VALENCIA. Partamos de que soy hombre, y diseñador. Nadie es perfecto. Desde esta perspectiva machista pretendo darle vueltas al papel de la mujer en el diseño español, concretamente en el valenciano, y a por qué siempre hablamos de diseñadores y pocas veces de diseñadoras. Si bien llevo un par de años queriendo escribir sobre este tema, es precisamente desde que tengo una hija que mi lado feminista ha salido del armario con más fuerza. Y desde entonces siento que a mi alrededor ha despertado de forma bastante violenta un clima de reivindicación de la mujer como nunca había vivido antes.
Y está bien que sea así, con cierta agresividad y duro contra tanto agravio, siglos de ofensa y todas esas costumbres que nos deberían avergonzar hasta la náusea. Creo que mentimos los hombres si decimos que no tenemos conductas machistas, y es que hemos crecido así, riendo entre chistes de mal gusto y gozando de privilegios por ser tíos, reconozcámoslo, y una vez asumido intentemos desterrar estos comportamientos de nuestro entorno social.
Así que dentro de esta terapia de reconocer lo que no es justo a mi alrededor, tras dos años planteándome escribir sobre ello aquí estoy, coincidiendo que esta semana se celebra el Día Internacional de la Mujer y tras meses curioseando y preguntando a colegas de mi alrededor cuál era su visión del por qué apenas hay diseñadoras mujeres, una gran mentira envuelta en tópicos y que viene en parte justificada por el choque con un techo de cristal.