VALÈNCIA (EP). La deuda de hogares, empresas, bancos y gobiernos de todo el mundo ha sumado en la primera mitad de 2023 un total de 307,1 billones de dólares (287,3 billones de euros), nuevo récord, frente a los 297 billones de dólares (277,9 billones de euros) contabilizados a finales de 2022 y 100 billones de dólares (93,6 billones de euros) más que hace una década, según los cálculos del Instituto Internacional de Finanzas (IIF).
Este aumento del endeudamiento ha estado protagonizado por las economías avanzadas al 80%, que ampliaron el volumen de deuda agregado a 207 billones de dólares (193,7 billones de euros) desde los 199,4 billones de dólares (187,6 billones de euros) de mediados de 2022.
Por contra, entre las economías emergentes el volumen de deuda se incrementó hasta los 100 billones de dólares (93,6 billones de euros) desde los 97,8 billones de dólares (91,5 billones de euros) del mismo periodo del año anterior.
Los principales países responsables del aumento fueron Estados Unidos, Japón, Reino Unido y Francia en el caso de los países ricos, mientras que China, India y Brasil estuvieron a la cabeza de las naciones emergentes.
Por sectores económicos, el IIF señala que a nivel global los hogares aumentaron su deuda hasta los 57,7 billones de dólares (54 billones de euros) desde los 56,1 billones de dólares (52,5 billones de euros) en el ecuador de 2022, al tiempo que las empresas registraron un endeudamiento de 90,2 billones de dólares (84,4 billones de euros), frente a los 88,4 billones de dólares (82,7 billones de euros) precedentes.
Además, los gobiernos tampoco lograron reducir su deuda, y se quedaron en un montante agregado de 87,3 billones de dólares (81,7 billones de euros) frente a los 84,3 billones de dólares (78,9 billones de euros) del año anterior, igual que tampoco lo ha conseguido el sector financiero mundial, que vio crecer su pasivo a 71,9 billones de dólares (67,3 billones de euros) desde los 68,3 billones de dólares (63,9 billones de euros).
El organismo apunta a que el crecimiento de la deuda ha sido más abultado en el caso de gobiernos e instituciones financieras, mientras que el endurecimiento en las condiciones de financiación ha derivado en una "notable desaceleración" en la concesión de crédito a las familias y empresas.
Aun así, la expansión de los mercados de crédito privado continúa a pesar del "mayor celo regulador" a cuenta de la inestabilidad desatada por el Silicon Valley Bank o Credit Suisse.
Por otro lado, el IIF ha señalado que la carga de deuda de los consumidores "permanece en niveles mayormente manejables" en las economías avanzadas, lo que daría margen adicional a los bancos centrales para subir más los tipos de interés si la inflación se enquistase.
Unos tipos elevados y la alta deuda conllevará un mayor desembolso por parte de los Estados para financiar los intereses por la deuda contraída. En este sentido, el IIF ha advertido de que la "arquitectura financiera internacional no está adecuadamente equipada para soportar niveles de deuda nacional insostenibles".
Asimismo, la ratio deuda/PIB se situó en el 336% del PIB mundial en junio de 2023, lo que supone un aumento de dos puntos desde el último trimestre de 2022.
"Después de observar caídas durante siete trimestres consecutivos, la ratio de deuda-PIB mundial ha retomado su senda alcista en los primeros dos trimestres del año", han destacado los responsables del estudio, que también han señalado que los retrocesos anteriores se motivaron en el "súbito" incremento de la inflación, que redujo la ratio durante los últimos dos años.
No obstante, a medida que las presiones salariales y de precios se moderen, el IFF prevé que la ratio aumente al 337% para finales de 2023.