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La experta gallega es la protagonista el mural número 25 de esta iniciativa

Dones de Ciència reconoce a Ana Freire, la investigadora que trabaja para salvar vidas a través de algoritmos

14/12/2021 - 

VALÈNCIA. (EP) Las redes sociales han sido señaladas en los últimos años como una de las causantes del aumento de los casos de ansiedad, depresión y ciberbullying, pero del mismo modo, también es la propia tecnología la que "da las pistas para analizar estos casos y poder intervenir antes de que vayan a más". Eso es precisamente lo que hace la investigadora Ana Freire, quien ha demostrado cómo se pueden salvar vidas a través de los algoritmos.

La ingeniera y doctora en informática Ana Freire es la protagonista de una nueva entrega del proyecto de 'Dones de Ciència' --impulsado por la Universitat Politècnica de València y Las Naves--, que le dedica el mural número 25, pintado por la artista mexicana Mª Antonieta Canfield e inaugurado este martes en el CEIP Tomás de Villarroya de València.

Freire es docente investigadora de la UPF Barcelona School of Managment y lidera el proyecto STOP (Suicide prevenTion in Social Platforms), que utiliza la Inteligencia Artifical para estudiar en redes sociales problemas mentales como las tendencias suicidas o los trastornos de la conducta alimentaria.

Así lo ha explicado la propia investigadora durante la presentación del mural, que ha tenido lugar ante la presencia de los profesores y alumnos de escolar y primaria del colegio, y donde también han estado presentes el vicerrector de internacionalización y comunicación de la UPV, José Francisco Monserrat y la directora de Las Naves, Marta Chillarón.

Análisis e intervención

Tal y como relata Freire, el proyecto nació "casi por casualidad" cuando ella misma se encontró en Facebook con una publicación de una chica americana que decía que se iba a suicidar. En los comentarios al mismo 'post' de la red social se podía leer a usuarios que contaban cómo la policía había llegado a su casa, pero había llegado tarde.

"Si mirabas en el perfil de esta persona podías ver que había dejado pistas que indicaban que efectivamente tenía algún problema de salud mental", continúa. En ese momento, la investigadora se planteó la pregunta: "¿Cómo es que no hay nada automático que intente ver estas pistas e intervenga de alguna manera?"

Pese a ya existir proyectos dedicados al estudio de los problemas mentales en redes sociales, la intervención a través de esta vía es complicada ya que choca el derecho a la privacidad de los usuarios. "Tu no puedes rastrear una red social o usuario, detectar un problema e intervenir enviándole un mensaje de ayuda", explica Freire.

"No podemos rastrearlo, pero sí podemos estudiar cómo se expresa un usuario con tendencias suicidas en redes sociales", añade. Así, el trabajo desarrollado por STOP comienza con una intervención manual por parte de psicólogos y psiquiatras que "etiquetan usuarios como algo grado de suicidio".

Una vez analizados los textos e imágenes publicadas en las redes sociales, y tras identificar el riesgo por parte de los profesionales de la salud mental, es el turno de los algoritmos, los cuales "aprenden características comunes de usuarios que han sido identificados de 'alto riesgo' y sacamos patrones demográficos y de intereses", explica Freire.

Fruto del proyecto llevado a cabo, Freire ha subrayado que el usuario habitual con tendencia suicida suele ser una mujer, "aunque en la vida real se suiciden más hombres"--explica--, de menos de 39 años y que suele hablar de temas como: problemas económicos, de pareja, problemas por estar lejos de la familia o acoso escolar, entre otros.

Una vez identificado este perfil demográfico y de intereses para usuarios con tendencia suicida, con depresión y/o con trastornos de la conducta alimentaria, la labor desde STOP consiste en lanzar campañas en redes sociales con anuncios que contienen el teléfono de la esperanza y del suicidio dirigidos a usuarios que encajan en estos perfiles. "Pero no sabemos quiénes son, no se sigue a ningún usuario", remarca.

La primera campaña llevada a cabo tuvo lugar durante las navidades de 2020 y se prolongó durante 24 días. Según afirma Freire, esta alcanzó a más de 660.000 personas de todo el territorio español e incrementó en más de un 60% el número de llamadas al teléfono de la esperanza provenientes de redes sociales.

"Vimos que, efectivamente, había una falta de ayuda en redes sociales y que si se presta ayuda, esta ayuda se absorbe y se agradece", ha afirmado la investigadora.

La campaña se replicará durante este periodo navideño, pero según ha explicado Freire, la intención es poder lanzar las campañas durante todo el año, no solo en un período concreto. Para ello, han lanzado un 'crowfunding' en la página web del proyecto con el objetivo de recaudar fondos que les permitan "mostrar anuncios de este tipo durante el año a gente que lo puede necesitar".

"Cualquier herramienta puede servir tanto para bien como para mal, depende de quién la utiliza y de quién la diseña. En este caso, las redes sociales sabemos que pueden agravar problemas de salud mental, como estrés o ansiedad, especialmente en los colectivo más vulnerables, pero también sabemos que están ahí y que si podemos llegar a ayudarlos de algún modo es muy posible que sea a través de las redes sociales porque pasan ahí gran parte de su tiempo, sobre todo los adolescentes o los mas jóvenes", explica Freire.

"Quisimos darle la vuelta a esta visión negativa de la tecnología y utilizarla, también las redes sociales, para mejorar la salud mental", reitera Ana, quien ha expresado su deseo de que los resultados del proyecto contribuyan a "visibilizar esta parte más positiva de la tecnología".

Por último, y preguntada sobre si han podido contrastar y confirmar un incremento de los problemas de salud mental en redes sociales durante la pandemia de la Covid-19, Freire ha confirmado un "pico considerable" durante el confinamiento.

No obstante, la "buena noticia" --según afirma-- es que "no sabíamos cuánto se iba a prolongar y la verdad es que ya en 2021 había muchas menos publicaciones". "Es decir, ha bajado y podemos estar un poco más tranquilos, pero sin bajar la guardia", concluye.

25 murales, 25 referentes

Con este son ya 25 los murales realizados en el marco del proyecto Dones de ciència, una iniciativa que está contribuyendo desde hace casi tres años a visibilizar desde centros educativos de València a grandes mujeres, referentes todas ellas en sus campos de investigación. Lo hace a través de la mirada de destacadas figuras -siempre femeninas también- del arte urbano nacional e internacional. El proyecto continuará creciendo a lo largo de este curso, en el que contará de nuevo con el apoyo de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Ana Freire, quien ha reconocido que es "todo un honor" para ella la el retrato personal realizado por Mª Antonieta Canfield, ha destacado el "impacto social" de este proyecto, que resulta "Muy beneficioso para la sociedad en general porque incide en edades tempranas y estas son las que cambiarán la sociedad".

Durante la presentación del mural, los propios alumnos del colegio han podido preguntarle a Freire sus inquietudes y se han podido escuchar preguntas como "¿Desde pequeña querías ser científica?", "¿Puedes hacer muchos experimentos a la vez?" o incluso el deseo de una niña que le ha dicho "De mayor quiero ser como tú".

"Esto -añade- puede hacer que algunas jóvenes se sientan inspiradas a estudiar una carrera técnica, incrementando el número de mujeres en el ámbito tecnológico, algo muy necesario para el correcto diseño de la tecnología", ha expresado.

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