflix haya montado en Madrid un centro de producción es sintomático de que en España lo hay". "Con la saturación de plataformas, hay más ventanas abiertas que nunca. Solo hace falta que alguien vaya a ellas con algo que valga la pena", añade.

"Es importante pensar en la idea de industria en sí, es decir, todo lo que rodea. En Italia se produce muy poco y solo si se le espera una rentabilidad real. En España, como se produce mucho más, y las series que duran solo una temporada las compensan con los grandes éxitos", comenta Giovanni Adamo.

"Es una pregunta casi de ministerio, pero creo que el apoyo institucional también tiene que enfocarse en la educación y fomentar las escuelas de cine. Se trata de formar un talento que provoque que se creen productoras y se mueva el sector", cree María del Puy.

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