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MADRID (EP). El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este viernes que Washington tomará las medidas necesarias para revocar los privilegios comerciales de Hong Kong ante las recientes tensiones con China por la ley de seguridad sobre la región, que ha sido duramente criticada por su Administración.
En una rueda de prensa desde la Casa Blanca, Trump ha recalcado que las acciones de Estados Unidos "serán duras y significativas". Tras citar una serie de "agravios" por parte del gigante asiático hacia Washington, el mandatario ha especificado, además, que pondrá la lupa sobre las empresas chinas que cotizan en bolsa con el objetivo de "limitar las inversiones estadounidenses en compañías chinas".
"Han roto su palabra con el mundo de que garantizarían la autonomía de Hong Kong", ha manifestado Trump, que se ha referido así a una normativa impuesta desde Pekín que ha detonado nuevas protestas en la antigua colonia británica durante estos últimos días. En este sentido, ha indicado que ha dado órdenes a su Administración para iniciar el proceso de retirada de aquellas exenciones a las que estaba sujeta Hong Kong gracias al estatus especial del que gozaba. "Esto afectará a todos los acuerdos que tenemos con Hong Kong", ha afirmado.
En relación con la entrada en el país de ciudadanos chinos, ha estipulado que "la llegada sin restricciones de algunos estudiantes de postgrado e investigadores procedentes de China debería estar limitada" por ir en detrimento de los intereses estadounidenses y suponer un peligro para la seguridad nacional. "El mal comportamiento de China es bien conocido", ha expresado Trump, que ha puesto ejemplos como la "adjudicación ilegal de territorio en el océano Pacífico" por parte de Pekín, según informaciones de la cadena CNBC.
Sobre las promesas Pekín, ha subrayado que estas han sido "continuamente rotas. Esto no puede ser dejado de lado. El mundo está ahora sufriendo el resultado de un crimen cometido por China", ha aseverado en relación con la pandemia de coronavirus. Sin embargo, las represalias de la Administración Trump no incluyen, al menos de momento, la retirada de la llamada 'Fase Uno' del acuerdo comercial al que llegaron las partes en enero.
Hace dos días el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, comunicó al Congreso que Hong Kong "ya no es autónomo de China", por lo que el territorio no tendría ya un tratamiento especial por parte del país norteamericano. Pompeo destacó entonces que el Congreso Nacional del Pueblo, la sesión anual del Parlamento chino, anunció la semana pasada "su decisión unilateral y arbitraria de imponer legislación nacional de seguridad en Hong Kong", algo que ha tildado de "una decisión desastrosa" por parte de Pekín.
El organismo ha apoyado una controvertida ley de seguridad nacional para Hong Kong que prohibiría cualquier actividad vinculada a la sedición, la secesión o el terrorismo, en un claro mensaje del control de Pekín sobre el territorio tras las mayores protestas en más de dos décadas. El Gobierno central ha optado por dar el paso en vista del bloqueo político que persiste en Hong Kong, que en septiembre celebrará elecciones parlamentarias. La oposición política aspira a aprovechar entonces el descontento social del último año para forjar un bastión frente a Pekín.
La nueva ley no requerirá del visto bueno de las autoridades hongkonesas por estar incluida como anexo en la Ley Básica, sobre la que pivota todo el marco legislativo de Hong Kong. Por su parte, el Ejecutivo de Hong Kong ha alertado al Gobierno de Estados Unidos de que retirar el estatus especial del que goza la región se podría convertir en un "arma de doble filo". En un comunicado, el Gobierno hongkonés ha instado a Washington a dejar de interferir en los asuntos internos de China y ha sostenido que "cualquier tipo de sanción no solo dañará los intereses de Hong Kong sino que también los de Estados Unidos".