VALÈNCIA. La historia de las Fallas se puede contar de muchas maneras, un relato que también se construye desde el diseño. La tradición del cartel con el que cada año se presenta la fiesta en la ciudad -y más allá- se ha mantenido desde hace décadas, dando forma a una colección que nos habla de la creatividad que fue, es y será. Y en esas, la de conversar con la historia sin dejar de mirar al futuro, están las campañas que ponen cara a las Fallas en este 2025, firmadas por Sergio Membrillas y Migue Martí en el caso del Ayuntamiento de València y por Boke Bazán en el caso del cartel impulsado por la Generalitat. Ambas dibujan el presente y futuro sin perder de vista de dónde venimos, dos proyectos diferentes que siguen dando forma a una colección que no para de crecer.
Casi un siglo después de que se creara el primer cartel oficial de las Fallas, firmado por Josep Segrelles, este sigue siendo objeto de inspiración y estudio, también para Sergio Membrillas y Migue Martí, cuya propuesta ha partido de un “análisis profundo” que va desde ese primer cartel hasta los proyectos más actuales. “Puede que los carteles de las Fallas de València fueran más modernos en los sesenta que en las últimas décadas, como por ejemplo el del artista gráfico Rafael Contreras. Es cierto que en los últimos años se ha dado una revisión de lo que es el cartel de la fiesta y parece que esta forma de comunicar ha llegado para quedarse. Nuestro objetivo es proponer un cartel transversal y humano”, explican.

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- Foto: PACO POYATO
Pero no solo en la historia de la fiesta se mira un proyecto que parte de ese baile entre ilustración y diseño, marcado por los propios perfiles de sus creadores, y que, aunque quiere “conservar la tradición”, también busca aportar “una perspectiva más moderna del diseño y la comunicación”. Así, referentes como Paul Rand, padre del diseño gráfico, estéticas propias de las gráficas utilizadas en museos de arte contemporáneo y otras tendencias actuales han servido para dar forma a un encargo, que, como viene sucediendo en los últimos años, supera la idea de un único cartel y propone un universo gráfico mayor.
En este sentido, Sergio Membrillas y Migue Martí tejen un punto de encuentro entre su propia sensibilidad creativa con aquellas imágenes que son propias de la fiesta, iconos como son la figura de la fallera, la del músico o el propio monumento, que pasan por el filtro de los creadores para crear tres propuestas con las que dan forma a un nuevo universo fallero. “De esta manera, y al ser inabarcable plasmar en una sola imagen toda la tradición fallera, obtenemos tres propuestas que crean un mapa conceptual de la fiesta y es se multiplica mediante el uso del color obteniendo así una propuesta con gran variedad cromática que vestirá de color nuestra ciudad durante semanas, tal y como lo hacen la Fallas”.
El trazo de Boke Bazán

La campaña de la Generalitat Valenciana, por su parte, llega con el trazo inconfundible de Boke Bazán, que ya hizo lo propio con el cartel del 9 d’Octubre de 2023. En este caso el color del fuego empapa una brocha que apela a la iconografía fallera clásica pero desde su particular manera de crear. “Los pinceles y lo manual conectan con el propio alma de las Fallas. Todos estos símbolos los quería, además, no yuxtapuestos sino en fusión, con el objetivo que la imagen fuera expresiva, llamativa y con movimiento”, refleja el diseñador.
De esta forma, el monumento se ve representado en su estructura y en el fuego, siendo la fallera el símbolo principal de la composición, una protagonista sonriente que, además, presenta un pequeño trazo azul que presenta un “doble juego” entre lo que es un pendiente y una lágrima de emoción, una sutil referencia al duelo por la tragedia de la Dana. El cartel, que se presenta bajo el lema Valencians, endavant! continúa una tradición que, no en vano, implica “cierta dificultad a la hora de innovar con una gráfica diferente”, lo que supone un reto y oportunidad en sí mismo.
“Es preciso tener en cuenta el histórico de la cartelería fallera con el fin de extraer las claves iconográficas y obviamente asegurarnos una imagen que no repite o se parece a ninguno; la originalidad es requisito implícito aunque se recurra a temática clásica”, relata el diseñador. Así, Bazán destaca como fuentes de inspiración la cartelería “pionera” de los años 30 y el expresionismo de piezas como las de Rafael Raga (1934), Enrique Mestre (1969) o Armando Serra (1975), y el recurso del fondo “blanco” de Vicente Ballester (1936). Todos ellos construyen una tradición a la que en este 2025 se suman otros nuevos nombres.