VALÈNCIA. Parecía fácil. Una exposición con los carteles de las distintas ediciones de La Mostra de València para conmemorar el 40 aniversario del festival no se antoja como un proyecto que vaya a presentar grandes problemas. Pero con el diseño hemos topado. O, mejor, dicho, con la historia del diseño. A los profesionales del sector no se les escapa que el patrimonio valenciano vinculado al sector está desperdigado por colecciones privadas -en el mejor de los casos-, perdido o en mal estado, un ‘desorden’ que se está tratando de revertir con el nacimiento de entidades como el Arxiu del Disseny, por ejemplo. Pero todavía queda mucho por hacer.
Esta realidad ha marcado la configuración de una exposición que, forzosamente, no solo va de repasar el trabajo de los creadores que han puesto ‘cara’ al festival de cine sino también de poner en valor un archivo gráfico que ahora empieza a encontrar su lugar. “Parecía fácil porque creíamos que todos los carteles estaban en algún sitio”, relata Marisa Giménez Soler, comisaria de la exposición Los carteles de La Mostra de València Cinema del Mediterrani (1985-2025), que presentó este martes junto a la directora del festival, Sara Mansanet, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de València, José Luis Moreno.
Dar forma a la muestra, que acoge la galería del Tossal, ha sido todo un reto precisamente porque hasta ahora no había un espacio que asumiera el archivo y custodia del patrimonio gráfico del festival. La Filmoteca contaba con varios de ellos; la propia Mostra de València con otros, pero entre unas instituciones y otras no se hacían con la colección completa. En esta suerte de “búsqueda arqueológica”, tal y como definió Mansanet, han tenido que contactar con algunos de los creadores, revisar catálogos y folletos para confirmar autorías, pedir algunos y adquirir otros a través de portales de compra-venta online.

- Marisa Giménez, José Luis Moreno, Sara Mansanet y Luis Gosálbez -
El final de trayecto es esta muestra que, ahora sí, reúne todos los carteles del festival, un recorrido que comienza de la mano del artista Artur Heras, encargado de la imagen de los primeros años la entonces conocida como Mostra de Cinema Mediterrani i Països de Llengües Romàniques, que dio el pistoletazo de salida en 1980. Con todo por hacer se presentó un imagen que, además, fue clave en varios sentidos, pues Heras propuso la palmera como símbolo del certamen, que más adelante daría nombre al principal galardón del mismo.
Estas imágenes dieron paso a otros símbolos como el barquito de papel que protagonizó la propuesta de Ibán Ramón en 1996, el proyector multicolor que miraba al cambio de milenio de la mano de Vicente Roig Aliaga o el busto de Berlanga sobre un gran zapato de tacón, imagen diseñada por Francis Montesinos para la edición de 2009. También algunos con anécdota, como el de 2005 de Serafín Mesa, al que se ‘pegó’ la fecha posteriormente por un error en la misma. Artistas como Manolo Valdés, Manuel Boix o el músico Carlos Berlanga con otras de las firmas que han ido dando forma a la imagen del festival, también desde el cómic o la ilustración con Javier Mariscal, Ana Juan, Daniel Torres, Mique Beltrán o Paco Roca.

Fue en el año 2018 cuando el certamen volvió a celebrarse tras su suspensión en 2011, una recuperación que vino, además, con una renovada relación con el diseño. Desde entonces el festival ha venido aliándose con otros tantos nombres del diseño como Diego Mir, que unió conceptos como el mar y la cámara cinematográfica en su propuesta; Estudio Sayavera, liderado por Lorena Sayavera, que miró al mediterráneo a través de sus plantas y frutos autóctonos, o Dos Punts, formado por Anna Brullas y Neus Seguí, que dibujó un horizonte plural y, al tiempo, común, entre otras propuestas que han marcado el ritmo gráfico de esta nueva etapa del festival.
El final de trayecto de la exposición mira al futuro, un futuro inmediato al que ponen imagen los diseñadores Dídac Ballester y Rosella Reig, encargados de la imagen de la próxima edición, que tendrá lugar entre el 23 de octubre y el 2 de noviembre. Para celebrar este 40 aniversario, se ha presentado una propuesta “fresca e irreverente”, tal y como definieron durante su presentación, que juega con un vibrante azul o los diferentes formatos de la pantalla de cine. Este final, además, viene con una promesa del festival, la de comenzar a trabajar en el archivo gráfico -tanto carteles, como fotografías o folletos- para ordenar y cuidar ese patrimonio hasta ahora desordenado.

40 años de carteles… y de Palmeras de Oro
Con motivo de esta 40ª edición, la Mostra ha organizado también un ciclo especial en los ABC Park dedicado a las películas galardonadas con la Palmera de Oro, el máximo reconocimiento del festival. “La programación reúne una selección de veinte títulos que repasan más de cuatro décadas de historia cinematográfica en la cuenca mediterránea y reflejan la evolución social, política y cultural de la región”, ha explicado Mansanet.
El ciclo ofrece una mirada “plural y diversa” a través de obras procedentes de países como España, la antigua Yugoslavia, Siria, Túnez, Marruecos, Argelia, Bosnia, Turquía, Líbano, Italia o Francia. Muchas de las películas, difíciles de ver hoy en día, podrán redescubrirse en pantalla grande, cintas entre la que se incluye el Primer Premio de 1980, Los fieles sirvientes de Francesc Betriu, un viaje por el tiempo que cierra con la proyección de Riverbed, Palmera de Oro 2023, de Bassem Breche.
El ciclo incluirá las proyecciones de The Melody Haunts My Memory, de Rajko Grlić (Palmera de Oro 1981); Los sueños de la ciudad, de Mohamed Malas (Palmera de Oro 1984); Los balizadores del desierto, de Nacer Khemir (Palmera de Oro 1985); Tres son multitud, de Rajko Grlić (Palmera de Oro 1986); Estrellas de día, de Ossama Mohammed (Palmera de Oro 1988); Virginia, de Srđan Karanović (Palmera de Oro 1992); La gran calabaza, de Francesca Archibugi (Palmera de Oro 1993); La leyenda de Balthasar, el castrado, de Juan Miñón (Palmera de Oro 1996); y La vida de Jesús, de Bruno Dumont (Palmera de Oro 1997).
El ciclo continuará con las proyecciones de algunas de las cintas premiadas de este nuevo siglo como son Les diseurs de vérité, de Karim Traïdia (Palmera de Oro 2000); La chatte à deux têtes, de Jacques Nolot (Palmera de Oro 2002); Gori Vatra, de Pjer Zalica (Palmera de Oro 2004); Delo Osvobaja, de Damjan Kozole (Palmera de Oro 2006) y Harragas, de Merzak Allouache (Palmera de Oro 2009). De entre las más reciente se incluye The Pigeon, de Banu Sivaci (Palmera de Oro 2018), Queridos vecinos, de Damiano D´Innocenzo y Fabio D’Innocenzo (Palmera de Oro 2020); So she doesn’t live, de Faruk Lončarević (Palmera de Oro 2021) y Until Tomorrow, de Ali Asgari.