Informe elaborado por Enrique Díaz-Alvarez, Matthew Ryan, Roman Ziruk e Itsaso Apezteguia
VALÈNCIA. La calma fue protagonista en los mercados de divisas la semana pasada, debido a la ausencia de informes macroeconómicos clave o anuncios de política monetaria. Los escasos datos publicados confirmaron la fortaleza de la economía estadounidense, con una demanda en aumento, y la lenta mejora del crecimiento en Europa, mientras que las presiones inflacionistas en el Reino Unido siguen siendo relativamente elevadas. Al final, todas las divisas del G10 terminaron la semana con movimientos inferiores al 1%. Los movimientos en los mercados emergentes fueron más significativos, pero es difícil discernir también ahí un tema común.
La atención esta semana se centrará en los índices PMI de actividad empresarial, el indicador más oportuno del crecimiento económico, en la mayoría de las grandes áreas económicas (el martes se publican los datos de la eurozona, Reino Unido y Estados Unidos). El informe de inflación del PCE de EEUU que se publica el viernes también es clave, ya que esta ha sido tradicionalmente la medida de inflación preferida de la Reserva Federal, y últimamente ha sido un poco menos fuerte que el IPC. Una serie de discursos de algunos miembros del BCE también acapararán la atención de los inversores.
Los comunicados del BCE sobre futuras medidas de política monetaria apuntan a que el primer recorte se producirá en junio, pero los movimientos futuros están en el aire y seguirán dependiendo de los datos. La mejora económica observada en los datos, la brecha que sigue existiendo entre la inflación subyacente y el giro agresivo de la Reserva Federal descartan un ciclo de recortes agresivo.
Las expectativas actuales del mercado, que prevén tres recortes antes de fin de año, son mucho más conservadoras que hace tan sólo unas semanas, pero siguen supeditadas a que continúe la tendencia a la baja de la inflación, a diferencia de lo que se observa en Estados Unidos.
La solidez de los datos económicos (la sorpresa positiva de la semana pasada fue un informe de ventas minoristas muy bueno) y las persistentes presiones inflacionistas han llevado a una drástica revalorización de las expectativas del mercado sobre los recortes de tipos por parte de la Reserva Federal este año. Además, los comunicados de línea dura de los miembros del banco central son en gran medida coherentes con dicha revalorización. Hay pocas probabilidades de que se produzca un recorte en junio, y apenas se descuenta por completo un recorte antes de finales de año.
Esto ha permitido que el dólar se aprecie, pero, en nuestra opinión, la divisa estadounidense está significativamente sobrevalorada en los niveles actuales, y una nueva subida requeriría unos datos de inflación significativamente más elevados que los que hemos visto hasta ahora.
Los salarios de febrero y la inflación de marzo sorprendieron al alza en el Reino Unido la semana pasada, señal de que será más difícil para el Banco de Inglaterra justificar recortes de tipos que para el BCE. Creemos que un contexto de tipos altos, continuas presiones inflacionistas y un crecimiento económico resistente dibuja un panorama positivo para la libra durante 2024.
Los índices PMIs del Reino Unido que se publican esta semana deberían seguir siendo positivos y coherentes con la saludable expansión que se ha observado en los dos últimos datos mensuales del PIB.
Informe elaborado por Enrique Díaz-Alvarez, Matthew Ryan, Roman Ziruk e Itsaso Apezteguia