VALÈNCIA. Vivir como si fueras protagonista de un videoclip fue una sensación anterior incluso al nacimiento del videoclip. En realidad, su origen está en el momento en el que, junto a las llaves, la cartera, pudimos sacar la música fuera de nuestras casas. La portabilidad de la música cambió su papel en la sociedad. 

La Colección Alfaro Hoffman y Las Naves dan buena cuenta de ello en la exposición Con la música a otra parte. La portabilidad del sonido, que se inaugura el próximo jueves 27 de marzo a las 19:00  en el centro cultural. La muestra, comisariada por Andrés Alfaro Hofmann y Remedios Samper Villalba, se podrá visitar hasta el 8 de mayo de 2025 y ofrece un recorrido histórico por los dispositivos que han permitido trasladar la experiencia musical más allá de los espacios fijos.

La portabilidad del sonido es una característica dada por hecho desde que se ha vuelto cotidiana, con la popularización de los smartphones y otros dispositivos digitales. Pero en realidad, los diferentes aparatos que la han hecho posible tienen una historia y un recorrido extenso lleno de hitos que abarcan más de un siglo. Desde los primeros gramófonos hasta los reproductores de MP3, la evolución tecnológica ha facilitado la posibilidad de llevar la música a cualquier lugar, adecuando su uso a contextos tan variados como la vida doméstica, el transporte público o el ocio al aire libre.

La exposición reúne cerca de un centenar de aparatos de audio portátil pertenecientes a la Colección Alfaro Hofmann, entidad privada con sede en Godella que se dedica a la conservación y divulgación de la cultura del objeto cotidiano. Este amplio conjunto se presenta acompañado de documentación gráfica de época, como fotografías, revistas, carteles y folletos publicitarios, que contribuyen a contextualizar cada pieza en su momento histórico.

100 años con la música a cuestas

Organizada de forma cronológica y por tipologías, la muestra ofrece un viaje que comienza con los gramófonos y las radios de válvulas, y continúa con tocadiscos, magnetófonos, radios transistores, casetes, boom boxes, walkmans, reproductores de discos compactos y MP3. Un aspecto central de la exposición es mostrar cómo la portabilidad fue evolucionando desde dispositivos que se llevaban con la mano, como los gramófonos tipo maleta, hasta innovaciones ergonómicas que permitían ajustar aparatos a distintas partes del cuerpo, como el famoso Walkman de Sony de 1979.

El visitante puede contemplar hitos como el gramófono Parlophone de 1930, con su llamativo diseño metálico conocido como “Brazo de serpiente”, o el innovador tocadiscos modular TP1 diseñado por Dieter Rams en 1959, cuya combinación de forma y función sigue siendo un referente en la historia del diseño industrial. También destaca la radio de bolsillo TR-610, producida por Sony en 1958, que revolucionó la portabilidad del sonido al reducir significativamente el tamaño de los mecanismos.

Otro de los dispositivos emblemáticos de la muestra es el magnetófono RK5 de Philips, lanzado en 1961 y pensado para el uso familiar, con un diseño funcional que permitía grabar y reproducir cintas con facilidad. Este tipo de aparatos, al igual que los reproductores de casetes portátiles como el modelo EL3300 de 1964, marcaron un antes y un después en la posibilidad de registrar y reproducir sonidos fuera de los estudios profesionales.

Sin embargo, fue el Walkman TPS-L2 de Sony, lanzado en 1979, el que consolidó la experiencia musical portátil a nivel masivo. Su éxito se debió tanto a su diseño compacto y ligero como a la posibilidad de escuchar música de manera privada a través de auriculares, una característica fundacional del consumo musical actual.

Además de los avances técnicos, la exposición también explora la relación de la portabilidad musical con la moda y el estatus social. La exposición no se limita a mostrar aparatos sino que también enseña cómo sonaban estos dispositivos en diferentes épocas mediante performances que recrearán la experiencia sonora de cada tecnología.