VALÈNCIA. La precaria situación de Ciudadanos a nivel nacional provoca que el día a día de sus cargos en territorios como la Comunitat Valenciana consista en enfocar sus acciones hacia un único objetivo para las próximas elecciones autonómicas: sobrevivir sin grandes aspiraciones. Obtener unos pocos diputados en Les Corts, otros pocos concejales en los grandes ayuntamientos como el de València y mantener alguna alcaldía sería el mejor escenario que podrían encontrarse. La realidad, sin embargo, es que el riesgo de que nada de ello se logre existe.
Tras los malos resultados cosechados en Andalucía y perder en poco más de un año sus cuatro gobiernos autonómicos –Comunidad de Madrid, Murcia, Castilla y León y Andalucía–, la líder de la formación naranja, Inés Arrimadas, comunicaba este lunes una refundación del partido en seis meses. Ésta conllevará el cambio de la marca electoral y del programa.
En el equipo que se encargará de ello figura la coordinadora del partido en la Comunitat Valenciana y diputada nacional María Muñoz. Pero en el territorio, la mayoría de cargos está a verlas venir. El hecho de que Arrimadas no haya relevado a su núcleo duro no ha gustado especialmente. Al igual que se muestran escépticos de que la proclamada refundación vaya a servir para algo. Algunos interpretan que únicamente es una forma de ganar tiempo.
La estrategia consideran que es equivocada. Varias fuentes señalan que lo "lógico" habría sido que la líder de Ciudadanos cambiara a su equipo de confianza –aquel que entienden que no ha sabido contener la sangría de votos– e intentara plantear un proyecto mínimamente atrayente de cara a las elecciones municipales de 2023 –y que en el caso de la Comunitat coincidirán, salvo sorpresa, con las autonómicas–.
Con esa situación, indican, se podría abordar la posibilidad de las listas conjuntas con el PP el año que viene. Eso sí, añaden, con un partido que logre cierta fortaleza en los meses venideros. Públicamente las posturas son otras. La síndica de Ciudadanos en Les Corts, Ruth Merino, señaló este martes que prefiere que la formación concurra en solitario a las elecciones: "Aunque seamos pequeños, no podemos diluirnos".
La sensación que cunde entre los representantes del partido en términos generales es de desánimo con un temor fundamental al margen del hundimiento en las urnas: la confección de las listas. Conformar candidaturas a nivel municipal es complejo puesto que sólo se consigue con una fuerte implantación en el territorio. De hecho, en 2019 el único partido que presentó en los 542 municipios de la Comunitat fue el PPCV. Ciudadanos lo hizo en 207 localidades, el doble que en 2015, algo considerado ya un logro. Ahora puede ocurrir todo lo contrario, especialmente en municipios pequeños y medianos.
"Necesitaríamos gente para remontar y tendríamos tiempo de aquí al año que viene. Pero si haces la misma estrategia y las mismas acciones con la misma gente no se consigue nada", comentan algunas fuentes.
A ello se unen los posibles fichajes desde el PPCV. Los populares valencianos descartaron desde el primer momento incorporaciones masivas de cargos de Ciudadanos pese al acercamiento que muchos se han esforzado tanto en evidenciar –como los diputados que abandonaron el grupo parlamentario–. Pero si la idea ya era esa hace unos meses ante las expectativas electorales negativas y el riesgo de que ni siquiera obtengan representación en Les Corts, tras los resultados de Andalucía todavía se rechaza más. "Es que no nos hacen falta", resumen fuentes del partido.
La propia 'número dos' y portavoz parlamentaria de los populares, María José Catalá, comentaba este martes que nunca han cerrado la puerta "a ningún tipo de interacción" con la formación naranja y que el PP se encuentra "abierto a cualquier persona", pero en quien están "centrados" es en su electorado. En este sentido, se dirigió a los votantes de Ciudadanos que "puedan sentirse huérfanos" y apeló al "voto útil". "Quien está fuerte y tiene las ideas más claras es el PP", afirmó.
Unas palabras que denotan que la estrategia no pasa por grandes desembarcos de cargos naranjas en sus filas. Aun así, sí pueden producirse algunos fichajes puntuales. Desde hace ya tiempo, aunque sin mucha concreción por el momento, suena como posibilidad el de Rocío Gil, concejal en el Ayuntamiento de València y portavoz de Ciudadanos en la Diputación.
La sintonía con el grupo popular durante esta legislatura ha sido buena y ha existido coordinación en determinados asuntos en la corporación provincial –donde la dinámica entre partidos es muy diferente a la de otras instituciones–. Además, valoran su trabajo. De ahí que haya quien, dentro del PP, piense que pueda ser un buen activo al que repescar y haya intentado algún tipo de acercamiento. Por ahora, en todo caso, nadie se aventura a confirmar que esté habiendo contactos formales.
Otras fuentes mencionan la posibilidad de alguna incorporación en municipios muy concretos donde, por ejemplo, en las anteriores elecciones Ciudadanos obtuviera mejor resultado que el PP.
Entre las filas naranjas muestran cierta preocupación por ello debido al calendario de los populares. La intención de estos últimos es que el 9 d'Octubre estén presentadas todas las listas municipales, lo que quiere decir que entre julio y septiembre habrán de cerrarse –tras el verano seguramente las de las ciudades más grandes–. "Si hay gente que está pensando en pasarse y no somos capaces de ofrecer un proyecto ilusionante para que no lo hagan...", reflexionan fuentes de Ciudadanos.
A lo que, según algunas voces, se suma lo poco que se tiene en cuenta a la Comunitat Valenciana en la cúpula porque apenas existe coordinación con el grupo parlamentario. El cargo de más peso en la dirección es María Muñoz, quien se centra sobre todo en sus labores a nivel nacional y podría encabezar una de las listas en el territorio –como la de la Generalitat–.