VALÈNCIA (VP). La pandemia de la covid-19 ha impactado en el mercado laboral y aunque es pronto para conocer todas las consecuencias que tendrá sobre la brecha y la desigualdad entre mujeres y hombres, ya se aprecian diferencias en las medidas emprendidas para mitigar la crisis.
En concreto, en los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que se aplicaron en la Comunitat Valenciana en los primeros ocho meses de 2020, se observa que las mujeres fueron las más afectadas por las suspensión de empleo, mientras que a más hombres se les aplicó más la figura del desempleo parcial.
Así se refleja en el estudio 'Desigualdad, brecha salarial y de género en la Comunitat Valenciana 2006-2018. Impacto de la covid-19' elaborado por la Dirección General de Economía Sostenible, y consultado por Europa Press, en un apartado dedicado al impacto de la covid.
Con motivo del Día Europeo por la Igualdad Salarial, el pasado 22 de febrero, la Conselleria ya dio a conocer algunas de las conclusiones de este informe que sitúa la brecha salarial valenciana entre hombres y mujeres en un 21,6%, aunque entre 2015 y 2018 se redujo más de cuatro puntos, el doble que la media española.
En cuanto a los ERTE, enero a agosto de 2020, el documento precisa que al desagregar por tipo de prestación, la suspensión de empleo llegó al máximo de la desigualdad de género en junio, cuando un 17,5% más de mujeres que hombres se encontraban afectadas por ERTE de suspensión total de empleo, habiendo comenzado en abril con una diferencia muy pequeña (111.411 hombres y 112.989 mujeres).
Sin embargo a los hombres se les aplicó más la reducción de jornada, llegando a registrarse la mayor diferencia entre ambos en mayo (18.399 hombres en esta situación y 13.618 mujeres), lo que representa el 74% del total de hombres. Las cifras no obstante han ido igualándose hasta superar en septiembre en un 3,4% las mujeres que son beneficiarias de esta prestación por desempleo parcial.
El análisis revela que en las tres provincias de la Comunitat Valenciana, las mujeres fueron suspendidas de empleo en mayor medida que los hombres. Destaca el caso de Castellón, donde la desigualdad se movió entre el 35 y el 50% más de los casos femeninos de suspensión total de empleo que los casos masculinos
Al desagregar las cifras por género en la Comunitat, en el caso de los hombres el máximo se produjo en mayo, momento en que 111.206 trabajadores eran beneficiarios de una prestación por suspensión de empleo y 18.399 por reducción de jornada, al igual que las mujeres, que también en mayo presentaron 120.315 una suspensión de empleo y 13.618 un desempleo parcial.
En la comparación de ambos, si bien en abril tanto mujeres como hombres se beneficiaron casi por igual de las prestaciones por ERTE, en el mes de junio era un 11,4% más las mueres afectadas que los hombres, situándose en septiembre en un 7,3% más, a pesar se ser superior el número de hombres en el mercado laboral.
En todo caso, el estudio de la Dirección General de Economía Sostenible destaca que, si bien las crisis económicas se suelen concentrar en los colectivos más desfavorecidos, el sector público está resultando "crucial para amortiguar los impactos económicos de la pandemia".
En contra de lo esperado y de lo que ha ocurrido con otras crisis, el impacto está siendo relativamente mayor en el empleo masculino, sin duda por el relativamente mayor uso de ERTE para las trabajadoras y por ser los sectores de la agricultura y la construcción los más afectados, aunque en términos absolutos donde más empleos se perdieron fueron en comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos de motor y motocicletas, transporte y almacenamiento y hostelería.
El impacto entre géneros, sectores, actividades, grupos de edad y cualificación educativa, sin embargo, está siendo desigual. Mientras se pierde empleo femenino y se gana masculino en las actividades industriales (durante el segundo trimestre, en el tercero pierden ambos grupos), ocurre lo contrario en otras actividades como las profesionales, científicas y técnicas, administrativas y servicios auxiliares, que han visto como se incrementaba el empleo femenino.
"Es más, quizás empujadas por las circunstancias, la pandemia ha incrementado en términos relativos más el número de mujeres que acceden al mercado laboral", señala el documento.
Para entender su impacto, de enero a agosto de 2020, en España, el número de personas trabajadoras que se vieron afectadas por un ERTE de ámbito estatal ascendió a 968.452, un incremento del 1.855,9% sobre los ocho primeros meses de 2019.
Esto unido a que el impacto está siendo menor en algunos sectores más feminizados como los de los cuidados, la educación o los servicios administrativos puede explicar el hecho de que, al menos de momento, el impacto sobre el empleo femenino esté resultando en términos relativos comparativos menor, al menos durante los seis primeros meses de pandemia.
Pero aunque en el último trimestre de 2020 se sigue observando en la Comunitat un mayor impacto de las circunstancias derivadas de la COVID-19 en los hombres --se han perdido más empleos masculinos y se ha incrementado más el paro masculino--, tanto en términos absolutos como en porcentaje, "los hombres siguen encontrándose en mejores cifras de empleo que las mujeres", puntualiza el estudio.
Estos datos se traducen en una tasa de ocupación masculina del 53,4%, lo que suponen 3,6 puntos porcentuales menos que en el cuarto trimestre de 2019, mientras que la tasa de ocupación femenina sigue siendo sensiblemente más baja, del 43,1%, a pesar de haber perdido menos, 0,6 puntos porcentuales.
También ha supuesto incrementos interanuales del número de personas paradas del 20,7% en el caso de los hombres y del 9,9% en el caso de las mujeres, lo que sitúa en 189.800 los hombres en paro y en 208.200 las mujeres sin trabajo.
En términos de tasa de paro, la masculina sigue siendo menor que la femenina, 14,6% por 18,2%, si bien entre los primeros el incremento ha sido mayor, de 2,8 puntos porcentuales frente a los 1,5 del grupo de las mujeres.
Estas cifras de empleo y paro de este último trimestre también se reflejan en las cifras de actividad, con un incremento bruto, respecto a hace un año, de 12.800 mujeres en la población activa frente un incremento de 4.000 mujeres en las cifras de la población inactiva.
Entre los hombres, sin embargo, 33.900 de ellos abandonaron la actividad, siendo el incremento de la población inactiva masculina de hasta 47.700 hombres.